lunes, 23 de julio de 2018

¿Qué me enseña hoy Santa María Magdalena?

Orar con el corazon abierto.jpg


ORAR CON EL CORAZÓN ABIERTO
Meditaciones diarias para un sincero diálogo con Dios

Hoy celebramos la fiesta de Santa María Magdalena, figura muy rica humana y espiritualmente, gran modelo de fe. ¿Qué me enseña hoy la figura de Santa María Magdalena? A purificar mi relación con Dios. A descentrar todos mis afectos, mis anhelos de poseer a Jesús, a dejar que Dios mismo me ame primero. Me enseña a entrar en una vida de fe. A implementar en mi corazón lo que recibí el día de mi bautismo: el consentimiento del misterio de la muerte de Jesús para entrar en el misterio de su nueva vida.
María Magdalena entró en una nueva dinámica de vida y en una nueva relación con los demás convirtiéndose en la «apóstol de los apóstoles», ya que es ella la que se encarga de anunciar a los discípulos de Jesús la buena nueva de la resurrección del Señor. Ella se convirtió en misionera del amor de Cristo y lo que fue inicialmente causa de su tristeza se transformó en fuente de vida.
Pero también me enseña el gran misterio de la Misericordia que revela su vida, su conversión y el seguimiento convencido y firme de Jesús. Me impresiona su «sí» a Cristo acompañándole después de su conversión por los caminos de Galilea, su actitud de amor y de oración al ungirle los pies aquellos días previos a su dolorosa Pasión, su fidelidad a los pies de la cruz en el Calvario junto a la Virgen, su entereza en el momento de la sepultura del Señor y el gran privilegio de ser la primera en testimoniar la verdad de la Resurrección.

María Magdalena me enseña la importancia de la fidelidad a Cristo basada en el amor. Me conmueve ese «sí» convencido después de descubrir la ternura, la compasión y la acogida amorosa de Cristo. Su determinación para cambiar de vida, su conversión firme, su agradecimiento por el poder salvador de Jesús, su manera fiel de acoger la Palabra de Jesús, su determinación para no dejarse llevar por el qué dirán.
Pero hay algo muy hermoso en la Magdalena, es esa humildad para acoger en su corazón la gracia del perdón que procede del amor y la misericordia de Jesús y que cada uno puede experimentar en el sacramento de la Reconciliación.
En esta jornada festiva que nos regala la Iglesia me inclino ante el Señor como hizo la Magdalena y aunque consciente de que no soy digno de que entre en mi casa le entrego mi corazón para que acoja mis caídas y mis pecados, me tome de la mano y enderece mi camino hacia la santidad.

Orar con el corazon abierto.jpg

¡Santa María Magdalena, amada por Cristo por tu fe y tu valiente conversión, que caminaste por caminos equivocados durante tanto tiempo, enséñame a ser decidido en la transformación de mi corazón! ¡Muéstrame el camino del arrepentimiento, la manera de acoger dócilmente la Palabra de Jesús, a escuchar la llamada a la conversión y los caminos que llevan a la santidad! ¡Enséñame, María Magdelana, a abrir el corazón y a reconocer mis faltas, mis pecados y mis culpas para ser capaz de recibir la misericordia de Dios! ¡Enséñame a caminar siempre por la senda de la verdad y el bien para liberarme de las ataduras del pecado! ¡Ayúdame a ser testigo como lo fuiste Tu de la misericordia de Cristo! ¡Ayúdame a mostrarle siempre a Jesús mi amor, mi cariño, mi gratitud y mi confianza! ¡Ayúdame a amar a Cristo! ¡Ayúdame a amar a María a la que tan unida estuviste! ¡Ayúdame a amar la Cruz que tan presente estuvo en tu vida! ¡Ayúdame a ser testigo de la Resurrección de Jesús y poder proclamar al mundo que «¡Jesucristo ha resucitado! ¡En verdad ha resucitado!»


No hay comentarios. :

Publicar un comentario