martes, 31 de agosto de 2021

Evangelio Diario LITURGIA - 01 DE SEPTIEMBRE DE 2021 Ciclo B - Año Impar -4




Evangelio Diario
LITURGIA - 01 DE SEPTIEMBRE DE 2021
Ciclo B - Año Impar - Color Verde
XXII Semana del Tiempo Ordinario
Liturgia de las Horas Tomo IV
II Semana del Salterio
Primera Lectura Colosenses 1, 1-8
Salmo 51
Evangelio Lucas 4, 38-44

Primera Lectura
Colosenses 1, 1-8
Yo, Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y Timoteo, nuestro hermano, les deseamos la gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, a ustedes, los hermanos santos y fieles en Cristo, que viven en Colosas.

En todo momento damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, y oramos por ustedes, pues hemos tenido noticia de su fe en Jesucristo y del amor que tienen a todos los hermanos. A esto los anima la esperanza de lo que Dios les tiene reservado en el cielo. De esta esperanza oyeron hablar cuando se les predicó el Evangelio de la verdad, que está dando fruto creciente en todo el mundo, igual que entre ustedes, desde el día en que lo escucharon y tuvieron conocimiento verdadero del don gratuito de Dios. Así lo aprendieron de Epafras, que ha trabajado con ustedes y que es un fiel servidor de Jesucristo; él fue quien nos informó acerca del amor que el Espíritu Santo ha encendido en ustedes.

Meditatio
Dos elementos centrales e indisociables de la vida cristiana son, como lo menciona hoy san Pablo: la fe en Cristo y el amor a los hermanos. Y es que creer en Cristo significa creer que él habita en cada uno de los bautizados, de manera que lo que hacemos por alguno de nuestros hermanos, sobre todo cuando están en necesidad, lo estamos haciendo por el mismo Jesús.

Es por ello que el cristiano no puede pasar desapercibido, su fe se hace manifiesta porque siempre está atento a las necesidades de los demás, podríamos decir que es el hombre "de la caridad"; que siempre tiene una palabra de aliento para los demás, que siempre tiene una sonrisa y que refleja en sus ojos el amor de Dios.

Una persona así no puede ser confundida, como el árbol que por sus frutos se reconoce. Es necesario que nuestra fe se haga manifiesta en nuestros centros de trabajo y de estudio, en nuestro barrio, pero sobre todo en nuestras familias. No pierdas hoy esta oportunidad y ejercítate en la caridad.

Oratio
Señor, dame tu gracia y enséñame a ser sensible a lo que ocurre a mi alrededor, ayúdame a no ser una persona distraída ni abstraída de las realidades en torno a mí. Te pido que me uses y me conviertas en una persona solícita e interesada en los demás; que pueda descubrirte en cada una de las personas con las que convivo.

Actio
Hoy prestaré especial atención a todo aquello que, en el día a día, me pasa desapercibido, y al darme cuenta voy a tener una actitud de caridad y apoyo hacia los demás.

Evangelio
Escúchalo aquí

Lucas 4, 38-44
En aquel tiempo, Jesús salió de la sinagoga y entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron a Jesús que hiciera algo por ella. Jesús, de pie junto a ella, mandó con energía a la fiebre, y la fiebre desapareció. Ella se levantó enseguida y se puso a servirles.

Al meterse el sol, todos los que tenían enfermos se los llevaron a Jesús y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los fue curando de sus enfermedades. De muchos de ellos salían también demonios que gritaban: "¡Tú eres el Hijo de Dios!" Pero él les ordenaba enérgicamente que se callaran, porque sabían que él era el Mesías.

Al día siguiente se fue a un lugar solitario y la gente lo andaba buscando. Cuando lo encontraron, quisieron retenerlo, para que no se alejara de ellos; pero él les dijo: "También tengo que anunciarles el Reino de Dios a las otras ciudades, pues para eso he sido enviado". Y se fue a predicar en las sinagogas de Judea.

Reflexión
Una de las actitudes fundamentales de Jesús y que san Lucas no se cansa de resaltar, es su gran misericordia que lo lleva a estar disponible para los demás. Para él, no hay un momento determinado para sanar, para atender a los que lo buscan. Todo su tiempo le pertenece a los demás, para quienes él ha sido enviado. Se ha hecho disponible para todos y todos han encontrado en él alivio y consuelo. En nuestro mundo agitado es fundamental recobrar esta actitud de Jesús, sobre todo, para los de nuestra propia casa.

Es cierto que muchas veces estamos cansados, pero qué importante es estar siempre disponible para los hijos, para el cónyuge, para nuestros padres. La falta de disponibilidad causa serias lesiones en la relación familiar, lo que provoca, poco a poco, la indiferencia y la dispersión. Hoy valdría la pena reflexionar sobre nuestra disponibilidad y pensar ¿qué tan dispuesto estoy para dar una mano, escuchar, acompañar, servir a los que se acercan a mí, sobre todo, a los de mi propia familia? Recuerda que servir es amar. 





 

No hay comentarios. :

Publicar un comentario