La Iglesia Católica en este país está en llamas y lo ha sido durante décadas.
¿No lo vimos cuando la gente comenzó a correr hacia las puertas, dejando confesionarios con telarañas, masas vacías y, una vez prósperas, parroquias, meros caparazones de sí mismos?
¿No lo vimos cuando los seminarios, casas religiosas de formación, conventos y novicios comenzaron a vaciarse? ¿No lo vimos cuando las parroquias, seminarios, conventos y otras instituciones católicas cerraron sus puertas?
¿No vimos que cuando las casas de la imprenta educativa descargan tibia, trivial y banal se sienten bien subjetivistas enmascarados como catequesis?
¿No lo vimos cuando todo el sentido de la trascendencia fue expulsado de la misa como un mestizo no deseado y dio paso a un ejercicio de autocomplacencia de narcisismo espiritual?
¿No lo vimos con la carta blanca al por mayor dada a cualquiera que quisiera reformar y cambiar la enseñanza de la iglesia, mientras que aquellos que querían aferrarse al Depósito de la Fe eran vistos con sospecha y desprecio?
¿No lo vimos cuando los sacerdotes y religiosos abandonaron los signos reveladores de su llamado y las órdenes religiosas dejaron de lado los carismas a favor de una actitud de hacer lo que se quiere? ¿No lo vimos cuando el clero se hizo mejor en cócteles que confesiones?
¿No lo vimos cuando nuestros líderes religiosos en este país prestaron mucha atención a los asuntos políticos mientras permitían que la decadencia moral invadiera las filas? ¿No lo vimos cuando la buena administración era vista como superior al buen pastoreo?
¿No lo vimos cuando las actitudes sexuales libertinas fueron adaptadas por el clero, enseñadas por el clero y promovidas por clérigos y teólogos?
¿No lo vimos con el rencoroso despido de Humanae Vitae , Fides et Ratio , Evangelium Vitae por parte del clero y los teólogos?
¿No lo vimos cuando las familias pasaron de orar por una vocación en la familia a desacreditar activamente las vocaciones por temor a que su hijo o hija se vieran como extraños?
Sé que me he quejado de que los deportes y otras actividades tienen prioridad sobre la fe. ¡Sorpresa! Demasiadas personas en nuestras filas han gritado cuán irrelevantes somos ... cuán peligrosos somos para el pensamiento moderno. Ha habido tiempos de persecución más grandes en nuestra historia. Sin embargo, nunca es la persecución lo que nos atrapa. Cuando las iglesias caen, se pudre desde adentro.
La iglesia en este país está en llamas y son sus propios líderes los que sostienen los fósforos. Hay muchos buenos líderes, obispos y maestros listos para apagar el fuego. Necesitan nuestra oración y apoyo para que al diablo no le guste perder terreno que ganó.
Durante muchas décadas bajamos la guardia. No más. Nos enfrentamos al enemigo, no abandonamos el campo de batalla.
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