lunes, 18 de marzo de 2024

PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN DÍA 19 DE MARZO



PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN

Pensamiento bíblico:

El niño Jesús fue con sus padres a Jerusalén, y se quedó allí sin que lo supieran ellos. Cuando lo encontraron, le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres (cf. Lc 41-52).

Pensamiento franciscano:

Dice san Francisco: -Donde hay pobreza con alegría, allí no hay codicia ni avaricia. Donde hay quietud y meditación, allí no hay preocupación ni vagancia (Adm 27,3-4).

Orar con la Iglesia:

Con la misma fe de san José, y por su intercesión, presentemos a Dios Padre nuestras peticiones.

-Por el papa y los obispos, para que sigan el ejemplo de san José en el cuidado de la familia de Jesús en nuestros días.

-Por los seminaristas, para que descubran, oyendo a Jesús, que están llamados a ocuparse de las cosas de Dios Padre.

-Por los gobernantes, para que fomenten la paz y no impidan la implantación de reino de Dios en nuestro mundo.

-Por las familias que sufren la falta de trabajo, de amor, de armonía..., para que encuentren la ayuda y la paz que necesitan.

-Por los padres y las madres, para que, a pesar de las dificultades, llegue a constituir familias cristianas.

Oración: Dios Padre bueno, que encomendaste a san José el cuidado de Jesús y María, haz que siga cuidado de tu Iglesia y de la familia humana. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén




 

SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ

 



SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ
Benedicto XVI, Ángelus del 19 de marzo de 2006

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy, 19 de marzo, se celebra la solemnidad de san José, pero, al coincidir con el tercer domingo de Cuaresma, su celebración litúrgica se traslada a mañana. Sin embargo, el contexto mariano del Ángelus invita a meditar hoy con veneración en la figura del esposo de la santísima Virgen María y patrono de la Iglesia universal. Me complace recordar que también era muy devoto de san José el amado Juan Pablo II, quien le dedicó la exhortación apostólica Redemptoris custos, custodio del Redentor, y con seguridad experimentó su asistencia en la hora de la muerte.

La figura de este gran santo, aun permaneciendo más bien oculta, reviste una importancia fundamental en la historia de la salvación. Ante todo, al pertenecer a la tribu de Judá, unió a Jesús a la descendencia davídica, de modo que, cumpliendo las promesas sobre el Mesías, el Hijo de la Virgen María puede llamarse verdaderamente «hijo de David». El evangelio de san Mateo, en especial, pone de relieve las profecías mesiánicas que se cumplen mediante la misión de san José: el nacimiento de Jesús en Belén (Mt 2,1-6); su paso por Egipto, donde la Sagrada Familia se había refugiado (Mt 2,13-15); el sobrenombre de «Nazareno» (Mt 2,22-23).

En todo esto se mostró, al igual que su esposa María, como un auténtico heredero de la fe de Abraham: fe en Dios que guía los acontecimientos de la historia según su misterioso designio salvífico. Su grandeza, como la de María, resalta aún más porque cumplió su misión de forma humilde y oculta en la casa de Nazaret. Por lo demás, Dios mismo, en la Persona de su Hijo encarnado, eligió este camino y este estilo -la humildad y el ocultamiento- en su existencia terrena.

El ejemplo de san José es una fuerte invitación para todos nosotros a realizar con fidelidad, sencillez y modestia la tarea que la Providencia nos ha asignado. Pienso, ante todo, en los padres y en las madres de familia, y ruego para que aprecien siempre la belleza de una vida sencilla y laboriosa, cultivando con solicitud la relación conyugal y cumpliendo con entusiasmo la grande y difícil misión educativa.

Que san José obtenga a los sacerdotes, que ejercen la paternidad con respecto a las comunidades eclesiales, amar a la Iglesia con afecto y entrega plena, y sostenga a las personas consagradas en su observancia gozosa y fiel de los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia. Que proteja a los trabajadores de todo el mundo, para que contribuyan con sus diferentes profesiones al progreso de toda la humanidad, y ayude a todos los cristianos a hacer con confianza y amor la voluntad de Dios, colaborando así al cumplimiento de la obra de salvación.

Con la ayuda de san José, patrono de la Iglesia universal, os invito a continuar vuestro camino de conversión cuaresmal como respuesta al amor misericordioso del Señor.

Oración de Santa Gertrudis la Grande

 



Oración de Santa Gertrudis la Grande
Padre eterno, yo te ofrezco la preciosisima sangre de tu Divino Hijo Jesus, en union con las misas celebradas hoy dia a traves del mundo por todas las benditas animas del purgatorio por todos los pecadores del mundo.
Por los pecadores en la iglesia universal, por aquellos en propia casa y dentro de mi familia. amen.

Nuestro Señor le dijo a Santa Gertrudis la Grande, que esta oración puede librar 1000 almas del purgatorio cada vez que se rece.

FIEL CUIDADOR Y GUARDIÁN…

 



De los Sermones de san Bernardino de Siena, presbítero
(Sermón 2, Sobre san José: Opera 7, 16. 27-30)

FIEL CUIDADOR Y GUARDIÁN

Es norma general de todas las gracias especiales comunicadas a cualquier creatura racional que, cuando la gracia divina elige a alguien para algún oficio especial o algún estado muy elevado, otorga todos los carismas que son necesarios a aquella persona así elegida, y que la adornan con profusión.

Ello se realizó de un modo eminente en la persona de san José, que hizo las veces de padre de nuestro Señor Jesucristo y que fue verdadero esposo de la Reina del mundo y Señora de los ángeles, que fue elegido por el Padre eterno como fiel cuidador y guardián de sus más preciados tesoros, a saber, de su Hijo y de su esposa; cargo que él cumplió con absoluta fidelidad. Por esto el Señor le dice: Bien, siervo bueno y fiel, pasa al banquete de tu Señor.

Si miramos la relación que tiene José con toda la Iglesia, ¿no es éste el hombre especialmente elegido, por el cual y bajo el cual Cristo fue introducido en el mundo de un modo regular y honesto? Por tanto, si toda la Iglesia está en deuda con la Virgen Madre, ya que por medio de ella recibió a Cristo, de modo semejante le debe a san José, después de ella, una especial gratitud y reverencia.

Él, en efecto, cierra el antiguo Testamento, ya que en él la dignidad patriarcal y profética alcanza el fruto prometido. Además, él es el único que poseyó corporalmente lo que la condescendencia divina había prometido a los patriarcas y a los profetas.

Hemos de suponer, sin duda alguna, que aquella misma familiaridad, respeto y altísima dignidad que Cristo tributó a José mientras vivía aquí en la tierra, como un hijo con su padre, no se la ha negado en el cielo; al contrario, la ha colmado y consumado.

Por esto, no sin razón añade el Señor: Pasa al banquete de tu Señor. Pues, aunque el gozo festivo de la felicidad eterna entra en el corazón del hombre, el Señor prefirió decirle: Pasa al banquete, para insinuar de un modo misterioso que este gozo festivo no sólo se halla dentro de él, sino que lo rodea y absorbe por todas partes, y que está sumergido en él como en un abismo infinito.

Acuérdate, pues, de nosotros, bienaventurado José, e intercede con tus oraciones ante tu Hijo; haz también que sea propicia a nosotros la santísima Virgen, tu esposa, que es madre de aquel que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por siglos infinitos. Amén

SAN JOSÉ Esposo de la Virgen María

 



19 DE MARZO SAN JOSÉ ESPOSO DE LA VIRGEN MARÍA


SAN JOSÉ

Esposo de la Virgen María

PALABRA DE DIOS DIARIA

Solemnidad de san José, esposo de la bienaventurada Virgen María, varón justo, nacido de la estirpe de David, que hizo las veces de padre al Hijo de Dios, Cristo Jesús, el cual quiso ser llamado hijo de José y le estuvo sujeto como un hijo a su padre. La Iglesia lo venera con especial honor como patrón, a quien el Señor constituyó sobre su familia.

Etimológicamente; José = Aquel al que Dios ayuda, es de origen hebreo.

Las fuentes biográficas que se refieren a san José son, exclusivamente, los pocos pasajes de los Evangelios de Mateo y de Lucas. Los evangelios apócrifos no nos sirven, porque no son sino leyendas. “José, hijo de David”, así lo llama el ángel. El hecho sobresaliente de la vida de este hombre “justo” es el matrimonio con María. La tradición popular imagina a san José en competencia con otros jóvenes aspirantes a la mano de María. La elección cayó sobre él porque, siempre según la tradición, el bastón que tenía floreció prodigiosamente, mientras el de los otros quedó seco. La simpática leyenda tiene un significado místico: del tronco ya seco del Antiguo Testamento refloreció la gracia ante el nuevo sol de la redención.

El matrimonio de José con María fue un verdadero matrimonio, aunque virginal. Poco después del compromiso, José se percató de la maternidad de María y, aunque no dudaba de su integridad, pensó “repudiarla en secreto”. Siendo “hombre justo”, añade el Evangelio -el adjetivo usado en esta dramática situación es como el relámpago deslumbrador que ilumina toda la figura del santo-, no quiso admitir sospechas, pero tampoco avalar con su presencia un hecho inexplicable. La palabra del ángel aclara el angustioso dilema. Así él “tomó consigo a su esposa” y con ella fue a Belén para el censo, y allí el Verbo eterno apareció en este mundo, acogido por el homenaje de los humildes pastores y de los sabios y ricos magos; pero también por la hostilidad de Herodes, que obligó a la Sagrada Familia a huir a Egipto. Después regresaron a la tranquilidad de Nazaret, hasta los doce años, cuando hubo el paréntesis de la pérdida y hallazgo de Jesús en el templo.

Después de este episodio, el Evangelio parece despedirse de José con una sugestiva imagen de la Sagrada Familia: Jesús obedecía a María y a José y crecía bajo su mirada “en sabiduría, en estatura y en gracia”. San José vivió en humildad el extraordinario privilegio de ser el padre putativo de Jesús, y probablemente murió antes del comienzo de la vida pública del Redentor.

Su imagen permaneció en la sombra aun después de la muerte. Su culto, en efecto, comenzó sólo durante el siglo IX. En 1621 Gregorio V declaró el 19 de marzo fiesta de precepto (celebración que se mantuvo hasta la reforma litúrgica del Vaticano II) y Pío IX proclamó a san José Patrono de la Iglesia universal. El último homenaje se lo tributó Juan XXIII, que introdujo su nombre en el canon de la misa.
Publicado por Padre Francisco Javier Rebollo León.

Liturgia de las horas P. Paco Rebollo SIERVOS DEL DIVINO AMOR. OFICIO DE LECTURA, LAUDES, HORAS INTERMEDIAS, VÍSPERAS Y COMPLETAS. 19 DE MARZO MARTES V DE CUARESMA SOLEMNIDAD DE SEÑOR SAN JOSÉ ESPOSO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

 




De la Solemnidad. Salmos del Común de santos varones.

SAN JOSE, ESPOSO DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA. SOLEMNIDAD

 

OFICIO DE LECTURA

 

INVITATORIO

Si ésta es la primera oración del día:

V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:

Ant. Adoremos a Cristo, el Señor, en esta solemnidad de san José.

 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Adoremos a Cristo, el Señor, en esta solemnidad de san José.


Si antes se ha rezado ya alguna otra Hora:

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Himno: CUSTODIO PROVIDENTE Y FIEL DEL HIJO

Custodio providente y fiel del Hijo,
amor junto al Amor doquier presente,
silencio del que ve la gloria inmensa
de Dios omnipotente.

Esposo enamorado de la Virgen,
la mente ante el misterio reclinabas,
rosal inmaculado que florece,
es obra del Señor a quien amabas.

Callada voluntad en Dios perdida,
amor hecho mirada de confianza,
fiel en el trabajo y en la prueba,
provéenos de amor y de esperanza.

Protege la asamblea de los justos,
reunidos en la fe, cuerpo de Cristo;
sé padre que nos lleve a nuestro Padre,
amor del gran Amor que nos da el Hijo. Amén.

SALMODIA

MISAL DIARIO PALABRA DE DIOS. LECTURAS DEL MARTES V DE CUARESMA 19 DE MARZO SOLEMNIDAD DE SEÑOR SAN JOSÉ ESPOSO DE LA VIRGEN MARÍA (BLANCO)

 "Hijo mío, ¿por qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia".







ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Lc 12, 42

Éste es el siervo fiel y prudente, a quien el Señor puso al frente de su familia.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, que quisiste poner bajo la protección de san José el nacimiento y la infancia de nuestro Redentor, concédele a tu Iglesia proseguir y llevar a término, bajo su patrocinio, la obra de la redención humana. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

El Señor Dios le dará el trono de David, su padre.

Del segundo libro de Samuel: 7, 4-5. 12-14. 16

En aquellos días, el Señor le habló al profeta Natán y le dijo: "Ve y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: ‘Cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré su reino.

Él me construirá una casa y yo consolidaré su trono para siempre. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu trono será estable eternamente’ ".

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 88

R/. Su descendencia perdurará eternamente.

Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos. R/.

Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con mi elegido: ‘Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono eternamente’. R/.

El me podrá decir: ‘Tú eres mi padre, el Dios que me protege y que me salva’. Yo jamás le retiraré mi amor ni violaré el juramento que le hice". R/.



Esperando contra toda esperanza. Abraham creyó.

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 4, 13. 16- 18. 22

Hermanos: La promesa que Dios hizo a Abraham y a sus descendientes, de que ellos heredarían el mundo, no dependía de la observancia de la ley, sino de la justificación obtenida mediante la fe.

En esta forma, por medio de la fe, que es gratuita, queda asegurada la promesa para todos sus descendientes, no sólo para aquellos que cumplen la ley, sino también para todos los que tienen la fe de Abraham. Entonces, él es padre de todos nosotros, como dice la Escritura: Te he constituido padre de todos los pueblos.

Así pues, Abraham es nuestro padre delante de aquel Dios en quien creyó y que da la vida a los muertos y, llama a la existencia a las cosas que todavía no existen. El, esperando contra toda esperanza, creyó que habría de ser padre de muchos pueblos, conforme a lo que Dios le había prometido: Así de numerosa será tu descendencia. Por eso, Dios le acreditó esta fe como justicia.

Palabra de Dios.

Amor es lo único que yo buscaré.

 


Amor es lo único que yo buscaré.

EL JUEZ A LA PUERTA.

Hijitos míos, Yo los amo y bendigo. Yo, Jesús, os pide estéis en constante oración. Recuerden que Yo los espero con los brazos abiertos llenos de amor para estrecharlos en mi amante Corazón. Soy amor, os lo vuelvo a decir y no me cansaré de deciros que os amo, pues el amado le gusta decirlo al que ama, le gusta repetirle su amor, le gusta agradar al que se ama, desea todo lo mejor para el amado y no desea nada desagradable le ocurra al amado.

Son tan pocos los hijos que se dan cuenta de este mi gran amor; son tan pocos los que reconocen mis delicadezas. Yo a todos los cuido; Yo a todos los amo, aún a los ingratos, a los falsos, a los que me hieren y abofetean. Yo les deseo todo bien, que es el que sus almas no se pierdan eternamente.

Mis ternuras les brindo, mis delicias les doy y el fuego de mi amante Corazón, deseo abrazarlos con él. Les pido amor, solo consuelo para el pordiosero de amor. Yo sé que me aman algunos, que desean consolarme, aún con sus miserias, pero son tan pocos para tantos millones los que me ignoran.

Rogad, os lo suplico, no os detenga el mundo con sus falsas sonrisas. Pensad que el tiempo pasa y minutos que perdáis jamás volverán. Mirad mis lágrimas, compadeceos de María mi Madre, que llora al ver a sus hijos correr hacia el abismo. Pensad amados míos que serán muchos los que se pierdan si no rogáis por ellos. Yo os recibo por ellos todo, vuestras penas, vuestras alegrías, vuestras mismas miserias y debilidades, dádmelas todas porque Yo las recibo por esas almas que se hundirán para siempre en el abismo y saben que cada alma es gran dolor a mi Corazón.

Yo los amo tanto que me ofrecí víctima y di vida, sangre hasta la última gota por rescatarlas y no aprovechan y son sordos y me ignoran y no desean saber nada de Mi, de mi amor, de mi misericordia, creen que todo lo pueden, que su ciencia, que sus millones, que su sabiduría les servirán en la hora del encuentro, ahí solo amor es lo único que Yo buscaré en esas almas que se presenten en el tribunal, nada servirá en esos momentos sino la cantidad de amor que esa alma haya tenido y así será juzgada para ser dichosos eternamente o infelices para siempre.

Pensad y recapacitad ahorita que es tiempo porque ahorita yo estoy con toda mi misericordia y sonriente con los brazos abiertos esperándolos, amándolos, mas cuando estéis ya ante la justicia, todo será según el amor que tengáis en esos momentos ante el gran tribunal. Soy amor pero soy justicia verdadera, infalible.

Sagrado Corazón de Jesús

Siervos del Divino Amor


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