lunes, 5 de marzo de 2018

Sanación física y el Sacramento de la Unción de los Enfermos


Blog Catolico Jesus Te Sana


Escrito por el padre Rubén Bellante

Vamos a ir descubriendo todos los beneficios que tiene este sacramento de la unción de los enfermos, cómo la gracia de Jesús Resucitado se manifiesta a través de este sacramento, signo eficaz de la gracia de Dios, como a través de todos los sacramentos.

Este sacramento siempre lo administra un presbítero (sacerdote) de la iglesia católica.

Este mundo actual, que lo vemos tan enfermo en el Espíritu y en el cuerpo, con tanta ciencia dando vuelta, medicina, y cada vez más enfermo. Conocerá mejor a Jesús y se acercará a él cuando comprenda que hoy, ayer es él mismo y que movido por el amor que nos tiene y con el poder que recibió del Padre Dios, puede y quiere realizar la sanación interior y la física que necesitamos.

Cuando San Pedro pronuncia su discurso en la casa del centurión Cornelio, dice: “Él ha enviado su palabra a los hijos de Israel, anunciando la buena nueva de la paz, por medio de Jesucristo que es el Señor de todos. Ustedes saben lo que sucedió en Judea, comenzando por Galilea, como Dios a Jesús de Nazareth lo ungió en el Espíritu Santo y con poder. Como él pasó haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el mal, el maligno, por que Dios estaba con él”. Termina diciendo “De este, todos los profetas dan testimonio”.
Es que todo el que cree en él alcanza por su nombre el perdón de los pecados. Palabra de Dios, te alabamos Señor, el texto es de Hechos de los Apósteles 10, 34-44.

Solo de Jesús se puede decir con plena verdad, que paso haciendo el bien y sanando a todos. Nuestra vida es una mezcla de bien y de mal, de virtudes y de vicios, sanamos tal vez a muchos, pero herimos a más de los que creemos. El evangelio nos habla con frecuencia de las curaciones de todo orden que realiza Jesús, movido siempre por su inmenso amor al prójimo.

San Mateo 8 16-17 nos dice:
Al atardecer le trajeron muchos endemoniados, él expulso a los espíritus con su palabra y curo a todos los que se encontraban mal.
Así se cumplió el oráculo del profeta Isaías:
“èl tomo nuestras flaquezas y cargo con nuestras enfermedades”

Esta caridad de Jesús, explica ante toda la multitud la variedad de curaciones que hizo ante su vida publica, porque sentía una gran compasión por todos nosotros.
Por eso el ciego de Jericó le grita:

Hijo David, Jesús ten compasión de mí.
Y el Señor le dice: “¿que querés que te haga?”
Marcos 10, 47-51

San Mateo nos dice que cuando le llevaron los enfermos, tuvo compasión de ellos y los sanó.
Cuando los ciegos se le acercaron e imploraron su protección, el Señor tuvo misericordia de ellos, le toco los ojos, y luego pudieron ver, y le siguieron.
Mateo 20, 34.


Cuando el ángel Gabriel anuncia a Maria el misterio de la encarnación del verbo, le dice
Vas a concebir en el seno y vas a dar a luz a un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
Lucas 1, 31
Y ¿que significa este nombre? que es ordenado por el ángel Gabriel.
Jesús viene de Yavé, que es salvación.
Jesús será eso, el salvador de todos los seres humanos.
Con razón Cristo contestara a los dos discípulos que envía Juan el Bautista con esta pregunta
¿Eres tu el que ha de venir o debemos esperar a otro?
Y contesto Jesús:
Vayan y cuenten a Juan lo que han visto y oído, los ciegos ven, los rengos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncian a los pobres la buena nueva   y dichoso aquel que no se escandalice de mi.
Lucas 7, 18-24

¿Entonces porque fue enviado Jesús?


No comprenderemos la misión de Jesús si a la luz del evangelio no lo reconocemos como el salvador de todo el ser humano, de todos los seres humanos.
Jesús curo todas las enfermedades.
Hay cuatro clases de enfermedades.
–          La de nuestro espíritu, causada por el pecado personal.
–          La emocional, causada por las heridas emocionales del pasado.
–          La enfermedad física del cuerpo
–          Y puede darse también, la opresión demoníaca.
Ahora bien Jesús sano todas estas clases de enfermedades, perdonó los pecados al paralítico y a la pecadora, curo a los ciegos, leprosos, sordomudos, y a quienes estaban aquejados por toda suerte de enfermedades, arrojo el demonio de muchos y dio su paz y su consuelo. Por eso la lectura atenta y meditada del evangelio, nos mostrará claramente como nuestro salvador es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

La carta a los Hebreos lo dice claramente, Jesucristo es el mismo ayer, hoy y lo será para siempre, Hebreos 13, 8
Y creemos realmente en esta gran verdad, pero a veces a medias, porque no estamos muy convencidos que actualmente su amor a los seres humanos es el mismo, y que una de las demostraciones es su deseo de curar todas nuestras enfermedades y miserias. En la práctica estamos convencidos de que durante su vida mortal observo una conducta especial y exclusiva para esa época.
El mismo San Agustín en sus primeros escritos sostuvo que la sanación había   cesado en la iglesia y que ya no era necesaria, pero en sus retractaciones cambio de idea, afortunadamente.
Los católicos hemos reservados la curaciones a momentos raros y útiles, solo para comprobar la santidad de una persona.

¿Qué significado tiene para vos, para mí?

Estas palabras de Jesús: ”les aseguro que el que crea en mi, hará él también las obras que yo hago y hará mayores aun”. Juan 14, 12

Creo que es necesario que estudiemos la vida y los sentimientos de Cristo Jesús a la luz del evangelio, y que de verdad creamos que él no ha cambiado, es el mismo ahora, igual que ayer, y para siempre.

La iglesia primitiva creyó en el mensaje de Jesús y en su poder, la gente acudía a escuchar la predicación apostólica y simultáneamente sacaba los enfermos a las plazas y lo colocaban en lechos, camillas, para que al pasar Pedro si quiera su sombra cubriese a algunos de ellos. También acudía la multitud de las ciudades vecinas, a Jerusalén trayendo enfermos atormentados por espíritus inmundos, todos eran sanados.
Hechos de los Apóstoles 5, 15-16.

De San Pablo se dice otro tanto.
Dios obraba por medio de Pablo milagros extraordinarios, de forma que bastaba aplicar a los enfermos los pañuelos o mandiles que habían usados y se alejaban de ellas las enfermedades, y salían los espíritus malos.
Hechos 19,11

Ahora bien debemos preguntarnos la iglesia de Jesucristo, la iglesia del Señor, nuestra iglesia en el siglo XXI

¿Es distinta, de la primitiva?

¿Acaso Cristo Jesús no es el mismo de siempre?

Ese gran poder que acompaño a los Apóstoles
¿Porque no aparece hoy?
¿Acaso ese poder era exclusivo de los primeros tiempos cristianos?  

Cristo Jesús quiere que hoy nos limitemos a proclamar su mensaje de salvación, ¿ha decidido por ejemplo, suspender la curación de los enfermos al menos casi totalmente?
Yo entiendo, que aun en los tiempos de Jesús, no todos fueron sanados, porque para muchos la enfermedad era y sigue siendo, hoy un camino de crecimiento, y de santidad . Ahí se puede ver cuando una enfermedad puede ser querida y permitida por Dios, eso lo tenemos claro, sin lugar a dudas.
Pero también es verdad que dice un texto San Marcos 6, 5-6:
Jesús no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de curar unos pocos enfermos, poniéndoles sus manos sobre la cabeza y se admiraba al ver que no tenían fe.

¿No será eso un poco lo que nos pasa a nosotros?

Cuando uno va a los santuarios, ve siempre grandes multitudes, Lujan, San Nicolás, Iratí, Salta, San Cayetano, Lourdes, Fátima, Guadalupe, etc., no pierden atractivos los santuarios, todo lo contrario,
Yo veo cada Febrero en Lourdes, de Alta Gracia, o el Cristo de la Quebrada, en San Luis, o el Cristo de la buena muerte en Reducción.

Es decir que realmente tenia razón Pablo VI, cuando decía que los santuarios son clínicas del espíritu, y grandes científicos, incluso premios Novel de la medicina, como el doctor Alexis Carrel, han admitido la existencia de ellos, de verdaderos milagros. Justamente con motivo del año Jubilar 2008 Lourdeano, de Lourdes, que se cumplen 150 años de las apariciones, de Maria a Bernardita, salió un artículo donde dice de que hubo ciento y cientos de gracias especiales, pero que hasta el momento se han reconocido oficialmente sesenta y ocho milagros. Oficialmente en estos 150 años pero sigue avanzando con la investigación de médico, teólogos, psicólogos, etc.

Es un tema muy especial, porque parece que en los santuarios, los peregrinos manifiestan una fe más viva, una confianza más fuerte en el Señor, y en la intersección de su madre. Entonces allí se provocan gracias especiales, allí las predicaciones de los sacerdotes, incluso la oración de los servidores, parece estar mas impregnadas de Espíritu Santo, más fuerte, más llena de confianza. Entonces el pueblo sencillo nunca ha perdido su fe en el poder y querer sanador del Señor y por eso utiliza todavía las novenas, las velas encendidas y las oraciones diversas, pidiendo las gracias de la salud espiritual y corporal con gran confianza. Por supuesto si todo esto esta evangelizado mucho mejor, para quitarle todo lo que puede tener de supersticioso, para que quede claro que Jesucristo es el señor de la historia.

Jesucristo es el único puente entre Dios y los hombres. La auténtica sanación empieza por aceptar a Jesucristo vivo en el corazón y enamorarse de él y dejarse amar por él.

Porque, efectivamente, hay mucha gente que caprichosamente e inmaduramente anda de aquí para allá, buscando una curación de algo y a veces el Señor le otorga esa gracia, se cura de algo, de alguna enfermedad. Pero no se sana porque sigue en su vida frívola, superficial, estresante, consumista. Entonces no ha recibido a Jesús en su corazón, no lo ha aceptado como el Señor de su vida. Solamente se saco su caprichito de encima.

Entonces allí no hay una sanación verdadera, como el tema de los leprosos, los diez se curaron, pero solamente uno se sano, aquel que volvió alabando al Señor, dando gracia, bendiciendo, ese fue el que se sano.

¿Y porque?

Porque Jesucristo fue el centro de su vida y lo acepto en su corazón
Esto es muy importante para nuestra vida.
También es importante hablar de nuestra fe. Para evitar exageraciones y falsas interpretaciones, en este campo de la sanación física, donde hay tanta charlatanería, superstición, tanta cosa rara, incluso dentro de la iglesia, no encausada, no tocada por el Espíritu Santo, falta de discernimiento, por eso hablamos de este tema.

Falta mucho discernimiento, pastoreo.

Pero es conveniente aclarar algunos conceptos:

La oración para pedir la curación de una enfermedad no obedece de ninguna manera a un desprecio a los médicos, a las ciencias, o a la medicina o medicamentos. De ninguna manera, esto debe quedar claro. Porque estamos convencidos que la medicina, médicos, ciencias son un regalo de Dios, instrumentos del Señor, para nuestro bien, y mucho más cuando ese médico se siente un instrumento del Señor, un agente pastoral de la salud, sabemos muy bien como lo señala la Biblia en Eclesiásticos 38 :

 “Debemos honrar al medico porque también a él lo creo el Señor, pues del altísimo viene la curación, como una dadiva que del rey se recibe, la ciencia del medico realza su cabeza y ante los grandes se admira, el Señor puso en la tierra medicinas, el varón prudente no las desdeñas.

Hijo en tu enfermedad no seas negligentes, ruega al Señor que el te curara, aparta las faltas, endereza tus manos, y de todo pecado purifica el corazón.

Ofrece incienso inmemorial de flor de harina, has ofrenda según tus medios, recurre luego al medico pues el Señor le creo también a él. Que no se aparte de tu lado pues de él tienes necesidad, hay momento en que en su mano esta la solución. Ellos también al Señor suplicaran que les ponga en buen camino hacia el alivio y hacia la curación para salvar su vida”.

Interesante, yo siempre le digo a la gente cuando le doy el sacramento de la unción de los enfermos, bueno ahora vamos a orar por el o los médicos que te va a atender, comenzamos a orar por ellos, le pedimos al Señor que los inunde del Espíritu Santo, Espíritu de sabiduría, de humildad, de discernimiento, oramos también porque las manos de esos médicos sean las manos de Jesús, operando, curando, diagnosticando, que esa mente este iluminada. Oramos por los médicos, los enfermeros, anestesistas, todos los auxiliares de la salud, por todos los que tienen que ver con la atención directa o indirecta del enfermo, cuando suministramos el sacramento de la unción de los enfermos.

La pregunta  que nos hacemos:

¿Qué fe se requiere para la sanación?

Y para hablar inteligentemente de todo este asunto de fe, y para evitar argumentos simplistas, que más bien estropean la fe de muchas personas, seria bueno enumerar cuatros actitudes básicas de fe con respecto a las curaciones:

1. La curación es sencillamente responsabilidad del ser humano. Hay muchos miembros de iglesias cristianas no católicas, que no creen en la posibilidad de que Dios cure directamente. Aunque admiten el uso de medios naturales y causas secundarias, incluyendo el poder de sugestión.
Una actitud de autosuficiencia no ve la necesidad de un ministerio de oración para curar, lo que solo provoca una ilusión que impide al ser humano de aceptar la responsabilidad de su propio destino, no.

2. La curación es posible, fuera de lo ordinario, esta actitud hacia la curación representa la creencia de muchos cristianos, los católicos en particular, allí hay fe en el poder para hacer el milagro de curación, pero hay duda de que el deseo de Dios de llevar a cabo tal curación sea una realidad. Los milagros son la excepción a la regla, incluso hay gente que piensa que la santidad de alguien puede hacer milagros, y bien sabemos que si uno puede pedir una gracia especial a través de la intersección de un santo canonizado, pero también sabemos que el Señor puede darle carismas a una persona. A un sacerdote incluso que no tenga una vida muy santa, porque los carismas no están unidos a la santidad de la persona, esto esta claro, que después esa actividad o esa acción de los carismas lleve a la persona a crecer en santidad puede ser. 
Pero no porque una persona tenga muchos carismas, quiere decir que sea muy santa.

Los milagros para muchos son la excepción a la regla  pero son sucesos de poca frecuencia y de hecho si los milagros ocurrieran frecuentemente, perderían valor como signo excepcional.

De acuerdo con este parecer, lamentablemente, la voluntad ordinaria de Dios es que la persona enferma eleve su sufrimiento a nivel de la cruz. A ese nivel los enfermos deben aprender a aceptar el dolor y no tratar de rechazarlo. La gente debe pedir solamente lo que le ha de traer progreso espiritual. Ya que el sufrimiento tiene un valor redentor, los seres humanos no deben pedir ser librados del dolor sino buscar el camino real de la cruz. Y si la gente con esta actitud ora en verdad, generalmente dudan que Dios se digne a responder a sus oraciones, por temer que las mismas estén contaminadas de interés personal. La experiencia les lleva a creer en la verdad de la siempre realizable profecía :
“Bienaventurados  los que nada esperan que ellos no sean defraudados”.

Para hacer un discernimiento si esta enfermedad es querida o permitida por Dios, siempre esta el camino para verlo de la siguiente manera:

¿Esta enfermedad esta siendo causa de crecimiento espiritual para la persona o no?
Porque sino es así, yo no se hasta que punto esa enfermedad es querida o permitida por Dios, entonces lo que hay que pedir es sanación.

Hay casos en que la persona por su gran virtud y porque la gracia del Espíritu Santo la acompaña acepta esa enfermedad y la acepta como camino de redención, crecimiento. Bueno pero allí es otro el tema. Pero cuando la persona vemos realmente que no al contrario se repliega sobre si misma, entonces allí no podemos hablar que esa enfermedad sea voluntad de Dios.

3.- La curación siempre ocurre si hay fe. Este tipo de fe absoluta creo que demuestran tener las personas que toman la Biblia realmente con confianza, creen firmemente en esta palabra.

4.- La curación es algo ordinario y regular pero no siempre ocurre. Creo que la voluntad normal de Dios, es que el ser humano tenga salud. Un ser humano generalmente glorifica mejor y con mas alegría, cuando esta sano que cuando esta enfermo, por lo tanto el ser humano puede y debe pedirle a Dios con confianza la curación, y sobre todo a diario y cuando comulga, cuando recibe a Cristo eucaristía. Mis hermanos, lo he dicho hasta el cansancio, pero si sucede donde hay misas, donde realmente las personas reciben la Eucaristía, comunión, ni tiempo tienen de dar gracias o de abandonarse a ese Cristo que lo esta abrazando eucarísticamente, que lo esta llenando de su amor, ni tiempo. Porque están los avisos parroquiales, la bendición y ya se van todos, pero tomemos conciencia que estamos recibiendo al mismo salvador, al que camino por Galilea hace dos mil años y paso haciendo el bien.

Entonces como dije antes, hay excepciones, porque a veces una enfermedad esta dirigida a un bien mayor por el reino de Dios, consecuentemente las curaciones no siempre ocurren donde haya fe.

Por eso es importante un discernimiento del confesor, de esa persona o del director espiritual.

Y que quede claro es fe en Dios, no en nuestra fe. Mi fe no esta en mi Fe, sino en Dios, esto suena obvio, pero cuando a veces a la gente yo la escucho hablar de fe no se a que se refiere exactamente, a veces parece que fe es fe en si mismo, en lo que puede, en lo que hace, en lo que va a hacer, en donde va a estar, a quien va a visitar.

Pero si todos los que piden curación comprendieran verdaderamente estas palabras podríamos aclarar muchos problemas que ahora nos encontramos en el servicio de la curación.

Mi fe esta en Dios, en su fidelidad, en sus promesas, en su sabiduría, en su poder y en su bondad.
Mi fe, no esta en mi fe, mi fe presenta dudas desde el momento que comienzo a mirar su calidad, cuando un ciego o cuando uno que ni siquiera tiene ojos en su cuencas, se acerca a pedir curación, me pregunto si tengo la fe precisa para tal curación.

La mayoría de nosotros tendríamos que admitir nuestras dudas, una vez comencemos a mirar nuestra fe, en vez de Dios, comenzamos a concentrarnos en nuestra propia insuficiencia, ahí esta el punto.

La fe no me deja duda del poder de Dios para sanar y su deseo de hacerlo, contrario a los que creen que Dios no cura en absoluto, quizás en circunstancias extraordinarias solamente.

Pero dudo conocer todas las circunstancias requeridas para pedir rectamente por determinada persona.
¿Acaso hay algo que yo no comprenda en esta situación?

Las mayorías de las veces estoy al menos en parte entre tinieblas, por consiguiente no se si siempre la persona por quien pido se curara, al menos que el Señor me rebele todos los detalles de la situación, simplemente no se si la curación se va a llevar a cabo en ese momento.
¿Significa ello que no tengo fe?
No creo así, simplemente significa que soy humano, mi fe esta en Dios, no en mis poderes, ni siquiera en mi propia fe.
Mucha gente que he conocido, aunque cree en su curación, se siente culpable de sus dudas humanas, se turban cuando oyen el desafió.

¿Tenés Fe para ser sanado?

Y en vez de confiar absolutamente en el poder de Dios y su bondad, comienzan a examinarse a ver si de veras están libres de dudas y en nueve de cada diez casos, la respuesta es no.
Luego sigue el penoso conflicto en el cual la persona comienza a sentirse culpable, y mientas mas examina su vida, mas crece esta. Y en la lucha por sobrepasar el punto de la duda, termina reprimiendo sus verdaderos sentimientos.

La fe significa adhesión a la persona viva de Jesús.

El padre Magnut, dice que Dios quiere siempre sanarnos, a menos que se presenten razones que lo impidan y el enumera algunas para explicar por que la gente no se sana a veces.
Por ejemplo:

En primer lugar:
La falta de Fe.
Los discípulos no pudieron curar al epiléptico endemoniado por falta de fe. Mateos 17,14
Tenemos que creer y crecer en la fe para que el Señor nos use más.

En  segundo lugar:
El sufrimiento redentor.
A veces Dios usa la enfermedad con un alto fin, reparar, convertirse, diría San Ignacio de Loyola, hacer madurar.

En tercer lugar:
No querer la curación.
Algunos encuentran en la enfermedad una autodefensa y no quieren salir de ella.
Ellos bloquean inconcientemente la sanación, no debemos orar por quien no desea ser curado.

En cuarto lugar:
El pecado
La sanación interior no se obtiene mientras no nos arrepintamos del odio, nuestro Señor primero perdono al paralítico y luego lo curo.

En quinto lugar:
Porque no se orar
En la oración por sanación interior, hay necesidad de descubrir la raíz profunda del mal y orar por su destrucción y sanación, hay que encontrar el problema inicial entonces.

En sexto lugar:
Un falso diagnostico
Por ejemplo orar por sanación física cuando se requiere sanación interior, del mal que cusa la enfermedad física.
Orar por sanación interior cuando se necesita liberación interior del mal espíritu.

En séptimo lugar:
No ir al medico
Como medio de Dios para curar, el medico y las medicinas, son lo medios que ordinariamente que usa Dios para sanarnos.

En Octavo lugar:
No usar los medios naturales para preservar la salud
Tales como descanso, higiene, prudencia. Sino empleas los medios ordinarios, para conservar la salud, no pidas recobrarlas por medios extraordinarios.

En noveno lugar:
Ahora no es el tiempo,
Dios a veces sana al instante, otra veces lo hace gradualmente, otros no lo hace nunca, por razones que el sabe y tiene.
Perseveremos orando, quizás no es aun la hora de Dios, no es aun el tiempo.

En décimo lugar:
A veces quiere que otra persona sea el instrumento para curar.
Nuestra oración tiene buen éxito solo cuando Dios nos llama para que oremos por una persona.

En décimo primer lugar:
A veces el ambiente lo impide
Si allí no hay paz, amor, oración, solo odio, resentimiento, frivolidad, etc.
Se impide la sanación.

Cuidado con decir que solo basta la fe, cuando alguien no es curado puede darse otras razones que explique su no curación.
La sanación es un misterio del amor divino, tenés que estar abierto para que Dios te use o no. Para ser instrumento de sanación para otros.
Que quede claro que es el Señor que lo hace, y no vos.
Es el Señor.

Sanación física y unción de los enfermos

El padre Magnut, hace un enfoque doctrinal en una charla que dio a los sacerdotes, acerca del sacramento de la unción de los enfermos como el gran medio para la sanación. Fue muy serio y abrió grandes perspectivas pastorales.

Las principales ideas fueron las siguientes:
Este sacramento es el que ha tenido una renovación más profunda después del concilio Vaticano II, ha vuelto la iglesia ha señalar que el efecto principal es la sanación como aparece en el texto de la carta del Apóstol Santiago
Ya no se llamará extremaunción, sino unción del enfermo.

La forma esencial del sacramento, enfatiza la sanación. Se administrará a los que están seriamente enfermos, no solo a los que están en peligro de muerte como anteriormente.

La administración del sacramento de la unción de los enfermos ideal es dentro de una oración comunitaria en los que tomen parte los familiares de los enfermos, el medio y otros miembros del pueblo de Dios. Se puede dar esto de la misa, dentro de un grupo de oración. El sacerdote hará las unciones y oraciones que le corresponden según el ritual, el gran cambio consiste en que ya no es un sacramento para ayudar  a entrar a la Gloria al moribundo, sino un sacramento para fortificar al enfermo y sanar la persona al aplicarle la gracia sanadora de Cristo.

Por eso el Papa Pablo VI escribió:
“Hemos querido modificar la fórmula sacramental con el fin de que según las palabras de Santiago, los efectos del sacramento pueden ser plenamente expresados, nos sobra citar la formula nueva para bendecir del óleo los enfermos, la cual puede ser ya efectuada por un presbítero, dice:

“Dios Padre de toda consolación que por tu hijo alivias el dolor de los enfermos, escucha propicio la oración de la fe, envía desde el cielo al espíritu paráclito sobre este aceite generoso que por tu bondad el olivo nos produce para alivio del cuerpo, por tu santa bendición sea para cuantos con el se ungen, protección de cuerpo y alma y espíritu y liberación de todo dolor, deficiencia y enfermedad.

Sea para nosotros aceite santo, por tu bendición, en nombre de nuestro Señor Jesucristo”.

Además la oración por los enfermos en la iglesia ocupa un puesto destacado en la liturgia, en las oraciones se pide constantemente la curación corporal, la fortaleza de ánimo durante, en la prueba y la salvación eterna.

En el ritual romano, allí hay misas rituales para pedir por la salud, por los enfermos, por la salud espiritual incluso.

Sin duda entonces es recomendable que esta medicina de la iglesia se aplique inmediatamente al producirse una enfermedad grave. Pero una prudente curas de almas, tomara en   consideración la situación del enfermo, en general la iglesia en su preocupación por los enfermos desea una colaboración estrecha entre sacerdotes y el medico, sobre todo ha de evitarse que el enfermo se sienta excluido de la comunidad parroquial, precisamente en un tiempo en que necesita urgentemente de su ayuda y en el que él mismo con su sufrimiento puede prestar a aquella, o sea a la comunidad parroquial, un gran auxilio. Apuntando hacia un orden que esta más allá de la producción y el éxito, como seria el apostolado, la catequesis. Al contrario hacerle ver al enfermo el apostolado que esta ofreciendo por su comunidad parroquial, es maravilloso, es excelente, es una fuente de gracias, porque se esta uniendo a la pasión de Cristo en la cruz.

Sin embargo en la presente de cambio en las estructuras parroquial, las formas concretas en que pueden expresarse y hacerse fructificar la unión mutua entre comunidad y enfermo, aun hay que buscarse.

Porque no hace mucho hice un encuentro en mi parroquia, con hermanos de San Juan de Dios, de la ciudad de Lujan y Ramos Mejias, que son expertos en el tema de la pastoral de la salud, y vimos como en muchas parroquias no se desarrolla todavía el tema de las pastoral de la salud, del duelo, como todo se reduce a algunas personas, que con buena intención, llevan la eucaristía, comunión , cada quince días o cada mes a los ancianos o enfermos a su domicilio, pero no hay una pastoral de la salud entendiendo justamente como al ministro de la salud, como al ministro de la alegría, de la esperanza.

A esa persona que va a encontrarse con Cristo, Jesús mismo en la persona del enfermo, o del anciano o en el hospital, geriátrico, esto es un tema todavía a desarrollar, no siempre en las misas de las parroquias, se recuerda incluso con sus nombres a algunos de sus enfermos, de esa misma comunidad parroquial, que hasta hace un domingo o dos o tres participaban de la misa, la gente dice no lo veo mas a fulano, y donde estará este, y aquel, que importante también, oremos por Luisa mira que esta enferma, Felipe fue operado esta en el hospital, decirlo no, esto ayuda mucho a crear una comunión en la comunidad justamente. Y también decirle al enfermo mira la comunidad esta orando por vos, tenemos un problema en la catequesis, o con estos jóvenes, porque no ofreces esta semana la oración, entonces unir al enfermo a la parroquia, saber que el no esta excluido, ni autoexcluido porque no pueda ir físicamente a la misa o a la actividad parroquial.
Esto es importante, fundamental.


Oración  final

Te damos gracias Señor
Te alabamos y te bendecimos porque nunca nos deja solos
Porque siempre tú presencia resucitada y resucitadora se acerca a nosotros para que seamos canales e instrumentos de tu amor

Hoy queremos Jesús, alabarte, bendecirte y agradecerte muy especialmente por los sacramentos, pero de manera especial por los sacramento de la unción de los enfermos, por medio del cual, visitas a cada enfermo, a cada sufriente dándole el abrazo de tu paz, tu amor y los efectos de tu redención y el poder de tu resurrección.

Te damos gracias Señor porque hoy y aquí actúas en nuestras vidas de una manera maravillosa y poderosa.
Y te entregamos a través del corazón inmaculado de Maria a todos los enfermos, a los oyentes, a los familiares de los oyentes, a los que están en hospitales, clínicas, sanatorios, geriátricos, en hogares de ancianos, en cárceles, en siquiátricas, a todos los enfermos te los entregamos Señor y te pedimos a través del poder de tu sangre derramada en la cruz, de tu pasión, muerte y resurrección, los bendigas en el nombre del Padre, Hijo y espíritu Santo.

Amen.

Padre Rubén Bellante

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