Tuvimos un caso de exorcismo muy difícil. Los demonios presentes eran de alto rango y fue una batalla larga y terrible. ¡Al final, la Santísima Virgen apareció y echó a Lucifer!
En un momento, uno de los sacerdotes asistentes estaba teniendo problemas en su rectoría. La cañería estaba tapada y los baños no funcionaban. Duró más de una semana. Invitó a los fontaneros en varias ocasiones y no encontraron nada malo. Le aseguraron que su sistema de residuos estaba bien. Pero, ¿por qué no estaba funcionando?
Me mencionó el problema y, reconociendo que su problema podría no ser físico, respondí: "Intenta echarle un poco de agua bendita". Lo hizo y todo volvió a funcionar de inmediato.
A los demonios les encanta acosarnos. Dios no permite que nos lastimen seriamente, por eso hacen todo lo que pueden para tentar, asustar, acosar e intimidar. Como le digo al equipo, no se deje llevar por esos trucos adolescentes. ¡Jesus es el Señor! Confía en él.
Pero sí te lo demuestra: a veces en la vida necesitas un plomero, pero otras veces necesitas un poco de agua bendita.
Etiquetas: Demonios , Exorcismo , Agua bendita , Monseñor Stephen Rossetti
No hay comentarios. :
Publicar un comentario