lunes, 19 de abril de 2021

Reflexión 109: Los brazos de Dios

 



Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina

Reflexión 109: Los brazos de Dios

Cuando un niño se asusta o se lastima, el lugar natural de consuelo son los brazos de los padres. Esto es lo primero que busca un niño que llora. Así debe ser con nosotros. Los brazos de nuestro Padre Celestial y Jesús nuestro Salvador son a los que debemos acudir en nuestra necesidad. No debemos dudar en volvernos a Dios en todas las cosas, especialmente cuando nos sentimos tentados a desesperarnos o cuando reconocemos nuestra debilidad y pecado (ver Diario # 505).

Cuando las cargas lo agobian, o cuando se enoja o siente la tentación de desesperarse, ¿a dónde recurre? Algunos recurren a consuelos carnales pecaminosos, otros a palabras duras y otros corren hacia Dios. ¡Corre hacia Dios en todo momento! Idealmente, corremos hacia Él cuando la vida es buena y cuando estamos llenos de gran gozo y consuelo. Pero Dios también quiere que corramos hacia Él, inmediatamente, cuando la vida es difícil. Haga de los brazos de Dios lo primero en lo que piense cuando se encuentre en necesidad.

Señor, corro hacia ti. Oro para que cada día desarrolle el hábito de correr hacia ti en todas las cosas. Oro para volverme a ti con todas mis necesidades. Me aferro a Ti, Divino Señor, y busco confiar en Ti siempre. Jesús, en Ti confío.




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