viernes, 20 de noviembre de 2020

Purificación 20 de noviembre de 2020 Viernes de la trigésima tercera semana del tiempo ordinario

 




Reflexiones diarias católicas
¡Mi vida católica!

Purificación
20 de noviembre de 2020
Viernes de la trigésima tercera semana del tiempo ordinario
Lecturas de hoy

Jesús entró en el área del templo y procedió a expulsar a los que vendían cosas, diciéndoles: “Escrito está: Mi casa será casa de oración, pero tú la has convertido en cueva de ladrones. "Lucas 19: 45-46

Este pasaje revela no solo algo que Jesús hizo hace mucho tiempo, sino que también revela algo que desea hacer hoy. Además, desea hacer esto de dos maneras: desea erradicar todo mal dentro del templo de nuestro mundo, y desea erradicar todo mal en el templo de nuestro corazón.

Con respecto al primer punto, está claro que el mal y la ambición de muchos a lo largo de la historia se han filtrado en nuestra Iglesia y en el mundo. Esto no es nada nuevo. Es muy probable que todos hayan encontrado algún tipo de daño por parte de los miembros de la Iglesia misma, de la sociedad e incluso de la familia. Jesús no promete la perfección de aquellos que encontramos todos los días, pero sí promete ir enérgicamente tras el mal y erradicarlo.

En cuanto al segundo y más importante punto, debemos ver este pasaje como una lección para nuestra propia alma. Cada alma es un templo que debe reservarse únicamente para la gloria de Dios y el cumplimiento de Su santa voluntad. Por lo tanto, este pasaje se cumple hoy si permitimos que nuestro Señor entre y vea la maldad y la inmundicia dentro de nuestras propias almas. Puede que esto no sea fácil de hacer y requerirá una verdadera humildad y entrega, pero el resultado final será la limpieza y purificación por parte de nuestro Señor.

Reflexione hoy sobre el hecho de que Jesús desea llevar a cabo la purificación de muchas maneras. Quiere purificar la Iglesia en su conjunto, cada sociedad y comunidad, su propia familia y especialmente su propia alma. No temas dejar que la santa ira de Jesús obre con su poder. Ore por la purificación en todos los niveles y deje que Jesús cumpla su misión.

Señor, oro por la purificación de nuestro mundo, nuestra Iglesia, nuestras familias y muy especialmente mi propia alma. Te invito a que vengas a mí este día para revelarme qué es lo que más te aflige. Te invito a arrancar de raíz, en mi corazón, todo lo que te desagrada. Jesús, en Ti confío.

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