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Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina
Reflexión 329: Confesar con deleite
¿Por qué le temes a la confesión? Este glorioso Sacramento te es ofrecido desde el tierno Corazón de nuestro Señor. A través de este don glorioso, Jesús levanta las cargas que llevas para que puedas compartir más plenamente Su Misericordia. Si entendiera esto, no dudaría en acudir a la Confesión con regularidad. Lo desearía no porque revele su desdicha, sino porque la cura y la elimina para siempre (vea el Diario n. ° 1602).
Trate de dedicar tiempo a observar su actitud hacia el regalo del Sacramento de la Reconciliación. Si ve vacilación dentro de usted, examine la razón. ¿Es miedo a enfrentar tu pecado? ¿Es miedo a enfrentarse al sacerdote? El miedo nunca debería ser un factor. Deja ir cualquier miedo que tengas poniendo tus ojos en el resultado final. Ese resultado final es la libertad y la unión con Dios. Esta es una Misericordia que necesitas y nunca te arrepentirás de recibir.
Señor, por favor líbrame del miedo a este glorioso Sacramento. Ayúdame a ver mis pecados con honestidad, pero solo cuando también contemplo Tu infinita Misericordia. Dale a mi corazón un deseo ardiente por esta Misericordia y un anhelo por la libertad que trae. Te amo, querido Señor. Jesús, en Ti confío.
365 días con santa Faustina
Reflexión 329: Confesar con deleite
¿Por qué le temes a la confesión? Este glorioso Sacramento te es ofrecido desde el tierno Corazón de nuestro Señor. A través de este don glorioso, Jesús levanta las cargas que llevas para que puedas compartir más plenamente Su Misericordia. Si entendiera esto, no dudaría en acudir a la Confesión con regularidad. Lo desearía no porque revele su desdicha, sino porque la cura y la elimina para siempre (vea el Diario n. ° 1602).
Trate de dedicar tiempo a observar su actitud hacia el regalo del Sacramento de la Reconciliación. Si ve vacilación dentro de usted, examine la razón. ¿Es miedo a enfrentar tu pecado? ¿Es miedo a enfrentarse al sacerdote? El miedo nunca debería ser un factor. Deja ir cualquier miedo que tengas poniendo tus ojos en el resultado final. Ese resultado final es la libertad y la unión con Dios. Esta es una Misericordia que necesitas y nunca te arrepentirás de recibir.
Señor, por favor líbrame del miedo a este glorioso Sacramento. Ayúdame a ver mis pecados con honestidad, pero solo cuando también contemplo Tu infinita Misericordia. Dale a mi corazón un deseo ardiente por esta Misericordia y un anhelo por la libertad que trae. Te amo, querido Señor. Jesús, en Ti confío.
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