PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Jueves,12 de noviembre del 2020.
Pensamiento bíblico:
«Tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica. Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal, mírame, ten compasión de mí» (Salmo 85,5-6 y 15-16).
Pensamiento franciscano:
«La piedad de san Francisco se llenaba de una mayor terneza cuando consideraba el primer y común origen de todos los seres, y llamaba a las criaturas todas -por más pequeñas que fueran- con los nombres de hermano o hermana, pues sabía que todas ellas tenían con él un mismo principio» (LM 8,6).
Orar con la Iglesia:
Oremos a Dios Padre, en el nombre de Jesús, el Buen Pastor, de quien procede toda reconciliación con Dios y con nuestros hermanos.
-Para que la Iglesia sea siempre instrumento de reconciliación y lugar de acogida de todos, incluidos los descarriados.
-Para que los sacerdotes, compartiendo los sentimientos de Jesús, ejerzan con bondad y delicadeza el ministerio sacramental del perdón.
-Para que los cristianos, en el ambiente en que nos desenvolvemos, hagamos presente a Cristo, manso y humilde de corazón.
-Para que los cristianos festejemos y celebremos con gozo el retorno a la casa paterna, de cuantos la habían abandonado o se habían extraviado.
Oración: Escúchanos, Padre de bondad, y enséñanos a compartir con los demás el perdón y la misericordia que sin medida recibimos de ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Jueves,12 de noviembre del 2020.
Pensamiento bíblico:
«Tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica. Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal, mírame, ten compasión de mí» (Salmo 85,5-6 y 15-16).
Pensamiento franciscano:
«La piedad de san Francisco se llenaba de una mayor terneza cuando consideraba el primer y común origen de todos los seres, y llamaba a las criaturas todas -por más pequeñas que fueran- con los nombres de hermano o hermana, pues sabía que todas ellas tenían con él un mismo principio» (LM 8,6).
Orar con la Iglesia:
Oremos a Dios Padre, en el nombre de Jesús, el Buen Pastor, de quien procede toda reconciliación con Dios y con nuestros hermanos.
-Para que la Iglesia sea siempre instrumento de reconciliación y lugar de acogida de todos, incluidos los descarriados.
-Para que los sacerdotes, compartiendo los sentimientos de Jesús, ejerzan con bondad y delicadeza el ministerio sacramental del perdón.
-Para que los cristianos, en el ambiente en que nos desenvolvemos, hagamos presente a Cristo, manso y humilde de corazón.
-Para que los cristianos festejemos y celebremos con gozo el retorno a la casa paterna, de cuantos la habían abandonado o se habían extraviado.
Oración: Escúchanos, Padre de bondad, y enséñanos a compartir con los demás el perdón y la misericordia que sin medida recibimos de ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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