domingo, 16 de abril de 2017

Testigos de la Resurrección



TESTIGOS DE LA RESURRECCIÓN

Por José María Martín OSA

1.- La mejor noticia: ¡Jesucristo ha resucitado! ¡Feliz Pascua de Resurrección! Estamos ya en el esplendor del gran Día de la Resurrección de Cristo. ¡Ha resucitado Cristo, el Señor! A pesar de la situación de pecado y muerte que existen en el mundo, hoy la Iglesia unida a su Señor proclama dichosa el gran misterio de la vuelta de Jesús a la vida, pero ahora indestructible y absolutamente gozosa. Dejémonos inundar por la gracia de este hecho que nos llena de esperanza segura y eficaz con la fe cristiana que hemos recibido en nuestro bautismo. La Resurrección de Jesús es la celebración cumbre y central de todo el Año Litúrgico que se renueva cada domingo. Es la verdad nuclear de nuestro cristianismo, como fundamento, contenido y raíz de nuestra fe, esperanza y caridad. Es el momento cumbre de la vida de Jesucristo y del plan de Dios Padre para salvar a los hombres muertos por el pecado.

2.- Vivir como personas resucitadas La Carta a los Colosenses nos anima a buscar los bienes de arriba, junto a Cristo. Tiene que cambiar nuestra opción fundamental de vida, plasmada en un proyecto concreto, en el que se note que tenemos nuevos planteamientos  y actitudes. Recibimos hoy la semilla y el comienzo de una vida totalmente nueva para todos los que creemos en Él. Ya no vale instalarnos en nuestro egoísmo, nuestro materialismo, nuestro orgullo, nuestra indiferencia. Cristo resucitó de entre los muertos y es el primero de todos los que por la fe habremos de resucitar con Él. Tiene que notarse en nuestros hechos. El transforma nuestra vida. Creemos en el Dios de la vida y eso nos hace cultivadores y guardianes, protectores de la vida y de la fraternidad. Así lo ha recordado el Papa Francisco: "Creer en la resurrección significa no resignarse a que el mundo siga adelante siempre de la misma manera. Celebrar la pascua es creer con toda la fuerza de nuestro corazón que Cristo sigue viviendo en medio de nosotros y que es capaz de transformarnos desde dentro para ayudarnos a construir el mundo y la vida que anhelamos, y que nos parece tan lejano".

3.-. Hoy renovamos nuestro bautismo. Por el bautismo hemos quedado injertados en la muerte y resurrección de Cristo. El tono bautismal de los domingos de Cuaresma nos ha llevado a renovarlo. La fe es el mayor don que hemos recibido. Hemos sido consagrados para ser “otro Cristo”. Es un honor ser sacerdote, profetas y reyes,  pero también un compromiso de vida. Las obras de misericordia que practiquemos con nuestros hermanos, especialmente los más débiles y desamparados… son formas de demostrar ese compromiso Cuando pedimos perdón o lo otorgamos a quienes nos han ofendido… eso es ser fieles a nuestro bautismo. Ser diligentes y comprometidos en nuestras responsabilidades de estado y cada día, también son formas de demostrar nuestro seguimiento de Jesucristo. Cuando nos privamos de algún gusto, una comodidad, un tiempo libre que dedicamos a otros, estamos poniendo en práctica nuestra consagración bautismal. Aceptar con paciencia, amor y generosa entrega nuestras enfermedades, pruebas y desamparos, son facetas de nuestra misteriosa resurrección. Demos testimonio de nuestra experiencia de Jesucristo como lo hizo Magdalena con Pedro y Juan y como hicieron ellos con todos: vieron, creyeron y testimoniaron que Cristo estaba vivo.

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