miércoles, 3 de octubre de 2018

Evangelio del día y lecturas. Jueves 4 de octubre de 2018.





Evangelio del día, Jueves 4 de octubre de 2018 Primera Lectura: Del libro de Job 19,21-27 Salmo 26 R/. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida Evangelio según San Lucas 10, 1-12 Lecturas del Jueves de la 26ª semana del Tiempo Ordinario Jueves, 4 de octubre de 2018 Primera lectura Lectura del libro de Job 19,21-27: Job dijo: «¡Piedad, piedad de mí, amigos míos, que me ha herido la mano de Dios! Por qué me perseguís como Dios y no os hartáis de escarnecerme? ¡Ojalá se escribieran mis palabras, ojalá se grabaran en cobre; con cincel de hierro y en plomo se escribieran para siempre en la roca! Yo sé que está vivo mi Vengador y que al final se alzará sobre el polvo: después que me arranquen la piel, ya sin carne, veré a Dios; yo mismo lo veré y no otro, mis propios ojos lo verán. ¡Desfallezco de ansias en mi pecho!» Palabra de Dios Salmo 26,7-9,13-14 R/. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida Escúchame, Señor, que te llamo, ten piedad, respóndeme. Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.» R/. Tu rostro buscaré, Señor, ne me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio; no me deseches. R/. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R/. Evangelio según san Lucas 10, 1-12: En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios." Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: "Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el reino de Dios." Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo.» Palabra del Señor

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