PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Sabado,28 de noviembre del 2020.
Pensamiento bíblico:
Dijo Jesús a sus discípulos: -Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento... Velad, pues, ya que no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad! (Mc 13,33-37).
Pensamiento franciscano:
Comienza así el Testamento de san Francisco: -El Señor me dio de esta manera a mí, hermano Francisco, el comenzar a hacer penitencia: porque, como estaba en pecados, me parecía extremadamente amargo ver a los leprosos. Y el Señor mismo me condujo entre ellos, y yo practiqué la misericordia con ellos. Y al apartarme de los mismos, aquello que me parecía amargo, se me convirtió en dulzura del alma y del cuerpo; y después me detuve un poco, y salí del siglo (Test 1-3).
Orar con la Iglesia:
Invoquemos a Cristo, alegría y júbilo de cuantos esperan su llegada, y digámosle: ¡Ven, Señor, y no tardes más!
-Esperamos alegres tu venida: ven, Señor Jesús.
-Tú que existes antes de los tiempos, ven y salva a los que vivimos en el tiempo.
-Tú que creaste el mundo y a todos los que en él habitamos, ven a restaurar la obra de tus manos.
-Tú que no despreciaste nuestra naturaleza mortal, ven y arráncanos del dominio de la muerte.
Oración: Dios todopoderoso, aviva en tus fieles el deseo de salir al encuentro de Cristo, que viene, acompañados por las buenas obras. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Sabado,28 de noviembre del 2020.
Pensamiento bíblico:
Dijo Jesús a sus discípulos: -Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento... Velad, pues, ya que no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad! (Mc 13,33-37).
Pensamiento franciscano:
Comienza así el Testamento de san Francisco: -El Señor me dio de esta manera a mí, hermano Francisco, el comenzar a hacer penitencia: porque, como estaba en pecados, me parecía extremadamente amargo ver a los leprosos. Y el Señor mismo me condujo entre ellos, y yo practiqué la misericordia con ellos. Y al apartarme de los mismos, aquello que me parecía amargo, se me convirtió en dulzura del alma y del cuerpo; y después me detuve un poco, y salí del siglo (Test 1-3).
Orar con la Iglesia:
Invoquemos a Cristo, alegría y júbilo de cuantos esperan su llegada, y digámosle: ¡Ven, Señor, y no tardes más!
-Esperamos alegres tu venida: ven, Señor Jesús.
-Tú que existes antes de los tiempos, ven y salva a los que vivimos en el tiempo.
-Tú que creaste el mundo y a todos los que en él habitamos, ven a restaurar la obra de tus manos.
-Tú que no despreciaste nuestra naturaleza mortal, ven y arráncanos del dominio de la muerte.
Oración: Dios todopoderoso, aviva en tus fieles el deseo de salir al encuentro de Cristo, que viene, acompañados por las buenas obras. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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