PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea predicando: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos». Éste es aquel que anunció el profeta Isaías diciendo: «Una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos"» (Mt 3,1-3).
Pensamiento franciscano:
Digno es el Cordero, que ha sido degollado, de recibir el poder y la divinidad y la sabiduría y la fortaleza y el honor y la gloria y la bendición. Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos (AlHor 3).
Orar con la Iglesia:
Acudamos confiadamente a Cristo, que envió a su precursor delante de él a preparar sus caminos.
-Tú que hiciste que Juan saltara de gozo en el vientre de Isabel, haz que nos alegremos siempre de tu presencia en este mundo.
-Tú que, por las palabras y las obras del Bautista, nos has señalado el camino de la penitencia, convierte nuestros corazones a la observancia de los mandamientos de tu reino.
-Tú que quisiste ser anunciado por boca de hombre, envía al mundo entero heraldos de tu Evangelio.
-Tú que quisiste ser bautizado por Juan en el Jordán para que se cumpliera todo lo que Dios quería, haz que nos esforcemos en el cumplimiento de tu voluntad.
-Tú que, con el martirio de Juan, quisiste reivindicar la justicia, haz que demos, sin cansarnos, testimonio de tu verdad.
Oración: Señor Jesús, concédenos, por intercesión de san Juan Bautista, que, así como él murió mártir de la verdad y la justicia, luchemos nosotros por la confesión de nuestra fe. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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