lunes, 2 de agosto de 2021

Jesús siempre está ahí 2 de agosto de 2021 Lunes de la decimoctava semana del tiempo ordinario (años B y C)

 



Reflexiones diarias católicas
¡Mi vida católica!

Jesús siempre está ahí
2 de agosto de 2021
Lunes de la decimoctava semana del tiempo ordinario (años B y C)
Lecturas de hoy

San Eusebio de Vercelli, obispo — Memorial opcional

San Pedro Julián Eymard, sacerdote — Memorial opcional

Cuando Jesús se enteró de la muerte de Juan el Bautista, se retiró en un bote a un lugar desierto solo. La multitud se enteró de esto y lo siguió a pie desde sus ciudades. Cuando desembarcó y vio la gran multitud, su corazón se compadeció de ellos y curó a sus enfermos. Mateo 14: 13-14

Hablando humanamente, el corazón de Jesús se entristeció por la muerte de Juan el Bautista. Amaba a John y estaba profundamente entristecido por su decapitación. Así que se retiró en una barca a un lugar desierto solo. ¡Pero la multitud tenía hambre de más! Querían ver a Jesús y escucharlo. Conocían a muchos que estaban enfermos y querían que Jesús los sanara. Así que lo buscaron a pesar de que se había apartado de la multitud para estar solo.

¿Cuál fue la reacción de Jesús? ¿Los miró y suspiró, diciéndose a sí mismo: “¿Por qué no me dejan en paz? ¿No saben que estoy de duelo? No. En cambio, Jesús se llenó de misericordia y compasión por ellos, y fue a ellos para curar a muchos de sus enfermos.

Esto nos da una idea del corazón y la compasión de nuestro Señor. Muchas veces, tenemos miedo de ir a Dios. Tenemos miedo de volvernos a Él debido a nuestro pecado. Tenemos miedo de lo que Él pensará y nos dirá. Nos sentimos culpables y avergonzados y, como resultado, no lo buscamos.

Pero así como Jesús tuvo compasión por aquellos que lo buscaron en esta historia, también Él SIEMPRE tendrá la más profunda compasión por nosotros cada vez que lo busquemos. Si encontramos nuestras vidas inmersas en el pecado, pero corremos hacia Él de todos modos, Él nos mirará con compasión y misericordia. Él nunca se cansa de que regresemos a Él, buscando Su sanidad y misericordia. Siempre debemos tener esperanza en Él y volvernos a Él con la mayor confianza.

Reflexiona hoy sobre lo cómodo que te sientes volviéndote a Jesús tal como eres. ¿Tiene miedo o está preocupado por lo que Él piensa de usted? ¿Te avergüenzas de tu pecado o de tu debilidad? ¿Te preocupa que te juzgue y no le importe? Ten confianza en la abundancia de su misericordia y corre hacia él sin miedo.

Señor, ayúdame a confiar en tu amor y compasión. Ayúdame a saber que siempre anhelas que vaya a ti. Como nunca me canso de que vaya a ti, que yo tampoco me canse de ir a ti. Jesús, en Ti confío




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