PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico :
Jesús dijo a sus discípulos en la Última Cena: «Hijitos, me queda poco de estar con vosotros... Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también unos a otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros» (Jn 13,33-35).
Pensamiento franciscano :
San Francisco dice en su Regla: «Dondequiera que estén o se encuentren los hermanos, muéstrense familiares mutuamente entre sí. Y confiadamente manifieste el uno al otro su necesidad, porque, si la madre cuida y ama a su hijo carnal, ¿cuánto más amorosamente debe cada uno amar y cuidar a su hermano espiritual?» (2 R 6,7-8).
Orar con la Iglesia:
Elevemos nuestra oración al Señor Dios, que ha derramado en nuestros corazones los dones del Espíritu Santo.
-Para que acojamos con alegría el don de la caridad y produzcamos los frutos del Espíritu Santo.
-Para que, dóciles a la enseñanza del divino Maestro, vivamos en fidelidad su mandamiento: «Amaos los unos a los otros como ya os he amado».
-Para que los pobres, los humildes, los marginados o abandonados, reciban la atención preferente de la Iglesia y de quienes la formamos.
-Para que nuestra caridad sea paciente y benigna, todo lo excuse, lo crea, lo espere, lo soporte, por amor y con amor.
-Para que los discípulos de Cristo demostremos con nuestras obras que apreciamos de veras sus enseñanzas y ejemplos.
Oración: Señor y Padre nuestro, inflama nuestros corazones con el Espíritu de tu amor, para que amemos a los hermanos como tú nos has amado. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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