jueves, 20 de septiembre de 2018

Nuestra Señora de La Salette: “Roma perderá la Fe y se convertirá en la sede del Anticristo”

Basilica La Salette5
El 19 de Septiembre de 1846, en las montañas de este pequeño pueblo cercano a Grenoble, a las 6 de la mañana se apareció la Santísima Virgen a dos pastorcitos, Melania Calvat y Maximino Giraud. Por instrucciones de la misma Virgen María, el secreto que entonces les confió debía permanecer oculto hasta 1858.
Esta es una de las apariciones más trascendentales de todos los tiempos, sobre todo porque la Virgen nos habla – con mucha anticipación, de la apostasía en la Sede Romana, del Anticristo y de su época, que es la nuestra.
Señales del Cielo
Mellon Joli, Arzobispo de Sens, Obispo de Auxerre, Primado de las Galias y de Germania
“Visto el informe de la Comisión nombrada por Nos el 24 de enero de 1848 para una investigación jurídica sobre una curación extraordinaria ocurrida en Avallon el 12 de noviembre de 1847 en la persona de Antoinette Bollenat después de una novena a la Stma. Virgen; invocada con el nombre de Ntra. Sra. De La Salette; vistos los interrogatorios a los testigos y médicos… habiendo pedido el parecer de mi Consejo, invocado el santo nombre de Dios, declaramos para la gloria de Dios, la glorificación de la Stma. Virgen y la edificación de los fieles, que dicha curación presenta todas las condiciones y caracteres de milagrosa”  -4 de Marzo de 1849, 
Luis Rossat, Obispo de Verdún
“Declaramos cierto e incontestable el hecho de la curación instantánea y mantenida desde el 1 de abril de 1849 hasta el día de hoy, en la persona de Martin, alumno de nuestro Seminario Mayor, según la relación que ordenamos hacer, muy difícil de explicar por solas las fuerzas naturales; y Nos ha sorprendido que los alumnos de nuestro Seminario unánimemente lo hayan atribuido a la intervención sobrenatural de la Stma. Virgen”.
La relación citada, firmada por el superior del Seminario, el ecónomo y tres profesores, afirma que M. Martin es un edificante clérigo menor, de entera confianza. Durante el curso, hasta el 1 de abril, apenas podía apoyarse en la pierna izquierda, con dolores continuos, que no le permitían seguir los actos de la comunidad. El Obispo decidió que no se le admitiera a las órdenes menores hasta que no estuviese totalmente curado. El 1 de abril comenzó una novena a Ntra. Señora de La Salette, y su director espiritual a las 6 de la tarde le dio un frasco de agua de La Salette. A las siete andaba, subía y bajaba corriendo las escaleras. La curación produjo una fuerte impresión en todo el Seminario.” -1 de Agosto de 1849
3- Clemente, Obispo de la Rochelle y de Saintes


“…oído el testimonio de muchos personajes sobre la curación repentina de Madame Bonnet de una enfermedad incurable, como consecuencia de una novena que hizo a Ntra. Sra. De La Salette; examinado atentamente el proceso verbal pedido al Dr. M. Kemmerer, que atestiguó la imposibilidad absoluta de dicha curación con los remedios humanos; consultado nuestro Consejo e invocadas las luces del Espíritu Santo, pronunciamos que no puede ser atribuida nada más que a una intervención sobrenatural”. -12 de enero de 1855
El 19 de septiembre de 1851, Mons. Filiberto de Bruillard, Obispo de Grenoble, publica finalmente su “carta pastoral“. He aquí el párrafo esencial:
Juzgamos que la aparición de la Santísima Virgen a dos pastores, el 19de septiembre de 1846, en una montaña de la cadena de los Alpes, situada en la parroquiade La Salette, del arciprestazgo de Corps, contiene en sí todas las características dela verdad, y que los fieles tienen fundamento para creeria indudable y cierta“.

Dom Philibert de Brouillard
Obispo Filiberto de Brouillard: “”La Santa Virgen se apareció en La Salette para el universo entero, ¿quién puede dudarlo?”
La resonancia de esta carta pastoral es considerable. Numerosos obispos la hacen leer en las parroquias de sus diócesis. La prensa se hace eco en favor o en contra. Es traducida a numerosas lenguas y aparece notoriamente en el Osservatore Romano de 4 de junio de 1852. Cartas de felicitación afluyen al Obispo de Grenoble. La experiencia y el sentido pastoral de Filiberto de Bruillard no se detienen aquí. El 1 de mayo de 1852, publica una nueva carta pastoral anunciando la construcción de un santuario sobre la montaña de La Salette y la creación de un cuerpo de misioneros diocesanos que él denomina “los Misioneros de Nuestra Señora de La Salette“. Y añade: “La Santa Virgen se apareció en La Salette para el universo entero, ¿quién puede dudarlo? “El futuro iba a confirmar y sobrepasar estas expectativas, el relevo estaba asegurado, se puede decir que Maximino y Melania han cumplido su misión.
El 19 de septiembre de 1855, Mons. Ginoulhiac, nuevo Obispo de Grenoble, resumía así la situación: “La misión de los pastores ha terminado, comienza la de la Iglesia“.
Después de cinco años de un cuidadoso examen de los hechos, la Iglesia autorizó el Culto de Nuestra Señora de La Salette en 1851. [Una imponente y magnífica Basílica Menor fue construida en el lugar.]
León XIII elevó el santuario al rango de Basílica y decretó la coronación canónica de “Nuestra Señora de La Salette”, efectuada por el Cardenal de París, el día 21 de Agosto de 1879.
Comentarios de “L’Osservatore Romano” del 25 de Diciembre de 1904: Melanie reveló su Secreto en el momento en que le fue indicado, aunque ella sabía que tal acción volvería contra ella la ira de aquellos que habiendo perdido todo sentido de moralidad estaban ligados al carro de la secta Masónica.
La sistemática oposición lefebvriana
No obstante las reiteradas aprobaciones del mensaje de La Salette, de la aprobación papal al culto a la Aparición y de la edificación de una basílica en su honor; las serpientes de la Fraternidad San Pío X han tratado siempre de desprestigiar dicha revelación con palanras como las siguientes del cabalista Michel Gleize, de apellido ilustre en la Sinagoga:
El Gran Secreto de la La Salette no tiene aprobación alguna, ni siquiera aprobación negativaPodría uno rehusarse a prestarle fe humana porque no tiene aprobación. O podría darle alguna credibilidad. Son palabras que, cualquiera sea su origen y veracidad, siempre habrán de valorarse a la luz de la Revelación pública y la prudencia cristiana. Nadie debería hacer de esta supuesta profecía mariana una suerte de segunda revelación o lugar teológico. Hay que rechazar de plano la frecuente manipulación y abuso de estas palabras. 

EL SECRETO COMPLETO

Hay un sitio lefebvriano que se dice “tradicionalista” y ha intentado desacreditar el texto completo del Secreto de La Salette, argumentando que el texto verdadero es el que apareció “milagrosamente” ¡en manos de un neo cura en 1999!.
Así lo refieren ellos:
“De hecho, gracias a un reciente descubrimiento inesperado, hecho en Roma el 02 de octubre 1999, los “secretos” revelados por la Virgen María en La Salette a los pastores, que fueron enviados al Papa Pío IX el18 de julio 1851, creyéndose perdidos, se encontraron milagrosamente en los archivos del antiguo Santo Oficio por el Padre Michel Corteville…”
El Secreto fue publicado en 1879 por Melanie, con imprimatur del Obispo de Lecce, – Italia.- En 1922 se dió a conocer el TEXTO COMPLETO, con Licencia del Rvdo. Padre Lepidi O.P., Maestro del Sagrado Palacio y Asistente Perpetuo de la Congregación del Santo Oficio.
Melanie, lo que voy a decirte ahora no será siempre un secreto; puedes hacerlo público en 1858.
Los sacerdotes, ministros de mi Hijo, los sacerdotes, por sus vidas malvadas, por sus irreverencias y su impiedad en la celebración de los santos misterios, por su amor al dinero, su amor a los honores y los placeres, los sacerdotes se han convertido en cloacas de impureza. Sí, los sacerdotes están pidiendo venganza, y la venganza está suspendida sobre sobre sus cabezas. ¡Ay de los sacerdotes y de las personas consagradas a Dios, que por sus infidelidades y su vida malvada están crucificando de nuevo a mi Hijo! Los pecados de las personas consagradas a Dios claman al Cielo y piden venganza, y he aquí que la venganza está a sus puertas, pues no queda nadie para implorar misericordia y perdón para la gente; no hay más almas generosas, no queda nadie digno de ofrecer la Víctima sin mancha al Eterno por el bien del mundo.
Dios sobrevendrá de un modo sin precedentes.  ¡Ay de los habitantes de la tierra! Dios derramará Su ira sobre ellos, y nadie podrá escapar a tantas aflicciones juntas.  Los jefes, los guías del pueblo de Dios han desdeñado la oración y la penitencia, y el demonio les ha ofuscado la inteligencia; se han transformado en estrellas errantes que el viejo diablo arrastrará con su cola para hacerlos perecer.  Dios permitirá a la vieja serpiente sembrar la división entre los reinantes, en todas las sociedades y en todas las familias, donde se padecerán males físicos y morales: Dios abandonará a los hombres a sí mismos y enviará castigos que se sucederán durante más de 35 años.
La sociedad está en vísperas de los más terribles y más grandes acontecimientos; debe aguardar ser gobernada por una barra de hierro y beber el cáliz de la cólera de Dios. Que el Vicario de mi Hijo, el Soberano Pontífice Pío IX, no salga más de Roma después del año 1859; pero que sea firme y generoso, que luche con las armas de la fe y del amor, Yo estaré con él.  Que esté en guardia contra Napoleón. Tiene dos caras, y cuando quiera ser a la vez Papa y Emperador, Dios pronto se apartará de él; es el águila que, queriendo siempre elevarse, caerá sobre la espada de la que deseaba valerse para forzar a la gente a hacerle ascender.
Italia será castigada por su ambición de sacudirse del yugo del Señor de los Señores; así, será abandonada a luchar una guerra; la sangre fluirá por todas partes; las iglesias serán cerradas o profanadas.
Se dará caza a los sacerdotes y a los religiosos; se les hará morir, y morir de una muerte cruel. Algunos abandonarán la fe, y será grande el número de sacerdotes y de religiosos que se apartarán de la verdadera religión; entre esas personas habrá incluso obispos.
Que el Papa esté en guardia contra los hacedores de milagros, porque ha llegado el tiempo en que los prodigios más asombrosos tendrán lugar sobre la tierra y en los aires.
En el año 1884, Lucifer junto con un gran número de demonios serán desatados desde el infierno; poco a poco abolirán la fe, incluso para las personas consagradas a Dios; los cegarán de tal manera que, salvo el caso de una gracia particular, esas personas tomarán el espíritu de los ángeles malignos; algunas casas religiosas perderán totalmente la fe y perderán muchas almas.
NOTA: El 13 de octubre de 1884, el Papa León XIII, experimentó una visión horrible. Después de celebrar la Eucaristía, estaba consultando sobre ciertos temas con sus cardenales en la capilla privada del Vaticano cuando de pronto se detuvo al pie del altar y quedo sumido en una realidad que solamente él veía:
“¡Oh, que imágenes tan terribles se me han permitido ver y escuchar!”, dijo :”vi demonios y oí sus crujidos, sus blasfemias, sus burlas. Oí la espeluznante voz de Satanás desafiando a Dios, diciendo que el podía destruir la Iglesia y llevar todo el mundo al infierno si se le daba suficiente tiempo y poder. Satanás pidió permiso a Dios de tener 100 años para poder influenciar al mundo como nunca antes había podido hacerlo.
Los malos libros abundarán sobre la tierra y los espíritus de las tinieblas difundirán por todas partes un relajamiento universal para todo lo que se relacione con el servicio de Dios; éstos adquirirán un enorme poder sobre la naturaleza; habrá iglesias construidas para servir a esos espíritus. Algunas personas serán transportadas de un lugar a otro por esos espíritus malignos, incluso sacerdotes, porque ellos no habrán sido guiados por el buen espíritu del Evangelio, que es espíritu de humildad, caridad y celo por la gloria de Dios. Se hará resucitar a muertos y a justos. (es decir, que esos muertos tomarán la imagen de las almas justas que habían vivido sobre la Tierra, con el fin de seducir mejor a los hombres; esos presuntos muertos resucitados, que no serán otra cosa que el demonio adquiriendo sus apariencias, predicarán otro evengelio contrario al del verdadero Jesucristo, negando la existencia del Cielo, o sea las almas de los condenados. Todas esas almas parecerán como unidas a sus cuerpos)
Habrá en todas partes prodigios extraordinarios, porque la verdadera fe se ha extinguido y la falsa luz ilumina el mundo.
¡Ay de los príncipes de la Iglesia que sólo se ocupan de acumular riquezas sobre riquezas, de salvaguardar su autoridad y de dominar con orgullo!
El Vicario de mi Hijo tendrá mucho que sufrir, porque durante un tiempo la Iglesia será víctima de grandes persecuciones; será ese el tiempo de las tinieblas; la Iglesia pasará por una horrorosa crisis.  La Santa Fe de Dios será olvidada, cada individuo querrá guiarse por sí mismo y ser superior a sus semejantes. Los poderes civiles y eclesiásticos serán abolidos, todo orden y toda justicia serán pisoteados; no se verán más que homicidios, odio, envidia, mentira y discordia, sin amor por la patria ni por la familia.
El Santo Padre sufrirá mucho. Yo estaré con él hasta el fin, para recibir su sacrificio.  Los malvados atentarán varias veces contra su vida sin poder hacerle daño y acortar sus días; pero ni él ni su sucesor, que no reinará largo tiempo, verán el triunfo de la Iglesia de Dios.
Los gobernantes civiles tendrán todos un mismo designio, que será el de abolir y hacer desaparecer todo principio religioso, para dar lugar al materialismo, al ateísmo, al espiritismo y a toda clase de vicios.   En el año 1865 se verá la abominación en los lugares santos.
En los conventos, las flores de la Iglesia se pudrirán y el demonio se erigirá en rey de los corazones. Que los que se hallan a la cabeza de las comunidades religiosas presten atención a las personas que deben recibir, porque el demonio empleará toda su malicia para introducir en las órdenes religiosas a personas entregadas al pecado, porque los desórdenes y la pasión por los placeres carnales serán difundidos por toda la tierra.
Francia, Italia, España e Inglaterra estarán en guerra; la sangre correrá por las calles; los franceses lucharrán contra franceses, italianos contra italianos; a continuación habrá una guerra general que será espantosa.  Durante un tiempo Dios no se acordará de Francia e Italia, porque el Evangelio de Jesucristo será ignorado.  Los malvados desplegarán toda su malicia; los hombres se matarán y se masacrarán unos a otros incluso en sus casas.  Al primer golpe de Su espada fulminate, las montañas y la tierra entera temblarán de pavor, por los desordenes y los crimenes de los hombres que perforan la bóveda de los cielos.  París será quemada y Marsella engullida; algunas grandes ciudades serán agitadas y sepultadas por terremotos; la gente creerá que todo está perdido; no se verá mas que homicidios, no se oirá más que ruido de armas y blasfemias.
Los justos sufrirán mucho; sus oraciones, su penitencia y sus lágrimas ascenderán hasta el Cielo, y todo el pueblo de Dios pedirá perdón y misericordia, y buscará mi ayuda y mi interseción.  Entonces Jesucristo, por un acto de Su Justicia y de Su gran Misericordia por los justos, ordenará a sus ángeles que den muerte a todos sus enemigos.  De pronto, los perseguidores de la Iglesia de Jesucristo y todos los hombres entregados al pecado perecerán y la tierra se hará como un desierto.
Entonces se hará la paz, la reconciliación de Dios con los hombres; Jesucristo será servido, adorado y glorificado; en todas partes florecerá la caridad.  Los nuevos reyes serán el brazo derecho de la Santa Iglesia, que será fuerte, humilde, piadosa, pobre, solícita e imitadora de las virtudes de Jesucristo.  El Evangelio será predicado en todas partes y los hombres harán grandes progresos en la fé, porque habrá unidad entre los obreros de Jesucristo y porque los hombres vivirán en el temor de Dios.
Esta paz entre los hombres no será muy larga; veinticinco años de abundantes cosechas les harán olvidar que los pecados de los hombres son la causa de todas las penas que caen sobre la tierra.  Un precursor del Anticristo, con sus tropas de varias naciones, combatirá contra el verdadero Cristo, el único Salvador del mundo; derramará mucha sangre y querrá destruir el culto de Dios para hacerse contemplar como un Dios. La tierra será azotada por toda clase de plagas (aparte de la peste y el hambre, que serán generales); habrá guerras, hasta la definitiva, que será hecha entonces por los 10 reyes del Anticristo, los cuales tendrán un mismo propósito y serán los únicos que gobernarán el mundo.
Antes de que esto ocurra, habrá una especie de falsa paz en el mundo; la gente no pensará más que en diversiones; los malvados se entregarán a toda suerte de pecados; pero los hijos de la Santa Iglesia, los hijos de la fe, mis verdaderos imitadores, crecerán en el amor de Dios y en las virtudes que me son más queridas.  ¡Dichosas las almas humildes conducidas por el Espíritu Santo! Yo combatiré con ellas hasta que lleguen a la plenitud de la Edad.
La naturaleza clama venganza contra los hombres, y se estremece de espanto a la espera de lo que debe ocurrir en la tierra asolada de crímenes.  Temblad, tierra, y vosotros, que hacéis profesión de servir a Jesucristo y que por dentro os adoráis a vosotros mismos; temblad, pues el Señor va a entregaros en manos de su enemigo; porque los lugares santos están bajo la corrupción; muchos conventos ya no son la casa de Dios, sino establos de Asmodeo y de los suyos.
Será durante este tiempo cuando nacerá el Anticristo, de una religiosa hebrea, de una falsa virgen que tendrá comunicación con la vieja serpiente, el maestro de la impureza; su padre será obispo. Al nacer, vomitará blasfemias, tendrá dientes; en una palabra, será el diablo encarnado; proferirá gritos espantosos, hará prodigios, no se alimentará mas que de impurezas.  Tendrá hermanos que, aunque sin ser demonios encarnados como él, serán hijos del mal; a los doce años se harán destacar por sus brillantes victorias que les serán reportadas; pronto, serán llevados a la cabeza de los ejércitos, asistidos por legiones del infierno.
Las estaciones serán cambiadas, la tierra no producirá mas que malos frutos, los astros perderán sus movimientos regulares, la luna no reflejará mas que una débil luz roja; el agua y el fuego darán al globo terráqueo movimientos convulsivos y horribles terremotos que harán engullir montañas, valles, etc…  Roma perderá la fe y se convertirá en la sede del Anticristo.
Los demonios del aire junto con el Anticristo harán grandes prodigios sobre la tierra y en los aires, y los hombres se pervertirán más y más. Dios cuidará de sus fieles servidores y de los hombres de buena voluntad; el Evangelio será predicado por todas partes; todos los pueblos y todas las naciones tendrán conocimiento de la Verdad.
Yo dirijo una llamada urgente a la tierra; llamo a los verdaderos discípulos del Dios vivo y reinante en los Cielos; llamo a los verdaderos imitadores de Cristo hecho hombre, el único y verdadero Salvador de los hombres; llamo a mis hijos, mis verdaderos devotos, a los que se han dado a Mí para que Yo los lleve a mi divino Hijo, a los que llevo, por así decir, en mis brazos, a los que han vivido de acuerdo con Mi Espíritu. 
En fin, llamo a los apóstoles de los últimos tiempos, a los fieles discípulos de Jesucristo, a los que han vivido con desprecio del mundo y de sí mismos, en la pobreza y en la humildad, en el desdén y en el silencio, en la oración y en la mortificación, en la castidad y en la unión con Dios, en el sufrimiento y desconocidos del mundo. Es tiempo ya que ellos salgan y vengan a iluminar la tierra; id y mostraos como mis amados hijos; yo estoy con vosotros y en vosotros, siempre la fe sea la luz que os ilumine los días de infortunio.  Que vuestro celo os haga como hambrientos de la gloria y el honor de Jesucristo.  Combatid, hijos de la luz, vosotros, los pocos que pueden ver, porque he aquí el tiempo de los tiempos, el fin de los fines.
La Iglesia será eclipsada, el mundo estará consternado. Pero ahí estarán Enoc y Elías llenos del Espíritu Santo; ellos predicarán con la fuerza de Dios, y los hombres de buena voluntad creerán en Dios, y muchas almas serán consoladas; ellos harán grandes progresos por la virtud del Espíritu Santo y condenarán los errores diabólicos del Anticristo.
¡Desdichados los habitantes de la Tierra! Habrá guerras sangrientas y hambrunas, pestes y enfermedades contagiosas; habrá lluvias de un granizo espantoso de animales; truenos que sacudirán las ciudades; terremotos que sepultarán países; se escucharán voces en los aires; los hombres golpearán sus cabezas contra las murallas; invocarán la muerte y ésta, por su parte, será su tormento; la sangre correrá por todas partes. (1)
¿Quién podrá vencer si Dios no abrevia el tiempo de la prueba?  Dios terminará por acceder ante la sangre, las lágrimas y las súplicas de los justos; Enoc y Elías serán condenados a muerte; Roma pagana desaparecerá; el fuego del Cielo caerá y consumirá tres ciudades; todo el universo será presa del terror, y muchos se dejarán seducir porque no habrán adorado al verdadero Cristo que vive entre ellos.  Este es el momento; el sol se oscurece; solamente la fe subsistirá.
Ha llegado la hora; el abismo se abre.  He aquí el rey de los reyes de las tinieblas.  He aquí la bestia con sus vasallos, diciéndose el salvador del mundo.  Se remontará soberbio por los aires para llegar al cielo; será ahogado por el aliento de San Miguel Arcángel. Se precipitará y la tierra, que habrá estado 3 días en continuas convulciones, abrirá su seno en llamas; será sumido para siempre, con los suyos, en los abismos eternos del infierno.  Entonces, el agua y el fuego purificarán a la Tierra y consumirán todas las obras del orgullo del hombre, y todo será renovado: Dios será servido y glorificado.
FIN del MENSAJE

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