PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN.
Martes, 10 de noviembre del 2020.
Pensamiento bíblico:
Dijo Jesús a Pedro en la Última Cena: «Simón, Simón, mira que Satanás os ha reclamado para cribaros como trigo. Pero yo he pedido por ti, para que tu fe no se apague. Y tú, cuando te hayas convertido, confirma a tus hermanos». Él le dijo: «Señor, contigo estoy dispuesto a ir incluso a la cárcel y a la muerte». Pero él le dijo: «Te digo, Pedro, que no cantará hoy el gallo antes de que tres veces hayas negado conocerme» (Lc 22,31-34).
Pensamiento franciscano:
Dice san Francisco en su Carta a la Orden: «El Señor del universo, Dios e Hijo de Dios, de tal manera se humilla, que por nuestra salvación se esconde bajo una pequeña forma de pan. Ved, hermanos, la humildad de Dios y derramad ante él vuestros corazones (Sal 61,9); humillaos también vosotros para que seáis ensalzados por Él. Por consiguiente, nada de vosotros retengáis para vosotros mismos, a fin de que os reciba todo enteros el que se os ofrece todo entero» (CtaO 27-29).
Orar con la Iglesia:
Jesucristo resucitado, el sumo sacerdote de la nueva Alianza, presenta al Padre nuestras peticiones. A él nos unimos con toda confianza.
-Por la Iglesia: para que no le falten nunca santos sacerdotes y personas consagradas, que anuncien el Evangelio y atiendan con celo y caridad a las necesidades de los hermanos.
-Por los sacerdotes: para que, a ejemplo del Buen Pastor, sepan servir con humildad y cariño a todos y buscar su verdadero bien.
-Por los gobernantes y cuantos ejercen el servicio de la autoridad: para que busquen el bien común, la solidaridad y la paz.
-Por todos los creyentes cristianos: para que colaboremos con nuestros pastores en el anuncio del Evangelio y en el servicio de la caridad.
Oración: Escúchanos, Señor, Dios de bondad, y haz que nosotros, tus hijos, gocemos en plenitud de los bienes que nos ofrece el sumo Sacerdote, Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.
Martes, 10 de noviembre del 2020.
Pensamiento bíblico:
Dijo Jesús a Pedro en la Última Cena: «Simón, Simón, mira que Satanás os ha reclamado para cribaros como trigo. Pero yo he pedido por ti, para que tu fe no se apague. Y tú, cuando te hayas convertido, confirma a tus hermanos». Él le dijo: «Señor, contigo estoy dispuesto a ir incluso a la cárcel y a la muerte». Pero él le dijo: «Te digo, Pedro, que no cantará hoy el gallo antes de que tres veces hayas negado conocerme» (Lc 22,31-34).
Pensamiento franciscano:
Dice san Francisco en su Carta a la Orden: «El Señor del universo, Dios e Hijo de Dios, de tal manera se humilla, que por nuestra salvación se esconde bajo una pequeña forma de pan. Ved, hermanos, la humildad de Dios y derramad ante él vuestros corazones (Sal 61,9); humillaos también vosotros para que seáis ensalzados por Él. Por consiguiente, nada de vosotros retengáis para vosotros mismos, a fin de que os reciba todo enteros el que se os ofrece todo entero» (CtaO 27-29).
Orar con la Iglesia:
Jesucristo resucitado, el sumo sacerdote de la nueva Alianza, presenta al Padre nuestras peticiones. A él nos unimos con toda confianza.
-Por la Iglesia: para que no le falten nunca santos sacerdotes y personas consagradas, que anuncien el Evangelio y atiendan con celo y caridad a las necesidades de los hermanos.
-Por los sacerdotes: para que, a ejemplo del Buen Pastor, sepan servir con humildad y cariño a todos y buscar su verdadero bien.
-Por los gobernantes y cuantos ejercen el servicio de la autoridad: para que busquen el bien común, la solidaridad y la paz.
-Por todos los creyentes cristianos: para que colaboremos con nuestros pastores en el anuncio del Evangelio y en el servicio de la caridad.
Oración: Escúchanos, Señor, Dios de bondad, y haz que nosotros, tus hijos, gocemos en plenitud de los bienes que nos ofrece el sumo Sacerdote, Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.
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