PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
De la Carta a los Romanos: «Bendecid a los que os persiguen; bendecid, sí, no maldigáis. Alegraos con los que están alegres; llorad con los que lloran. Tened la misma consideración y trato unos con otros, sin pretensiones de grandeza, sino poniéndoos al nivel de la gente humilde. No os tengáis por sabios. A nadie devolváis mal por mal. Procurad lo bueno a toda la gente. En la medida de lo posible y en lo que dependa de vosotros, manteneos en paz con todo el mundo» (Rm 12,14-18).
Pensamiento franciscano:
Dice san Francisco en su primera Regla: -Los hermanos guárdense de calumniar y de contender de palabra; empéñense, más bien, en guardar silencio. Y no litiguen entre sí ni con otros, sino procuren responder humildemente. No se irriten, porque todo el que se irrite contra su hermano, será reo en el juicio. Y ámense mutuamente, como dice el Señor: Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado (cf. 1 R 11,1-5).
Orar con la Iglesia:
Alabemos a Dios uno y trino, y presentémosle nuestras peticiones confiados en la intercesión de Jesucristo.
-Dios de misericordia, concédenos el espíritu de oración y de penitencia, y danos un verdadero deseo de amarte a ti y de amar a nuestros hermanos.
-Concédenos también ser constructores de tu reino, para que abunde la justicia y la paz en la tierra.
-Haz que sepamos descubrir la bondad y hermosura de tu creación, para que su belleza se haga alabanza en nuestros labios.
-Perdónanos por haber ignorado la presencia de Cristo en los pobres, los sencillos, los marginados.
-Perdona igualmente nuestros pecados de omisión por no haber atendido a tu Hijo en esos hermanos nuestros.
Oración: Señor, Padre santo, ayúdanos a librarnos de la seducción del pecado, a amarte en nuestros hermanos y a bendecirte por tu creación. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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