sábado, 31 de julio de 2021

PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN Domingo,1 de agosto del 2021.





PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN

Pensamiento bíblico:

Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; no te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor (Salmo 24,6-7).

Pensamiento franciscano:

Dice san Francisco en su Paráfrasis del Padrenuestro: -Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden: y lo que no perdonamos plenamente, haz tú, Señor, que lo perdonemos plenamente, para que, por ti, amemos verdaderamente a los enemigos, y ante ti por ellos devotamente intercedamos, no devolviendo a nadie mal por mal, y nos apliquemos a ser provechosos para todos en ti (ParPN 8).

Orar con la Iglesia

Oremos a Dios Padre, en el nombre de Jesús, de quien procede toda reconciliación y perdón de los pecados.

-Para que la Iglesia sea siempre y en toda situación instrumento y lugar de reconciliación y pacificación entre los hombres.

-Para que los cristianos seamos factores y testigos de vida reconciliada y de perdón generoso.

-Para que los que ejercen autoridad no se dejen dominar por el espíritu de venganza, el egoísmo o el afán de prestigio.

-Para que los injustamente oprimidos alcancen, con dignidad y sin rencor, la plena libertad y el reconocimiento de sus derechos.

Oración: Escúchanos, Padre de misericordia, y concédenos vivir siempre reconciliados y en paz contigo, con nosotros mismos y con nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.







 

Ese pan que alimenta infinitamente

 



Ese pan que alimenta infinitamente

¡Buenos días, gente buena!

XVIII Domingo Ordinario B

Evangelio:

Juan 6, 24-35

En aquel tiempo, cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban allí, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm en busca de Jesús. 

Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo llegaste?». 

Jesús les respondió: «Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse. 

Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello». 

Ellos le preguntaron: «¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?». 

Jesús les respondió: «La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado». 

Y volvieron a preguntarle: «¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas? 

Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio de comer el pan bajado del cielo». 

Jesús respondió: «Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo». 

Ellos le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan». 

Jesús les respondió: «Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed. 

Palabra del Señor

Ese pan que alimenta infinitamente la existencia

Le preguntan a Jesús: ¿qué debemos hacer para cumplir las obras de Dios? Gran pregunta. Cumplir las obras de Dios es mucho más que observar sus mandamientos. Obra de Dios es la creación, obra suya es la liberación del pueblo de la esclavitud y después la maravillosa voluntad de construir, a pesar de todas las desilusiones, una historia de alianza.

Cumplir las obras de Dios es participar, ser de cualquier modo capaces de crear, inventores de caminos que llevan a la libertad, y a lazos buenos de alianza con todo lo que vive. Una regla fundamental para interpretar la Biblia dice: todo indicativo divino se convierte en imperativo humano. Es decir, que todo lo que es descriptivo de Dios, se convierte en prescriptivo para el hombre. Una proposición resume esta regla de fondo: “Sean santos porque yo soy santo”.

El fundamento de la ética bíblica está puesto en el hacer lo que Dios hace, en el actuar como actúa Dios, comportarse como él se ha comportado, como lo muestra Jesús. De hecho: esta es la obra de Dios, creer en aquel que él ha enviado. En el corazón de la fe está la tenaz y dulcísima confianza de que Dios es Jesús, uno que solamente sabe amar, sanador del desamor del mundo. Ningún aspecto amenazador, sino solamente las dos alas abiertas de una gallina que protege y cuida a sus polluelos (Lc 13, 34), con ternura combativa.

¿Qué señal nos das que veamos y podamos creerte? La respuesta de Jesús: yo soy el Pan de vida. Nutrir la vida es la obra de Dios. Ofrecer bocados de vida a los mordidos por el hambre humana. Pan del cielo que busca al hombre: quiere comerse la vida, gozarla y alegrarse en comunión, llenarse de amor, embriagarse del vino de Dios, que tiene el perfume ensordecedor de la felicidad.

Yo soy el pan de vida, el pan que alimenta la vida. El hombre nace con hambre y el pan de vida sacia el hambre pero luego la reenciende de nuevo, despierta en nosotros las ganas de más, un deseo de más vida y más alianza

Como en un tiempo ha dado el maná a sus padres en el desierto, así ahora todavía Dios da. Dos palabras muy simples, y sin embargo, llaves de acceso de la revelación bíblica:

Dios no pregunta, Dios da.

Dios no pretende, Dios ofrece.

Dios no exige nada, da todo.

Pero Dios no da cosas. Él no puede dar menos de darse a sí mismo. Pero dándose a sí mismo nos da todo. Estamos ante uno de los vértices del Evangelio, uno de los nombres más hermosos de Dios. Él está en la vida como dador de vida. De sus manos la vida fluye ilimitada e incansable. Y nos llama a ser como él, en la vida, dadores de vida. 

La obra de Dios es una cálida corriente de amor que entra y hace florecer las raíces del corazón.

¡Feliz Domingo!

¡Paz y Bien!

Fr. Arturo Ríos Lara, ofm

Liturgia de la Palabra:



Liturgia de la Palabra:

01/08/2021
Domingo de la decimoctava semana de Tiempo Ordinario.
PRIMERA LECTURA
Haré llover pan del cielo para vosotros.
Lectura del libro del Éxodo 16, 2-4. 12-15
En aquellos días, la comunidad de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto, diciendo:
«¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos alrededor de la olla de carne y comíamos pan hasta hartarnos! Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta comunidad».
El Señor dijo a Moisés:
«Mira, haré llover pan del cielo para vosotros: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba a ver si guarda mi instrucción o no.
He oído las murmuraciones de los hijos de Israel. Diles: “Al atardecer comeréis carne, por la mañana os hartaréis de pan; para que sepáis que yo soy el Señor Dios vuestro”».
Por la tarde, una bandada de codornices cubrió todo el campamento; y por la mañana había una capa de rocío alrededor del campamento. Cuando se evaporó la capa de rocío, apareció en la superficie del desierto un polvo fino, como escamas, parecido a la escarcha sobre la tierra. Al verlo, los hijos de Israel se dijeron:
«¿Qué es esto?».
Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo:
«Es el pan que el Señor os da de comer».
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 77, 3 y 4bc. 23-24. 25 y 54
R. El Señor les dio pan del cielo.
Lo que oímos y aprendimos,
lo que nuestros padres nos contaron,
lo contaremos a la futura generación:
las alabanzas del Señor, su poder. R.
Pero dio orden a las altas nubes,
abrió las compuertas del cielo:
hizo llover sobre ellos maná,
les dio pan del cielo. R.
El hombre comió pan de ángeles,
les mandó provisiones hasta la hartura.
Los hizo entrar por las santas fronteras,
hasta el monte que su diestra había adquirido. R.

SEGUNDA LECTURA
Revestíos de la nueva condición humana creada a imagen de Dios.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4,17. 20-24
Hermanos:
Esto es lo que digo y aseguro en el Señor: que no andéis ya, como es el caso de los gentiles, en la vaciedad de sus ideas.
Vosotros, en cambio, no es así como habéis aprendido a Cristo, si es que lo habéis oído a él y habéis sido adoctrinados en él, conforme a la verdad que hay en Jesús. Despojados del hombre viejo y de su anterior modo de vida, corrompido por sus apetencias seductoras; renovaos en la mente y en el espíritu y revestíos de la nueva condición humana creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas.
Palabra de Dios.

Aleluya Mt 4, 4b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
No solo de pan vive el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. R.

EVANGELIO
El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 24-35
En aquel tiempo, cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo has venido aquí?».
Jesús les contestó:
«En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a este lo ha sellado el Padre, Dios».
Ellos le preguntaron:
«Y, ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?».
Respondió Jesús:
«La obra que Dios es esta: que creáis en el que él ha enviado».
Le replicaron:
«¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer “».
Jesús les replicó:
«En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo».
Entonces le dijeron:
Señor, danos siempre de este pan».
Jesús les contestó:
«Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás».
Palabra del Señor. 


 

Liturgia de las horas P. Paco Rebollo SIERVOS DEL DIVINO AMOR. OFICIO DE LECTURA, LAUDES, HORAS INTERMEDIAS, VÍSPERAS Y COMPLETAS. 1 DE AGOSTO DOMINGO XVIII DEL T. ORDINARIO


De la Feria. Salterio II

 

OFICIO DE LECTURA

 

Si el Oficio de Lectura es la primera oración del día:

 

V. Señor abre mis labios

R. Y mi boca proclamará tu alabanza

 

Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:

 

Ant. Pueblo del Señor, rebaño que él guía, bendice a tu Dios. Aleluya.

 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

 

Venid, aclamemos al Señor,

demos vítores a la Roca que nos salva;

entremos a su presencia dándole gracias,

aclamándolo con cantos.

 

Porque el Señor es un Dios grande,

soberano de todos los dioses:

tiene en su mano las simas de la tierra,

son suyas las cumbres de los montes;

suyo es el mar, porque él lo hizo,

la tierra firme que modelaron sus manos.

 

Venid, postrémonos por tierra,

bendiciendo al Señor, creador nuestro.

Porque él es nuestro Dios,

y nosotros su pueblo,

el rebaño que él guía.

 

Ojalá escuchéis hoy su voz:

«No endurezcáis el corazón como en Meribá,

como el día de Masá en el desierto;

cuando vuestros padres me pusieron a prueba

y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

 

Durante cuarenta años

aquella generación me repugnó, y dije:

Es un pueblo de corazón extraviado,

que no reconoce mi camino;

por eso he jurado en mi cólera

que no entrarán en mi descanso»

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Pueblo del Señor, rebaño que él guía, bendice a tu Dios. Aleluya.

 

Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora:

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

 

Himno: QUE DOBLEN LAS CAMPANAS JUBILOSAS

 

Que doblen las campanas jubilosas,

y proclamen el triunfo del amor,

y llenen nuestras almas de aleluyas,

de gozo y esperanza en el Señor.

 

Los sellos de la muerte han sido rotos,

la vida para siempre es libertad,

ni la muerte ni el mal son para el hombre

su destino, su última verdad.

 

Derrotados la muerte y el pecado,

es de Dios toda historia y su final;

esperad con confianza su venida:

no temáis, con vosotros él está.

 

Volverán encrespadas tempestades

para hundir vuestra fe y vuestra verdad,

es más fuerte que el mal y que su embate

el poder del Señor, que os salvará.

 

Aleluyas cantemos a Dios Padre,

aleluyas al Hijo salvador,

su Espíritu corone la alegría

que su amor derramó en el corazón. Amén.

 

SALMODIA

Palabra de Dios diaria. P. Francisco J. Rebollo Leòn - LECTURAS DEL DOMINGO XVIII DEL T. ORDINARIO 1DE AGOSTO (VERDE) "Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed".

 





ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 69, 2. 6

Dios mío, ven en mi ayuda; Señor, date prisa en socorrerme. Tú eres mi auxilio y mi salvación; Señor, no tardes.

ORACIÓN COLECTA

Ayuda, Señor, a tus siervos, que imploran tu continua benevolencia, y ya que se glorían de tenerte como su creador y su guía, renueva en ellos tu obra creadora y consérvales los dones de tu redención. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Voy a hacer que llueva pan del cielo.

Del libro del Éxodo: 16, 2-4. 12-15

En aquellos días, toda la comunidad de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto, diciendo: "Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos. Ustedes nos han traído a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud"

Entonces dijo el Señor a Moisés: "Voy a hacer que llueva pan del cielo. Que el pueblo salga a recoger cada día lo que necesita, pues quiero probar si guarda mi ley o no. He oído las murmuraciones de los hijos de Israel. Diles de parte mía: ‘Por la tarde comerán carne y por la mañana se hartarán de pan, para que sepan que yo soy el Señor, su Dios’.

Reflexión 212: Superar la duda

 



Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina

Reflexión 212: Superar la duda

¿Qué es la "duda"? Dudar es carecer de fe, y carecer de fe es carecer de confianza en la perfecta revelación y plan de la Voluntad de Dios. En primer lugar, una duda, resultado de una falta de fe, significa que no está escuchando. Cuando dudamos de Dios, Su plan y todo lo que Él nos revela, nos quedamos solos. Pero cuando escuchamos, oímos, entendemos y creemos, estamos cubiertos por la protección de Su Misericordia debido a la fe que manifestamos. Fe significa que sabemos con certeza todo lo que Dios dice y quiere. La fe no es solo creer en algo que esperamos que sea ​​verdad, es saber y creer todo lo que es verdad (Vea el Diario n. ° 1101).

¿Dudas a veces? ¿O tienes fe? Esta es una pregunta excepcionalmente importante para reflexionar. Empiece por hacerse estas preguntas: ¿Escucho la Voz de Dios? ¿Escucho a Dios hablarme y comprendo todo lo que dice? Sin estos primeros pasos, la fe es imposible. Escucharlo hablar solo puede venir a través de la oración. Y la forma de oración que necesitamos podría llamarse "oración de remojo". La oración de remojo es una forma de oración por la cual nos permitimos sumergirnos diariamente en la Voz de Dios que revela Su santa Voluntad. Nos habla todo el día, todos los días. Poco a poco escuchamos, comprendemos y respondemos. Esto produce el don de la fe y esa fe guiará su vida. Reflexione sobre este proceso en su vida y renueve su compromiso de comenzar desde el principio para que el Señor lo guíe paso a paso.

Amado Señor, deseo escucharte hablarme. Ayúdame a abrir mis oídos para escuchar, para conocerte y discernir Tu perfecta Voluntad para mi vida. Deseo ser guiado cada día solo por Ti y confiar en la suave guía de Tu santa Voluntad. Jesús, en Ti confío. 




Superar el arrepentimiento 31 de julio de 2021 Sábado de la Decimoséptima Semana del Tiempo Ordinario

 



Reflexiones diarias católicas
¡Mi vida católica!

Superar el arrepentimiento
31 de julio de 2021
Sábado de la Decimoséptima Semana del Tiempo Ordinario
Lecturas de Hoy

San Ignacio de Loyola, sacerdote — Memorial

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Herodes el tetrarca se enteró de la reputación de Jesús y dijo a sus siervos: “Este es Juan el Bautista. Ha resucitado de entre los muertos; por eso actúan en él grandes poderes ". Mateo 14: 1–2

Herodes el tetrarca fue uno de los tres hermanos y una hermana que se convirtieron en gobernantes del siglo I para suceder a su padre, Herodes el Grande, cuando murió en el año 4 a.C. Herodes gobernaba gran parte del territorio al oeste del mar de Galilea, que era el territorio en que Jesús pasó la mayor parte de su tiempo durante su ministerio público. También gobernó un territorio al este del Mar Muerto, que es donde encarceló y finalmente mató a Juan el Bautista. Herodes era conocido por ser un constructor muy ocupado y es conocido de manera destacada por su papel en la muerte de San Juan Bautista y Jesús.

Recuerde que Herodes había tomado a la esposa de su hermano, Herodías, como suya, y Juan el Bautista se opuso públicamente a esto. Por esa razón, Herodes hizo arrestar a Juan y finalmente decapitarlo a pedido de Herodías, quien tomó muy personalmente las críticas del Bautista. Herodes, en cambio, sentía una extraña admiración por el Bautista.

El pasaje del Evangelio citado anteriormente revela una declaración un tanto inusual de Herodes. Después de haber matado a San Juan Bautista, se enteró de la reputación de Jesús, quien viajaba por todo el territorio de Herodes predicando y realizando muchas proezas. La noticia se difundió rápidamente acerca de Jesús y rápidamente llegó incluso a los oídos de Herodes. Entonces, ¿por qué pensó Herodes de manera extraña que Jesús debe haber sido Juan el Bautista resucitado de entre los muertos? Aunque no lo sabemos con certeza, ciertamente podemos especular.

En la versión de esta historia que se encuentra en el Evangelio de Marcos, leemos: “Herodes temía a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo mantuvo bajo custodia. Cuando le oyó hablar, se quedó muy perplejo, pero le gustaba escucharle ”(Marcos 6, 20). Herodes pudo haber sido un hombre que tenía una chispa de fe, pero finalmente fue gobernado por sus pasiones y deseo de poder. Quizás es por eso que inicialmente mantuvo vivo a Juan el Bautista en su prisión. También parece que Herodes tenía alguna forma de arrepentimiento o temor por la decapitación de Juan. Y es muy probable por esta razón que Herodes pensó inmediatamente en Juan cuando escuchó por primera vez de Jesús y de los “grandes poderes” que estaban obrando dentro de él.

El arrepentimiento, el miedo y la culpa son efectos comunes de una conciencia en conflicto. Herodes el tetrarca es un buen ejemplo de lo que sucede cuando no resolvemos ese conflicto dentro de nosotros mismos. La única forma de resolver la confusión interior de una conciencia en conflicto es someterse humildemente a la verdad. Imagínese si Herodes se hubiera arrepentido. Imagínese si hubiera buscado a Jesús, confesado sus pecados y rogado por perdón. Qué historia tan gloriosa habría sido. En cambio, tenemos el testimonio de un hombre que se extravió y permaneció obstinado en su pecado.

Reflexione hoy sobre este profano testimonio de Herodes. Dios puede usar todas las cosas para Su gloria, e incluso puede usar el ejemplo de Herodes para revelarnos cualquier tendencia similar. ¿Luchas contra el arrepentimiento, el miedo y la culpa? ¿Esto causa conflicto dentro de ti? La buena noticia es que este conflicto se resuelve fácilmente con un corazón humilde que busca la verdad. Busque la verdad admitiendo cualquier pecado duradero que necesite resolver y permita que la misericordia de Dios entre para liberarlo.

Mi misericordioso Jesús, Tú deseas que todas las personas experimenten la libertad de los pecados del pasado. Deseas penetrar en nuestros corazones y traer resolución y paz. Por favor ayúdame a abrirte mi mente y mi corazón en las áreas que todavía me causan dolor y arrepentimiento, y ayúdame a ser liberado por Tu infinita misericordia. Jesús, en Ti confío.