Papa Francisco: Para oír y aceptar la llamada de Dios, y preparar una casa para Jesús, deben ser capaces de descansar en el Señor
Muchos somos los que día a día, en aras de llevar adelante nuestra familia (me incluyo), nos atiborramos de tareas y actividades en la que parece que nunca nos alcanza el tiempo para hacer uno que otra cosa. Nos sumergimos tanto en nuestras labores que nos olvidamos de hacer una pausa, respirar, y hasta algunas veces, orar.
El Papa Francisco, durante el encuentro de familias que se llevó a cabo en el Mall of Asia Arena de Manila en Filipinas, ha invitado a todo el pueblo católico a no dejarse llevar por los ajetreos de la vida laboral y descansar en la oración para conocer la voluntad de Dios en sus vidas. Sería bueno que muchos de nosotros, prestáramos atención a su mensaje y nos pongamos en práctica antes de que las labores hagan que nuevamente nos olvidemos de esto que es esencial y necesario para nuestra vida, sobre todo, para nuestro crecimiento espiritual
El Santo Padre, luego de escuchar los testimonios de algunas familias que asistieron al encuentro, realizó la siguiente afirmación:
"Para oír y aceptar la llamada de Dios, y preparar una casa para Jesús, deben ser capaces de descansar en el Señor. Deben dedicar tiempo cada día a la oración”.
Es posible que algunos me digan: Santo Padre, yo quiero orar, pero tengo mucho trabajo. Tengo que cuidar de mis hijos; además están las tareas del hogar; estoy muy cansado incluso para dormir bien. Y seguramente es así, pero si no oramos, no conoceremos la cosa más importante de todas: la voluntad de Dios sobre nosotros. Y a pesar de toda nuestra actividad y ajetreo, sin la oración, lograremos muy poco.
El Papa Francisco hizo énfasis luego que descansar en la oración es especialmente importante para las familias. Donde primero aprendemos a orar es en la familia. Allí conseguimos conocer a Dios, crecer como hombres y mujeres de fe, vernos como miembros de la gran familia de Dios, la Iglesia.
"En la familia aprendemos a amar, a perdonar, a ser generosos y abiertos, no cerrados y egoístas”.
De este modo, aprendemos a ir más allá de nuestras propias necesidades, para encontrar a los demás y compartir nuestras vidas con ellos. Por eso es tan importante rezar en familia. Por eso las familias son tan importantes en el plan de Dios sobre la Iglesia.
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