jueves, 23 de agosto de 2018

MANEJO DE LA CULPA JUSTA E INJUSTA 23 DE AGOSTO DE 2018 POR JESSICA FAHY

Manejo de la culpa justa e injusta
culpa
Es muy fácil ser malentendido y acusado injustamente. Es probable que todos nosotros hayamos tenido esta experiencia en un momento u otro. A menudo nuestra reacción NO es de mansedumbre y humildad, esas cualidades del Sagrado Corazón de Jesús nos pide que imitemos:
Aprende de mí, porque soy manso y humilde de corazón. (Mateo 11:29)
Podríamos "discutir con esa persona en nuestra cabeza", justificándonos una y otra vez. Podemos sentir resentimiento hacia ellos. Podemos volver a ellos cientos de veces para presentar nuestro caso, indignados porque enfrentamos tal injusticia.
Ahora, mira la injusticia que Cristo dio a luz. ¿Respondió él de esa manera? Ciertamente no. Humillar, ¿no es así?
Prestemos atención al consejo que St. Francis de Sales comparte para que podamos manejar con gracia estas situaciones en imitación de nuestro Salvador. Siguiendo el consejo de San Gregorio:

Cuando se te acusa justamente de alguna falta que hayas cometido, humíllate profundamente y confiesa que mereces la culpa. Si la acusación es falsa, defiéndete silenciosamente, negando el hecho; esto es debido al respeto por la verdad y la edificación de tu prójimo. Pero si después de haber hecho su verdadera y legítima defensa aún lo acusan, no se preocupe, y no intente presionar su defensa; ha respetado debidamente la verdad, repita lo mismo ahora con humildad. Al actuar así, no infringirás ni el debido cuidado por tu buen nombre, ni el afecto que debes tener en cuenta para la paz, la humildad y la dulzura de corazón. Introducción a la Vida Devota , Parte 3, Capítulo 3)
Si bien esto no siempre es fácil, y nuestro orgullo nos da lo mejor de nosotros, pídele a Dios la gracia de estar en paz y compartir la verdad tranquilamente, no fuerte como un gong para cada persona dispuesta a escuchar nuestro desafortunado caso. O para descargar compasión sobre nosotros. Una vez que hagas tu defensa, déjala con una disposición de humildad y recuerda que ninguna injusticia pasa desapercibida ante el Justo.

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