Reflexiones diarias católicas
¡Mi vida católica!
Jesús reprende al espíritu inmundo
31 de enero de 2021
Cuarto domingo del tiempo ordinario, año B
Lecturas de hoy
Jesús lo reprendió y dijo: “¡Silencio! ¡Sal de él! " El espíritu inmundo lo convulsionó y con un fuerte grito salió de él. Marcos 1: 25-26
Este pasaje del Evangelio de Marcos podría ser la escena de una película de terror. Bueno, al menos si Hollywood estuviera produciendo la película. En verdad, ¡es el escenario de un acto de gran amor y misericordia y revela el poder y la autoridad de Jesús!
Es la historia de un hombre con un espíritu inmundo, un demonio. El demonio lo atormenta. Entonces, Jesús mira al hombre con gran amor y compasión y expulsa el espíritu maligno, liberándolo. Este es verdaderamente un acto de amor.
Pero una pregunta que esto plantea claramente es el papel de los espíritus malignos en nuestro mundo y su capacidad para controlarnos, manipularnos o, al menos, tentarnos. Son seres espirituales poderosos creados por Dios con libre albedrío, y ejercieron ese libre albedrío para alejarse de Dios. Uno de sus deberes primarios, que les fue otorgado en el momento de su creación, fue el de cuidar de la humanidad. Los espíritus que cayeron de la gracia por su orgullo y pecado aún conservan su poder espiritual natural. Pero debido a su caída, ahora solo odian a la humanidad y buscan destruirnos. Esto es real. Y esto es algo de lo que deberíamos ser muy conscientes.
Pero no hay razón para perder la esperanza o ceder al miedo. Estos seres, por supuesto, están sujetos en última instancia al poder y la autoridad de Dios. No pueden hacer nada sin que Dios lo permita y, al final, no pueden tener poder sobre nuestras vidas.
Pero por ahora, debemos ser conscientes de su poder e influencia espiritual natural. Necesitamos entender que pueden y tratarán de causar estragos en nuestras vidas. Cuando dejamos que el miedo debilite nuestra fe y nos falte la confianza en el poder omnipotente de Dios, poco a poco les permitimos tener más influencia sobre nosotros. Pero cuando permitimos que la gracia y la misericordia de Dios eclipsen su influencia maligna, escuchamos a Jesús reprenderlos y ordenarles que cesen.
Reflexione hoy sobre el hecho de que la batalla espiritual es real. Sin embargo, la victoria está asegurada si solo nos humillamos ante Dios y confiamos en Su poder y autoridad. La humildad es la clave de esta batalla espiritual. Es la clave para superar los ataques y tentaciones del maligno. Por lo tanto, humíllese ante Dios cuando se sienta oprimido o tentado. Humíllate admitiendo tus debilidades. Reconozca que solo Dios tiene la autoridad para fortalecerlo. Pon tu confianza en El. ¡No te defraudará!
Señor, soy débil y nada sin ti. Ayúdame a saber y creer eso. Ayúdame a humillarme ante ti y a fortalecerme en esa humildad para vencer las tentaciones e influencias del maligno. ¡Jesús, en Ti confío!
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