Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina
Reflexión 99: El azote del pecado
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¿Por qué sufrió Jesús como lo hizo? ¿Por qué recibió una flagelación tan severa? ¿Por qué fue tan dolorosa su muerte? Porque el pecado tiene consecuencias y es fuente de gran dolor. Pero el abrazo voluntario y sin pecado de Jesús del sufrimiento transformó el sufrimiento humano para que ahora tenga el poder de purgarnos y liberarnos del pecado y de todo apego al pecado (ver Diario # 445).
¿Te das cuenta de que el dolor y el sufrimiento extremos por los que pasó Jesús se debió a tu propio pecado? Es importante reconocer ese hecho humillante. Es importante ver una conexión directa entre Su sufrimiento y tu pecado. Pero esto no debería ser motivo de culpa o vergüenza, debería ser motivo de gratitud. Profunda humildad y gratitud.
Señor, te doy gracias por todo lo que soportaste en tu santa Pasión. Te agradezco tu sufrimiento y tu cruz. Te doy gracias por redimir el sufrimiento y transformarlo en fuente de salvación. Ayúdame a permitir que los sufrimientos que soporto cambien mi vida y me purifiquen de mi pecado. Uno mis sufrimientos a los tuyos, querido Señor, y oro para que los uses para tu gloria. Jesús, en Ti confío.
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