365 días con santa Faustina
Reflexión 30: Obediencia a Dios
Una clave para la santidad es la obediencia. Adán y Eva cayeron de la gracia por desobediencia y somos restaurados a la gracia por obediencia. La obediencia puede ser dura y requiere una profunda decisión interior. Busque oportunidades para ser obediente a Jesús, especialmente cuando no tenga ganas de hacerlo. Son momentos de gran gracia y conversión (Ver Diario # 28).
Esfuérzate por ser humilde hoy. Solo a través de la humildad veremos el orgullo que lleva a la desobediencia. El orgullo conduce a una obstinada persistencia en nuestro pecado y a un rechazo a estar abiertos a la abundante Misericordia de Dios. Reflexiona sobre tu humilde admisión de pecado y tu disposición a arrepentirte de ese pecado para que puedas imitar a nuestro Señor y Su Santísima Madre en su acto de perfecta obediencia a la Voluntad del Padre en todas las cosas.
Señor, ayúdame a humillarme ante Tu Divina Misericordia. En esa humildad, ayúdame a ver no solo mi pecado, sino también la gracia y la Misericordia que me concedes para entrar en la gloriosa vida de gracia que me llamas a vivir. Que pueda obedecer tus perfectos mandamientos de amor y así ser lleno de tu misericordia. Jesús, en Ti confío
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