Reflexiones Católicas Diarias
¡Mi vida católica!
La vida escondida de Jesús
30 de mayo de 2020
Sábado de la Séptima Semana de
Lecturas de Pascua para hoy
También hay muchas otras cosas que hizo Jesús, pero si se describieran individualmente, no creo que el mundo entero contendría los libros que se escribirían. JUAN 21:25
Imagine las ideas que nuestra Santísima Madre habría tenido sobre su Hijo. Ella, como su madre, habría visto y entendido tantos momentos ocultos de su vida. Ella lo habría visto crecer año tras año. Ella lo habría visto relacionarse e interactuar con otros a lo largo de su vida. Ella habría notado que se estaba preparando para su ministerio público. Y ella habría presenciado tantos momentos ocultos de ese ministerio público e innumerables momentos sagrados de toda su vida.
Esta Escritura anterior es la oración final del Evangelio de Juan y es una que no escuchamos muy a menudo. Pero ofrece algunas ideas fascinantes para reflexionar. Todo lo que sabemos sobre la vida de Cristo está contenido en los Evangelios, pero ¿cómo podrían estos breves libros del Evangelio llegar a describir la totalidad de quién es Jesús? Ciertamente no pueden. Para hacer eso, como dice John anteriormente, las páginas no podrían estar contenidas en todo el mundo. Eso es mucho decir.
Entonces, una primera idea que debemos tomar de esta Escritura es que solo conocemos una pequeña porción de la vida real de Cristo. Lo que sabemos es glorioso. Pero debemos darnos cuenta de que hay mucho más. Y esta realización debería llenar nuestras mentes de interés, anhelo y un deseo de más. Al llegar a saber lo poco que realmente sabemos, con suerte nos veremos obligados a buscar a Cristo más profundamente.
Sin embargo, una segunda idea que podemos obtener de este pasaje es que, aunque los numerosos eventos de la vida de Cristo no pueden estar contenidos en innumerables volúmenes de libros, podemos, sin embargo, descubrir a Jesús mismo en lo que ESTÁ contenido en las Sagradas Escrituras. No, es posible que no conozcamos todos los detalles de su vida, pero podemos llegar a conocer a la Persona. Podemos encontrarnos con la Palabra viva de Dios mismo en las Escrituras y, en ese encuentro y encuentro con Él, se nos da todo lo que necesitamos.
Reflexione hoy sobre cuán profundamente conoce a Jesús. ¿Pasas suficiente tiempo leyendo las Escrituras y meditando en ellas? ¿Le hablas a diario y buscas conocerlo y amarlo? ¿Él está presente para ti y regularmente te haces presente para Él? Si la respuesta a alguna de estas preguntas es “No”, entonces quizás este sea un buen día para volver a comprometerse con una lectura más profunda de la Sagrada Palabra de Dios.
Señor, puede que no sepa todo sobre tu vida, pero deseo conocerte. Deseo conocerte todos los días, amarte y conocerte. Ayúdame a entrar más profundamente en una relación contigo. Jesús, confío en ti.
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