A vino nuevo, odres nuevos
Lunes 20 de enero
¡Paz y Bien!
Evangelio
Marcos 2, 18-22
En una ocasión en que los discípulos de Juan el Bautista y los fariseos ayunaban, algunos de ellos se acercaron a Jesús y le preguntaron: "¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, y los tuyos no?"
Jesús les contestó: "¿Cómo van a ayunar los invitados a una boda, mientras el novio está con ellos? Mientras está con ellos el novio, no pueden ayunar. Pero llegará el día en que el novio les será quitado y entonces sí ayunarán.
Nadie le pone un parche de tela nueva a un vestido viejo, porque el remiendo encoge y rompe la tela vieja y se hace peor la rotura. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino rompe los odres, se perdería el vino y se echarían a perder los odres. A vino nuevo, odres nuevos".
Palabra del Señor
Reflexión
Los fariseos se preguntaban por qué los discípulos de Jesús no se ajustaban al "ritualismo" que daba de alguna manera el signo de autenticidad con respecto al maestro (incluidos los del Bautista).
La respuesta de Jesús es simple: porque en adelante, el cristianismo, es decir, los seguidores de Cristo, no se distinguirán por sus prácticas religiosas (las cuales son importantes para crecer y desarrollarse, tales como la misa y las prácticas ascéticas), sino por un estilo de vida centrado en el maestro y dirigido por la fuerza del Espíritu Santo (vino nuevo del NT).
Con esto, no destruye el odre y el vino del AT (que es bueno), sino que va más allá: para ser discípulo de Jesús, no basta ayunar y cumplir con las prácticas religiosas (ritualismo), sino dejarse conducir por el poder y el amor del Espíritu. ¿Qué tipo de odre eres y cuál es el vino que llevas? ¿Vas a misa por encontrarte con Jesús, movido por el Espíritu, o "cumples" simplemente con el rito dominical? Esto define de quién eres seguidor.
¡Feliz Lunes!
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