Reflexiones Católicas Diarias
¡Mi vida católica!
¿Me amas?
29 de mayo de 2020
Viernes de la Séptima Semana de
Lecturas de Pascua para hoy
San Pablo VI, Papa — Memorial opcional
Le dijo por tercera vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?" Peter estaba angustiado porque le había dicho por tercera vez: "¿Me amas?" y él le dijo: "Señor, tú lo sabes todo; Sabes que te amo." Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". JUAN 21:17
Tres veces Jesús le preguntó a Pedro si lo amaba. ¿Por qué tres veces? Una razón fue para que Pedro pudiera "compensar" las tres veces que negó a Jesús. No, Jesús no necesitaba que Pedro se disculpara tres veces, pero Pedro necesitaba expresar su amor tres veces y Jesús lo sabía.
Tres es también un número de perfección. Por ejemplo, decimos que Dios es "Santo, Santo, Santo". Esta triple expresión es una forma de decir que Dios es el más santo de todos. Al tener Pedro la oportunidad de decirle a Jesús tres veces que lo amaba, fue una oportunidad para que Pedro expresara su amor de la manera más profunda.
Así que tenemos una triple confesión de amor y una triple anulación de la negación de Peter. Esto debería revelarnos nuestra propia necesidad de amar a Dios y buscar su misericordia de una manera "triple".
Cuando le dices a Dios que lo amas, ¿qué tan profundo llega eso? ¿Es más un servicio de palabras, o es un amor total y que todo lo consume? ¿Es tu amor a Dios algo que quieres decir en toda su extensión? ¿O es algo que necesita trabajo?
Ciertamente, todos necesitamos trabajar en nuestro amor, y es por eso que este pasaje debería ser tan significativo para nosotros. Deberíamos escuchar a Jesús haciéndonos esta pregunta también tres veces. Debemos darnos cuenta de que no está satisfecho con un simple "Señor, te amo". Quiere escucharlo una y otra vez. Nos pregunta esto porque sabe que necesitamos expresar este amor de la manera más profunda. "¡Señor, lo sabes todo, sabes que te amo!" Esta debe ser nuestra respuesta final.
Esta triple pregunta también nos da la oportunidad de expresar nuestro más profundo anhelo por su misericordia. Todos pecamos. Todos negamos a Jesús de una forma u otra. Pero la buena noticia es que Jesús siempre nos invita a dejar que nuestro pecado sea una motivación para profundizar nuestro amor. Él no se sienta y se enoja con nosotros. El no pone mala cara. Él no tiene nuestro pecado sobre nuestras cabezas. Pero sí pide el dolor más profundo y una conversión completa del corazón. Él quiere que nos alejemos de nuestro pecado al máximo.
Reflexiona hoy sobre la profundidad de tu amor por Dios y lo bien que se lo expresas. Tome la decisión de expresar su amor por Dios de una manera triple. Que sea profundo, sincero e irrevocable. El Señor recibirá este acto sincero y se lo devolverá cien veces.
Señor, sabes que te amo. También sabes lo débil que soy. Déjame escuchar tu invitación a expresar mi amor por ti y mi deseo por tu misericordia. ¿Puedo ofrecer este amor y deseo al máximo? Jesús, confío en ti.
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