Posted: 29 Dec 2017 03:08 PM PST
En los primeros cinco años de su Pontificado, Francisco lo ha citado en muchísimas ocasiones, insistiendo no solo en su existencia, sino también en el peligro que representa
En cinco años lo ha citado más de lo cuanto lo citaron juntos sus predecesores en el último medio siglo: el diablo y su capacidad de dividir son argumentos comunes en la predicación del Papa Bergoglio. Una predicación contracorriente, puesto que el Maligno ha sido un gran ausente durante mucho tiempo. He aquí una pequeña e incompleta antología de citas.
Una de las últimas veces que Francisco se refirió a él fue con un grupo de jesuitas durante el reciente viaje a Myanmar, al referirse a los Rohingyá y, más en general, a la situación de los prófugos: «Hoy se discute mucho sobre cómo salvar a los bancos… Pero, ¿quién salva a los hombres y a las mujeres de hoy? La gente arruinada ya no le interesa a nadie. El diablo logra actuar así en el mundo de hoy».
Desde la homilía de la primera misa concelebrada con los cardenales en la Capilla Sixtina, al día siguiente de su elección, el 14 de marzo de 2013, Bergoglio, citando una frase de Léon Bloy, afirmó: «Cuando no se confiesa a Jesucristo, se confiesa la mundanidad del diablo». Al día siguiente, encontrándose con los cardenales reunidos en la Sala Clementina, el nuevo Pontífice, abandonando el discurso escrito que había preparado, dijo: «No cedamos nunca al pesimismo, a esa amargura que el diablo nos ofrece cada día».
Dirigiéndose a la Gendarmería vaticana el 28 de septiembre de ese mismo año, Francisco recordó que «el diablo trata de crear la guerra interna, una especie de guerra civil y espiritual». En la homilía de Santa Marta del 14 de octubre de 2013, el Papa argentino invitó a no confundir la presencia del diablo con las enfermedades psíquicas: «¡No! La presencia del demonio está en la primera página de la Biblia».
El 29 de septiembre de 2014, en la misa en Santa Marta, Beroglio explicó que «Satanás es enemigo del hombre y es astuto, porque presenta las cosas como si fueran buenas, pero su intención es destruirlo, acaso con motivaciones humanistas».
El 3 de octubre de 2015, dirigiéndose nuevamente a la Gendarmería vaticana, Francisco recordó que «Satanás es un seductor, es uno que siembra insidias y seduce con la fascinación, con fascinación demoniaca, te lleva a creer todo. Él sabe vender con esta fascinación, vende bien, ¡pero al final paga mal!».
El 12 de septiembre de 2016, en la homilía matutina, el Papa recordó que «el diablo tiene dos armas muy poderosas para destruir a la Iglesia: las divisiones y el dinero… El diablo siembra celos, ambiciones, ideas, ¡pero para dividir! O siembra codicia… Es una guerra sucia la de las divisiones, es como un terrorismo».
El 13 de octubre de 2017, Francisco describió la acción que el diablo «hace lentamente, en nuestra vida, para cambiar los criterios, para llevarnos a la mundanidad. Se mimetiza en nuestra forma de actuar, y nosotros difícilmente nos damos cuenta».
Y cómo no recordar, para concluir, las palabras con las que el Pontífice, en la entrevista con Marco Pozza para Tv2000 sobre el Padre Nuestro, insistió en que el diablo «es una persona» y que nunca hay que «dialogar con Satanás», porque «es más inteligente que nosotros».
ANDREA TORNIELLI
CIUDAD DEL VATICANO
Fuente: Vatican Insider
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