PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Dijo Jesús a los discípulos: «El que quiera venir en pos de mí que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará. ¿Pues de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla?» (Mt 16,24-26).
Pensamiento franciscano:
De la carta de san Francisco a los Fieles: Jesús pidió al Padre en Getsemaní que pasara de él el cáliz de la pasión; puso, sin embargo, su voluntad en la voluntad del Padre. «Y la voluntad del Padre fue que su Hijo bendito y glorioso, que él nos dio y que nació por nosotros, se ofreciera a sí mismo por su propia sangre como sacrificio y hostia en el ara de la cruz; no por sí mismo, por quien fueron hechas todas las cosas, sino por nuestros pecados, dejándonos ejemplo, para que sigamos sus huellas» (2CtaF 11-13).
Orar con la Iglesia:
Dirijamos nuestra oración al Padre, que manifiesta su poder sobre todo en la misericordia y el perdón, y pidámosle que acoja nuestro corazón contrito y humillado.
-Por la Iglesia: para que sea signo e instrumento de reconciliación y lugar de acogida abierta a todos los hombres.
-Por los sacerdotes, ministros de la Iglesia: para que realicen con entrega generosa el ministerio sacramental del perdón y de la misericordia.
-Por los que sufren las consecuencias del pecado: el egoísmo, el odio, la opresión, el desprecio, la marginación: para que vean atendidas sus demandas de justicia y de paz.
-Por los que participamos en la celebración de la Eucaristía: para que luego seamos testigos de la palabra del Señor y de su amor.
Oración: Ten misericordia de nosotros, Dios Padre nuestro, perdona nuestros pecados y asístenos con tu gracia para que no volvamos a pecar. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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