¿DONDE ESTA TU TESORO?
Por José María Martín OSA
1.- Hay un tesoro escondido en la vida de cada uno. Jesús vuelve a utilizar el lenguaje de las parábolas para hablarnos del Reino de Dios. La insistencia en el tema del Reino indica la importancia que tiene para Jesús. Dialogando un día con los niños en catequesis sobre qué es lo principal que enseñó Jesús, todos respondían que nos enseñó el mandato nuevo del amor. Sólo uno indicó que Jesús contaba muchos cuentos y todos tenían el mismo tema: el Reino de Dios. ¿Por algo será?, les dije yo. El domingo pasado veíamos cómo el Reino tiene que extenderse a todos ya en este mundo, a pesar de las dificultades del maligno. Estas dificultades son el dinero, el materialismo, el ansia de poder, el egoísmo, el relativismo moral........Hoy Jesús nos dice que poseer al Reino es lo más grande que nos puede ocurrir, como aquél que encuentra un tesoro en el campo y vende todo para comprar el campo, o el comerciante en perlas preciosas que encuentra una de gran valor y vende todo lo que tiene para conseguirla. Pero nos advierte también que en nuestro mundo conviven la bondad y la maldad, pero sólo la primera triunfará al final de los tiempos.
2. - Dentro de nosotros está la felicidad, pero hace falta descubrirla. Cuentan que un joven recibió en sueños una gran revelación: en el cruce de dos caminos cercanos a su aldea había un gran tesoro. Sólo tenía que ir allí y remover la tierra para conseguirlo. Ni corto ni perezoso se dirigió a aquel lugar. Estuvo todo el día cavando, retirando las piedras y apartando la tierra. Cuando ya estaba derrumbado y agotado por el duro trabajo pasó por aquel cruce un sabio que le preguntó qué estaba haciendo. Al explicarle su sueño el sabio le dijo que él también había tenido un sueño parecido, pero que el tesoro de su sueño estaba dentro de una casa que tenía dos ventanas, un hermoso porche a la entrada un tejado de color rojo. El joven recapacitó y se dio cuenta de que la casa de la que le estaba hablando aquel desconocido era su propia casa. Salió corriendo hacia su domicilio y excavó justo al lado de la puerta y encontró un hermoso cofre. Se dio cuenta de que el tesoro lo había tenido muy cerca, en su propia casa durante muchos años y no se había dado cuenta del hecho. Pueda que nos ocurra a nosotros lo mismo. Dentro de nosotros está la felicidad, pero hace falta descubrirla. Ya lo advertía un experto en búsqueda de la felicidad, Agustín de Hipona, quien hace dieciséis siglos y después de una larga experiencia vital de búsqueda, escribía: "No vayas fuera, busca en tu interior, pues en el hombre interior habita la verdad". Un buen programa para este verano: profundizar en nuestro interior para encontrarnos con nosotros mismos y con Dios.
3. – Optar por Jesucristo. En la parábola del evangelio el que encuentra el tesoro y la perla preciosa vende todo y se queda sólo con lo que de verdad merece la pena. Nuestro tesoro es el conocimiento de Dios. Así lo manifestó el emérito Papa Benedicto XVI, quien después de aconsejarnos que mirar a Cristo es el secreto de la felicidad, nos dice: "Tener trato con Dios es para mí una necesidad. Tan necesario como respirar todos los días....Si Dios no estuviese aquí presente yo ya no podría respirar de manera adecuada". Cuando uno encuentra a Cristo opta por El, lo demás pasa a ser secundario, es capaz de renunciar a cualquier cosa por seguirle, porque el llena plenamente nuestro corazón. Y ahora pregúntate: ¿dónde está tu tesoro?, ¿has optado por Cristo?, ¿a qué estás dispuesto a renunciar por El?
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