La idea que tenemos de nosotros mismos (8 de 10) – P. Miguel A Fuentes, IVE
por P Miguel Fuentes 20 septiembre, 2023 en Meditación Tiempo
MEDITACIONES PARA RECTIFICAR LA IDEA QUE TENEMOS DE NOSOTROS MISMOS
Enlaces a las anteriores publicaciones:
Lo que soy: hecho a imagen de Dios
En quién y en qué me he convertido. “He pecado”.
Mi realidad personal pecadora
Soy un ser caído…
…Pero no soy un ser abandonado
Los dones que he recibido: el fondo luminoso del alma
No soy un extraño para Dios
No soy un extraño para Dios
Sólo Dios me conoce a fondo; más que yo mismo. Salmo 138, 1-6: Señor, tú me sondeas y me conoces; me conoces cuando me siento o me levanto, de lejos penetras mis pensamientos; distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. No ha llegado la palabra a mi lengua, y ya, Señor, te la sabes toda. Me estrechas detrás y delante, me cubres con tu palma. Tanto saber me sobrepasa, es sublime, y no lo abarco.
Dios me conoce desde el principio de mi creación. Salmo 138, 13-16: Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente, porque son admirables tus obras; conocías hasta el fondo de mi alma, no desconocías mis huesos. Cuando, en lo oculto, me iba formando, y entretejiendo en lo profundo de la tierra, tus ojos veían mis acciones, se escribían todas en tu libro; calculados estaban mis días antes que llegase el primero.
Tus manos me formaron, me plasmaron (…). Recuerda que me hiciste como se amasa el barro (…). ¿No me vertiste como leche y me cuajaste como queso? De piel y de carne me vestiste y me tejiste de huesos y de nervios (Jb 10,8-11).
«Tanto saber me sobrepasa; es sublime y no lo abarco», Teodoreto explica el pasaje dirigiéndose a la interioridad de su conciencia y de su experiencia personal y afirma: «Volviéndome hacia mí mismo, entrando hasta lo más íntimo de mí mismo y alejándome de los ruidos exteriores, quise sumergirme en la contemplación de mi naturaleza… Reflexionando sobre estas cosas y pensando en la armonía entre la naturaleza mortal y la inmortal, quedé asombrado ante tan gran prodigio y, dado que no logré comprender este misterio, reconozco mi derrota; más aún, mientras proclamo la victoria de la sabiduría del Creador y le canto himnos de alabanza, grito: Tanto saber me sobrepasa; es sublime y no lo abarco» (Teodoreto de Ciro, IV Discurso sobre la Providencia divina).
Responde:
¿Me siento conocido por Jesús? ¿Tengo miedo de conocerlo más o que El me conozca más? ¿Qué sentimientos despierta en mí el saberme conocido por Dios a fondo? ¿Seguridad, paz, alegría, tristeza?
P. Miguel A. Fuentes, IVE
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