PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Hermanos: Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción (Ga 4,4-5).
Pensamiento franciscano:
Salve, Señora, santa Reina, santa Madre de Dios, María, que eres virgen hecha Iglesia, y elegida por el santísimo Padre del cielo, consagrada por Él con su santísimo amado Hijo y el Espíritu Santo Paráclito, en la cual estuvo y está toda la plenitud de la gracia y todo bien (SalVM 1-3).
Orar con la Iglesia:
Con el alma llena de alegría por la maternidad divina de la Virgen María, dirijamos al Padre nuestra oración filial y confiada:
- Por la comunidad eclesial: para que, imitando el ejemplo de María, sea dócil en la escucha de la palabra de Dios.
- Por los creyentes, que nos sentimos también hijos de María: para que acojamos a Cristo en el corazón, como ella, y lo comuniquemos a los hermanos con alegría.
- Por todas las naciones: para que reine cada vez más la paz de Cristo, hijo de María y hermano nuestro.
- Por todos los hombres: para que vivamos el año nuevo, que nos regala la bondad del Padre, como tiempo de gracia, en una adhesión activa y filial a su voluntad.
Oración: Acepta, Señor, nuestras súplicas, por intercesión de santa María, la Madre de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
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