domingo, 30 de diciembre de 2018

Cómo desarrollar y construir la solidaridad en la familia

familia unida sonriendo feliz fondo verde arboles


Para que haya paz en nuestro hogar debemos trabajar en establecer la unidad, en preparar a los nuestros para vivir en solidaridad cristiana  


Los miembros de la familia, enseñados por la Palabra de Dios, confortados con los sacramentos y los auxilios de la gracia, e irradiando el espíritu del Evangelio, vienen a ser una pequeña porción viva de la Iglesia, la cual debe dar testimonio de la presencia de Nuestro Señor Jesucristo en el mundo, a través de la unidad, fidelidad de los esposos y entre otros, la enseñanza del amor de Dios a los hijos.

Propiciar momentos
Lo que los padres enseñan en la infancia, tiene una gran importancia para la vida futura de los hijos, por tal razón, se deben propiciar momentos en las diferentes circunstancias de la vida para referir a Dios, en las alegrías y dolores; esperanzas y tristezas; triunfos y fracasos, nacimientos y cumpleaños; aniversarios de bodas; viajes, alejamientos y regresos; momentos importantes; fallecimiento de personas queridas, etc.

En una familia es muy importante aprender a unificar criterios y valores. (Cfr Efesios 4,3) Estamos mandados a vivir en unidad en el seno familiar; en nuestro entorno. Para que haya paz en nuestro hogar debemos trabajar en establecer la unidad, en preparar a los nuestros para vivir en solidaridad cristiana. Fue esta precisamente la oración de Jesús al Padre diciendo:


“Padre santo a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros”. (Juan. 17,11b)

Abrirse a la solidaridad
Hoy en día, son frecuentes las separaciones familiares por diversas causas: condiciones de pobreza, trabajo, estudios, etc., lo que implica la generalización de extranjeros en nuestros países o la inversa, hermanos en el extranjero. Este fenómeno debe despertar en nosotros sentimientos de solidaridad cristiana, la que parte de la contemplación, que es obra, es compañía, es presencia, pero también es acción para bien, es eucaristía.

El cristiano, como imagen y semejanza de Dios, está llamado a vivir esa solidaridad. Es obvio que no podrá imitarse la actitud divina, mientras no hayamos interiorizado previamente el ejemplo de ese Dios que se hace solidaridad en la Eucaristía.

Oración
Gracias Señor Jesús, por la familia que me diste, ayúdanos para que estemos unidos, aunque estemos separados físicamente, despierta en nosotros sentimientos de amor y comprensión unos con otros, sentimientos de solidaridad cristiana en cuidado y respeto.

Danos sentimientos de la verdadera caridad, que como decía Santa Teresa, consiste en soportar los defectos del prójimo, en no extrañarse de sus debilidades.

Abre nuestro corazón para que dé acogida a los que se encuentran solos, abatidos, lejos de su familia. Que la distancia les fortalezca más y despierte sentimientos de verdadera caridad, de amor y comprensión unos con otros, sentimientos de solidaridad cristiana en cuidado y respeto al que lo necesite.

En este año de la Misericordia ayúdanos para que las familias lo vivamos plenamente.

Madre Santísima ruega por las familias, míranos, porque si tú nos miras, Jesús nos mirará. San José bendice nuestras familias. Infinitamente seas alabado, Mi Jesús Sacramentado. 

Amén

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