Se es persona por el alma humana y por el cuerpo humano
Por: ¿Cómo soy? (1) | Fuente: Catholic.net
Existen muchas personas que no reconocen el valor de nuestro cuerpo como algo sagrado, como parte de nuestro propio ser, como parte de nuestra dignidad, de nuestro valor como personas humanas.
¿Conocen a alguna persona humana sin cuerpo humano? Se es persona por el alma humana y por el cuerpo humano. Por lo tanto, el cuerpo es sagrado, es el medio material que Dios nos ha regalado para poder realizar miles de obras buenas y nunca se le debe despreciar considerándolo como un estorbo o como un objeto con el que puedo hacer lo que se me antoja.
Como ya se habrán dado cuenta, su cuerpo actual es muy diferente al que tenían de niños. De pronto, a los once a doce años empezó a cambiar, interna y externamente. Los cambios externos los han notado claramente, pero no así los internos. Es entre los doce y los dieciséis años la etapa en donde se nota más su crecimiento, su cambio exterior desde tu nacimiento. Es el momento en que maduran físicamente. Esto significa que al final de esta etapa han llegado a ser, en el aspecto físico, unos hombres (o unas mujeres) "hechos y derechos".
En los hombres, el cambio más notable es que aumentó su estatura y su peso; vino el rápido crecimiento de sus huesos largos del cuerpo: un "estirón" repentino. Su voz cambió y se volvió ronca. Se ensancharon sus hombros y se desarrollaron sus músculos. Los "niños flacuchos" que eran hace unos años, de pronto se convirtieron en unos "hombretones fuertes y vigorosos", capaces de realizar los deportes más difíciles y de llevar a cabo los trabajos más rudos. Todo su cuerpo se ha preparado para que puedan llevar a cabo su misión como jefes futuros de una familia, misión que requiere de mucha fuerza y mucha valentía, pues a ustedes, hombres, les corresponderá velar porque nada falte en su familia; no sólo casa, vestido y sustento, sino principalmente la seguridad que solo dan el amor y la disciplina. Por todo esto, es muy importante que aprovechen todas las fuerzas de su juventud para prepararse para ser cada uno, "el mejor de los padres": estudiando, haciendo deporte, trabajando, para fortalecer su cuerpo y su espíritu.
Las mujeres tuvieron también sus cambios, bien diferentes a los de los hombres: aumentó su estatura, mas no tanto como la de ellos, crecieron sus pechos, sus caderas se redondearon haciendo parecer más delgada la cintura y de pronto, las "niñas regordetas" de hace unos años, que jugaban futbol y canicas con los niños, se convirtieron en unas mujeres delicadas y femeninas. Con todos estos cambios físicos, su cuerpo se ha ido preparando para la grandiosa misión de la maternidad: Dios quiso que el cuerpo de la mujer fuera el "nido" caliente y amoroso donde recibieran de Él la vida los nuevos seres humanos, y le dio la forma adecuada y perfecta para que estos nuevos seres se sintieran protegidos y amados desde el momento de su concepción.
Los cambios físicos en las mujeres se notan por fuera y se sienten por dentro: desde que dejaron de ser niñas, habrán notado cambios bruscos en su estado de ánimo: a veces se sienten contentas, y hasta un poco eufóricas y de pronto, sin ninguna razón aparente, les llegan unas ganas enormes de llorar o de enfurecerse contra todo y contra todos, sin saber porqué. Estos cambios de humor son totalmente normales, están causados por los cambios físicos internos que generan una serie de sustancias llamadas hormonas. Pero no porque sean normales debemos permitirlos, haciéndole la vida insufrible a los demás. Estos cambios de humor se pueden y se deben controlar usando la inteligencia y la voluntad.
Como ven, los cambio en los hombres y las mujeres en esta etapa son muy distintos, pero ambos tienen un cambio común: De pronto, después de una época en la que se odian unos a otros, empiezan a sentirse atraídos por las personas del sexo opuesto. Un día se dan cuenta de que la niña que ayer les parecía chocante y aburrida, hoy es la mujer más encantadora del mundo o que el niño que ayer era un brusco y grosero, se ha convertido en el hombre más guapo, galante y cautivador de todo el universo.
"La sexualidad abraza todos los aspectos de la persona humana, en la unidad de su cuerpo y de su alma".(Catecismo de la Iglesia Católica n.2332)
Esta atracción que sienten hacia el otro sexo, es buena y querida por Dios, (Él la planeó desde el principio), pero es muy importante que la sepan controlar con su inteligencia y su voluntad para reservar la entrega de su cuerpo exclusivamente a la única persona que se lo merece y que es "aquella mujer" o "aquél hombre" que tal vez todavía no conocen, pero que será algún día su futura esposa o esposo, con la que formarán una familia y a la que le prometerán delante de Dios amarla y respetarla todos los días de su vida.
Cuídense de no confundir la atracción sexual con el amor. Esa atracción poderosa que sienten hacia el otro sexo, puede llegar a formar parte del amor, pero no es el amor, pues el amor no es un sentimiento ni una sensación, sino que es un acto de la voluntad.
Nunca olviden que es mucho más hombre, mucho más valiente, mucho más digno de respeto y admiración, aquél que es capaz de dominarse a sí mismo, reservando la entrega de su cuerpo hasta el matrimonio, que aquél que se deja dominar por sus instintos como si fuera un animal y no una persona creada a imagen y semejanza de Dios.
"La pureza de corazón ...nos permite considerar el cuerpo humano, el nuestro y el del prójimo, como un templo del Espíritu Santo, una manifestación de la belleza divina". (Catecismo de la Iglesia Católica n.2519)
Tú como católico sabes que tu cuerpo es templo de Dios y que debes respetarlo, pero te encontrarás personas que te digan que debes disfrutar de lo agradable, huyendo de lo desagradable, que no tienes por qué dominarte, que eres "libre" de usar tu cuerpo como quieras, sin compromisos ni ataduras legales ni morales.
No te dejes engañar por estas mentiras, pues acaban con la fuerza de la juventud, la debilitan y la destruyen, convirtiendo a los que se dejan llevar, en títeres de la sensualidad y del egoísmo.
El Papa Juan Pablo II dice en su Carta a los Jóvenes del Mundo: "Estad alertas contra el fraude de un mundo que quiere explotar o dirigir mal vuestra energía y ansiosa búsqueda de felicidad y orientación".
Para recordar
* Desde la primera etapa de la adolescencia, las diferencias físicas entre hombres y mujeres se marcan notoriamente, porque sus cuerpos van adquiriendo características para cumplir la misión específica, que Dios ha planeado para cada sexo.
* Tu desarrollo físico puede afectar tu estado de ánimo, pero esto lo puedes y lo debes controlar.
* Ante las nuevas sensaciones que tu desarrollo físico te produce, debes imponer tu inteligencia y voluntad para encauzar todas tus energías hacia algo positivo y agradable a los ojos de Dios.
* El Papa Juan Pablo II insiste en su Carta a los Jóvenes del Mundo: "Estad alertas contra el fraude de un mundo que quiere explotar o dirigir mal vuestra energía y ansiosa búsqueda de felicidad y orientación".
* Tu madurez y grandeza como hombre o como mujer, se demuestran en el dominio de ti mismo.
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