martes, 17 de noviembre de 2020

Reflexiones diarias católicas ¡Mi vida católica!

 




Reflexiones diarias católicas
¡Mi vida católica!

Amor por el pecador
17 de noviembre de 2020
Martes de la trigésima tercera semana del tiempo ordinario
Lecturas de hoy

Santa Isabel de Hungría, Religiosa — Memorial

"Zaqueo, baja pronto, porque hoy debo quedarme en tu casa". Lucas 19: 5b

Qué alegría tuvo Zaqueo al recibir esta invitación de nuestro Señor. Hay tres cosas a tener en cuenta en este encuentro.

Primero, Zaqueo fue visto por muchos como un pecador. Era recaudador de impuestos y, por lo tanto, no era respetado por la gente. No hay duda de que esto habría afectado a Zaqueo y habría sido una tentación para él de verse a sí mismo como indigno de la compasión de Jesús. Pero Jesús vino precisamente por el pecador. Por lo tanto, a decir verdad, Zaqueo era el "candidato" perfecto para la misericordia y compasión de Jesús.

En segundo lugar, cuando Zaqueo presenció que Jesús se le acercó y lo eligió entre todos los presentes para que fuera con quien pasar el tiempo, ¡se llenó de alegría! Lo mismo debe ser cierto con nosotros. Jesús nos elige y quiere estar con nosotros. Si nos permitimos ver esto, el resultado natural será la alegría. ¿Te alegra este conocimiento?

En tercer lugar, como resultado de la compasión de Jesús, Zaqueo cambió su vida. Se comprometió a dar la mitad de sus posesiones a los pobres y a pagar cuatro veces más a cualquiera a quien hubiera engañado anteriormente. Esta es una señal de que Zaqueo comenzó a descubrir verdaderas riquezas. Comenzó a recompensar inmediatamente a los demás por la bondad y la compasión que Jesús le había mostrado.

Reflexiona hoy sobre Zaqueo y mírate en su persona. Tú también eres un pecador. Pero la compasión de Dios es mucho más poderosa que cualquier pecado. Deje que su amoroso perdón y su aceptación de usted eclipsen cualquier culpa que pueda sentir. Y permite que el don de Su misericordia produzca misericordia y compasión en tu propia vida por los demás.

Señor, me dirijo a ti en mi pecado y suplico tu misericordia y compasión. Gracias de antemano por derramar Tu misericordia sobre mí. Que pueda recibir esa misericordia con gran alegría y, a su vez, derramar Tu misericordia sobre los demás. Jesús, en Ti confío.




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