Cuidado con caer en la soberbia, pues es un pecado capital inspirado por Satanás, que le hace creer a las personas que son más de lo que realmente son
Unos de los reyes más grandes que tuvo Israel fue el rey Uzías de Judá. Su historia la narra el Capítulo 26 del segundo Libro de Crónicas. Uzías fue un rey constructor que reconstruyó las antiguas ciudades enemigas destruidas por el ejército israelita y las unió a su reino. Además, el rey Uzías construyó los muros de Jerusalén, construyó torres de vigilancia en el desierto y cavó pozos de agua.
El rey Uzías era un gran administrador agrícola. Administró con éxito los cultivos, el ganado y se encargó que Israel tuviera alimento. ¡Y no sólo eso! también fue un gran militar, en su momento arremetió contra los filisteos y las tribus enemigas que rodeaban Israel. ¡Los enemigos de Israel le tenían miedo!
¿Quieres saber más? El rey Uzías era un gran ingeniero, porque diseñó grandes artefactos para arrojar piedras y flechas contra los enemigos y así defender su nación de cualquier ataque.
El rey Uzías, entonces era constructor, administrador, militar, ingeniero y un hombre muy temeroso de Dios. ¿Saben cuál fue su único problema?: ¡Que se llenó de soberbia, quiso ser más de lo que era, y un día se le ocurrió hacer el papel de sacerdote (la soberbia es un pecado capital inspirado por Satanás, que le hace creer a las personas que son más de lo que realmente son)
El rey Uzías, entonces, quiso quemar incienso en el templo de Jerusalén, un trabajo que era único y exclusivo de los sacerdotes del templo. Los sacerdotes le pidieron al rey Uzías que no cometiera ese pecado de soberbia y que no quemara incienso en el incensario y que saliera del templo. Pero el rey, lleno de soberbia, quiso hacer el trabajo de los sacerdotes y agarró el incensario...
¿Sabes lo que sucedió?... en ese momento, ¡Al rey Uzías le apareció lepra en la frente! Así es, lepra, y por ello lo echaron de Israel, por ser leproso. Él mismo se apresuró en salir porque el Señor lo había herido.
El rey Uzías murió solo y con lepra. Esa historia está en el capítulo 26 del Segundo Libro de las Crónicas. ¡Léanlo!
Reflexión:
Es Cuaresma, tiempo de encuentro con el Señor Jesús en oración, ayunos y de muchas buenas obras hacia el prójimo. Satanás le hace creer a muchos cristianos, incluso a sacerdotes y pastores, que pueden ser más de lo que realmente son. ¡Ese es el pecado de soberbia!
Hay muchos laicos en la Iglesia, que sin mala intención, se creen sacerdotes y se transforman en fiscales de la fe. También hay algunos sacerdotes que comienzan a creerse Obispos en sus parroquias, y también hay algunos Obispos que pueden llegar a creer que son el Papa en su Diócesis. ¡Cuidado! Allí está Satanás impartiendo su pecado capital: ¡la soberbia!, y esto puede ocrrirnos a todos los cristianos si no nos mantenemos unidos fielmente a la Palabra de Dios aunado a la práctica del servicio
No seamos como el rey Uzías, en Cuaresma debemos dejar a un lado el pecado de la soberbia, debemos recordar en todo momento las palabras de Jesús: "El que se enaltece será humillado y el que se humilla será exaltado". (Lucas 14,11)
No permitamos que Satanás entre en nuestras vidas bajo el oscura capa de la soberbia. Recemos para que el Señor en esta cuaresma nos de la gracia de mantenernos humildes y dóciles a sus inspiraciones.
¡Un saludo!
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Cortesía de Roger Bonilla, Comentarios de un Laico
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