miércoles, 20 de junio de 2018

FE Y VIDA EUCARÍSTICAS DE FRANCISCO DE ASÍS (I)




FE Y VIDA EUCARÍSTICAS
DE FRANCISCO DE ASÍS (I)
por Jean Pelvet, ofmcap

«Fervor ardiente», «asombro»: tales son las palabras que afluyen a la mente de Tomás de Celano cuando evoca la actitud de Francisco para con la Eucaristía: «Ardía en fervor, que le penetraba hasta la médula, para con el sacramento del cuerpo del Señor, admirando locamente su cara condescendencia y su condescendiente caridad» (2 Cel 201). Las expresiones personales de Francisco confirman este testimonio. Pero sobre todo, al revelarnos su propia mirada sobre el «Sacramento del Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo», nos muestran la fe sólida, amplia, profunda, viva, que está en el origen de un tal fervor y asombro.

Esforzarnos por penetrar en esa mirada de fe puede ser para nosotros una de las maneras de caminar hacia una mejor comprensión de la Eucaristía. Y esto nos puede llevar -¡ojalá que así sea!- a compartir el fervor y asombro de Francisco ante el «Misterio de la fe», que la Iglesia, siglo tras siglo, contempla y penetra cada vez más profundamente como el centro de su vida.


La fe de Francisco en la Eucaristía es asombrosa. Aunque muy marcada por su tiempo, no queda encerrada en él. Algunas de sus expresiones llevan el sello de las cuestiones que preocuparon a la Iglesia en el siglo XIII. Pero la mayor parte de ellas puede resistir, sin doblegarse ni distorsionarse, la confrontación con nuestra visión actual del «Sacramento pascual». ¿No es siempre mucho más rica y amplia la fe viva que la representación consciente que de ella propone el lenguaje de una época, influenciado por las circunstancias y necesidades del momento? En el corazón del creyente Francisco, la memoria de la Iglesia depositó sus tesoros... que las arcas del Concilio IV de Letrán no podían contener. En esa misma memoria viva beberá el Concilio Vaticano II... que tampoco la ha agotado. Porque esa memoria posee la riqueza de toda la Revelación, cuyo inventario jamás se cerrará, porque es inagotable.

Tal vez el historiador se sonreirá de esta «pretendida actualidad» de la fe de Francisco en la Eucaristía. Pero el hijo se asombra al descubrir en el pan que come, el sabor de las espigas que han germinado en el campo de su padre, y en el vino que bebe, el aroma de los racimos madurados en su viña. Tal es mi propósito: compartir el descubrimiento gozoso y la sorpresa... de que la fe de Francisco en la Eucaristía es tan viva y profunda, que no está «superada».

Evocaré primeramente el «descubrimiento» de la Eucaristía por Francisco, tal como él nos lo confía en su Testamento. Luego intentaré descubrir en sus propias expresiones el afloramiento de su fe vivida, en toda su amplitud, anotando de paso las huellas perceptibles que la acción del «Sacramento pascual» dejó en su vida profunda.

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