Reflexiones diarias católicas
¡Mi vida católica!
Trayendo misericordia
5 de octubre de 2020
Lunes de la vigésima séptima semana del tiempo ordinario
Lecturas de hoy
Beato Francisco Javier Seelos, sacerdote — Memorial opcional de EE. UU.
"¿Cuál de estos tres, en su opinión, era vecino de la víctima de los ladrones?" Él respondió: "El que lo trató con misericordia". Jesús le dijo: "Ve y haz lo mismo". Lucas 10: 36-37
Aquí tenemos la conclusión de la conocida historia del Buen Samaritano. Primero, los ladrones lo golpearon y lo dieron por muerto. Entonces pasó un sacerdote y lo ignoró. Y luego pasó un levita que también lo ignoró. Finalmente, el samaritano pasó y lo cuidó con gran generosidad.
Curiosamente, cuando Jesús preguntó a los discípulos cuál de estos tres actuaba como prójimo, no respondieron "el samaritano". Más bien, respondieron: "El que lo trató con misericordia". La misericordia fue el enfoque clave.
Es muy fácil juzgar y ser duros unos con otros. Si lee los periódicos o escucha a los comentaristas de noticias, no puede evitar escuchar juicios y condenaciones continuas. Nuestra naturaleza humana caída parece prosperar al criticar a los demás. Y cuando no somos críticos, a menudo nos sentimos tentados a actuar como el sacerdote y el levita en esta historia. Estamos tentados a hacer la vista gorda ante los necesitados. La clave debe ser mostrar siempre misericordia y mostrarla en superabundancia.
Reflexione hoy sobre el llamado que Dios le da a mostrar misericordia. La misericordia, para ser verdadera misericordia, debe doler. Debe “doler” en el sentido de que requiere que dejes ir tu orgullo, egoísmo e ira y elijas mostrar amor en su lugar. Eliges mostrar amor hasta el punto de que duele. Pero ese dolor es una verdadera fuente de sanidad, ya que te limpia de tu pecado. Se cita a Santa Madre Teresa diciendo: "He encontrado la paradoja de que si amas hasta que duele, no puede haber más dolor, solo más amor". La misericordia es el tipo de amor que puede doler al principio, pero al final solo deja el amor.
Señor, hazme un instrumento de tu amor y misericordia. Ayúdame a mostrar misericordia especialmente cuando la vida es difícil y cuando no tengo ganas. Que esos momentos sean momentos agraciados en los que me transformes en Tu regalo de amor. Jesús, en Ti confío.
¡Mi vida católica!
Trayendo misericordia
5 de octubre de 2020
Lunes de la vigésima séptima semana del tiempo ordinario
Lecturas de hoy
Beato Francisco Javier Seelos, sacerdote — Memorial opcional de EE. UU.
"¿Cuál de estos tres, en su opinión, era vecino de la víctima de los ladrones?" Él respondió: "El que lo trató con misericordia". Jesús le dijo: "Ve y haz lo mismo". Lucas 10: 36-37
Aquí tenemos la conclusión de la conocida historia del Buen Samaritano. Primero, los ladrones lo golpearon y lo dieron por muerto. Entonces pasó un sacerdote y lo ignoró. Y luego pasó un levita que también lo ignoró. Finalmente, el samaritano pasó y lo cuidó con gran generosidad.
Curiosamente, cuando Jesús preguntó a los discípulos cuál de estos tres actuaba como prójimo, no respondieron "el samaritano". Más bien, respondieron: "El que lo trató con misericordia". La misericordia fue el enfoque clave.
Es muy fácil juzgar y ser duros unos con otros. Si lee los periódicos o escucha a los comentaristas de noticias, no puede evitar escuchar juicios y condenaciones continuas. Nuestra naturaleza humana caída parece prosperar al criticar a los demás. Y cuando no somos críticos, a menudo nos sentimos tentados a actuar como el sacerdote y el levita en esta historia. Estamos tentados a hacer la vista gorda ante los necesitados. La clave debe ser mostrar siempre misericordia y mostrarla en superabundancia.
Reflexione hoy sobre el llamado que Dios le da a mostrar misericordia. La misericordia, para ser verdadera misericordia, debe doler. Debe “doler” en el sentido de que requiere que dejes ir tu orgullo, egoísmo e ira y elijas mostrar amor en su lugar. Eliges mostrar amor hasta el punto de que duele. Pero ese dolor es una verdadera fuente de sanidad, ya que te limpia de tu pecado. Se cita a Santa Madre Teresa diciendo: "He encontrado la paradoja de que si amas hasta que duele, no puede haber más dolor, solo más amor". La misericordia es el tipo de amor que puede doler al principio, pero al final solo deja el amor.
Señor, hazme un instrumento de tu amor y misericordia. Ayúdame a mostrar misericordia especialmente cuando la vida es difícil y cuando no tengo ganas. Que esos momentos sean momentos agraciados en los que me transformes en Tu regalo de amor. Jesús, en Ti confío.
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