A propósito de hoy…
¿DÓNDE ESTÁS, SEÑOR?
Que me dicen que, hace un tiempo,
te sembraron en mi corazón…y no te encuentro
Que pregonan que, en el cielo te hayas,
y cuando levanto la vista no te alcanzo
Me repiten que, en los destrozos del mundo,
es donde especialmente sales a su lado
y… no llego a percibir tu presencia.
¡Dónde estás, Señor!
¿Qué tengo que vender para poder comprarte?
¿Qué tengo que dejar para poder conseguirte?
¿Qué parte de mi hacienda he de regalar
para que, Tú seas la definitiva riqueza y valor a mi vida?
¡NO ME CONTESTES, SEÑOR!
Mis ojos no te ven porque andan distraídos
Porque prefieren verse seducidos
por el gran capital que el mundo oferta
Mis manos disfrutan mucho más
cuando acarician los lingotes del oro del bienestar
de lo que cuenta y vale en la sociedad
del prestigio o del dinero
del buen nombre y buena vida…sin mínimo esfuerzo
¡NO ME CONTESTES, SEÑOR!
¡Demasiado bien sé dónde se encuentra tu tesoro!
En el silencio,
que tanto hiere porque tanto me dice
En la humildad,
donde la pequeñez tanto me asusta
En la sinceridad,
que me convierte en diana de tantos dardos
Ayúdame, oh Cristo, a no perder el campo de tu tesoro:
La fe que es llave para poder amarte y descubrirte
El amor que es bono seguro que cotiza en el cielo
Mi perfección, para no convertirme en algo vulgar y solitario
¡NO ME CONTESTES, SEÑOR!
Soy yo, quien hoy más que nunca,
necesito buscarte por mí mismo
y ponerte en el lugar que te corresponde:
¡EN EL CENTRO DE MI TODO!
Amén
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