¡Mi vida católica!
La Santísima Eucaristía
1 de agosto de 2021
Decimoctavo Domingo del Tiempo Ordinario
Lecturas de hoy
Entonces le dijeron: "Señor, danos siempre este pan". Jesús les dijo: “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre, y el que cree en mí, nunca tendrá sed ". Juan 6: 34–35
Tenían hambre y querían que Jesús hiciera un milagro como lo había hecho recientemente. Querían que Él multiplicara panes y peces para las multitudes. Quizás tenían curiosidad o quizás tenían hambre. Pero Jesús los dirige a mucho más.
Este pasaje inicia el discurso de Jesús sobre el Pan de vida, que se leerá en la misa dominical durante las próximas semanas. Veremos en este discurso a Jesús dando a sus seguidores mucho más que pan y pescado. Lo escuchamos hablar de sí mismo como el verdadero pan del cielo. Lamentablemente, muchos rechazan esta preciosa enseñanza y este don y siguen su propio camino.
¿Pero qué hay de ti? ¿Con qué frecuencia ha reflexionado realmente sobre estas palabras de Jesús? “Yo soy el Pan de Vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre, y el que cree en mí, nunca tendrá sed ”. ¿Cree usted esto?
En lo profundo de cada corazón humano hay un hambre y una sed que anhela ser satisfecha. Todos tenemos este anhelo y este deseo. Intentamos llenarlo con tantas cosas, pero al final solo una cosa satisface. Solo Jesús puede saciar los anhelos más profundos de nuestra alma.
De nuevo, ¿cree usted esto? Y si lo cree en su cabeza, ¿lo cree con sus acciones? ¿Te vuelves a Él como la fuente de tu realización y satisfacción diarias? Cuando vas a misa, ¿anhelas recibirlo y amarlo y entrar en comunión con él? Quizás, pero quizás no. Lo más probable es que todos necesitemos redirigir nuestros deseos hacia nuestro glorioso Salvador, especialmente cuando viene a nosotros en la Santísima Eucaristía.
Reflexione hoy sobre cuán profundamente cree en estas palabras de Jesús. ¿Lo encuentras con regularidad en la Eucaristía? ¿Permites que su presencia te consuma como tú lo consumes a él? Si no puedes decir “Sí” a esto de manera completa y definitiva, resuelve hoy renovar tu amor por nuestro Señor en este glorioso Sacramento.
Señor, te amo y deseo que vengas y me consumas como yo te consumo en la Santísima Eucaristía. Ayúdame a creer en Ti y en Tu presencia en este Santísimo Sacramento. Que tu divina presencia satisfaga mi necesidad más profunda y cumpla mis anhelos más profundos en la vida. Jesús, en Ti confío.
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