domingo, 3 de octubre de 2021

Reflexión 276: Ver sin lograr

 



Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina

Reflexión 276: Ver sin lograr

¿Se enoja Dios contigo cuando no logras una determinada tarea para Su gloria? Eso depende. Él puede emitir Su santa ira si el fracaso se debe a tu pecado. Esta ira es un acto de Su misericordia que lo llama al arrepentimiento. Pero en otras ocasiones, su trabajo y servicio a Dios pueden verse obstaculizados por cosas que escapan a su control. El Señor lo sabe y lo ve. Puede que a veces se pregunte por qué Dios no “arregla” este o aquel problema. Es posible que desee tener en su poder mover a alguien a actuar cuando parezca ser un obstáculo para su obra de misericordia. Pero esto no es de tu incumbencia. Su preocupación debe ser hacer todo lo que esté a su alcance para cumplir la Voluntad de Dios, dejando el resto a Él. A Dios le agradan sus esfuerzos, no sus éxitos. No mide el éxito objetivo; más bien, mide el éxito subjetivo. De hecho, a veces Dios permite que surjan muchos obstáculos como una forma de purificar su trabajo y santificar su alma a través de la paciencia y una determinación más profunda. Cumpla con su deber y eso será suficiente para la obra de Misericordia que nuestro Señor le ha dado (VerDiario # 1374).

Piense en lo que cree que Dios le ha dado como un deber para realizar. Puede ser alguna actividad ordinaria o puede ser algo que parece ser de una naturaleza más grandiosa. Reflexione también sobre los obstáculos aparentes que encuentre en el cumplimiento de su deber. Trate de no mirar estos "obstáculos" como obstáculos en absoluto. Más bien, considérelos como oportunidades para profundizar su determinación de cumplir la misión de la Divina Misericordia que Dios le ha dado.

Señor, ayúdame a ser fiel a Ti en todo lo que hago. Ayúdame a abstenerme de centrarme en los resultados de mis esfuerzos y, en cambio, a ofrecerte mi esfuerzo para Tu gloria. Sé que estás complacido por mi total dedicación a Ti, querido Señor. Ayúdame a tomar la determinación diaria de profundizar esa dedicación para convertirme en un mejor instrumento de Tu Misericordia. Jesús, en Ti confío.



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