Preparándose para la muerte
En la meditación sobre la muerte, me preparé como para una muerte real. Examiné mi conciencia y busqué todos mis asuntos al acercarse la muerte y, gracias a la gracia, mis asuntos se dirigieron hacia ese objetivo final. Esto llenó mi corazón de gran agradecimiento a Dios, y decidí servir a mi Dios aún más fielmente en el futuro. Solo una cosa es necesaria: matar a mi antiguo yo y comenzar una nueva vida. Por la mañana, me preparé para recibir la Sagrada Comunión como si fuera la última de mi vida, y después de la Sagrada Comunión presenté mi muerte real y dije las oraciones por los moribundos y luego el De Profundis por mi alma propia (Diario, 1343)
Reflexión
Menos de un año antes de la muerte de Santa Faustina, sus palabras, su ejemplo, son buenas para nosotros. ¿Cómo podemos, aquí y ahora, "dar muerte a nuestro viejo yo y comenzar una nueva vida"? ¿Con qué frecuencia consideramos nuestra propia muerte? ¿Con qué frecuencia rezamos por los moribundos?
Oración
Querido Señor y Amada Madre Bendita, ayúdame a estar preparado para mi muerte. Morir una muerte feliz, en estado de gracia. Ayúdame a morirme a mí mismo ahora para poder vivir con los dos para siempre.
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