John Burger | Jun 06, 2018
Conoce al inmigrante polaco responsable de esta obra de arte de 7.700 m2
La catedral basílica de San Luis, también conocida como catedral de San Luis, en EE.UU., contiene el mosaico de techo más grande del mundo, una obra de Jan Henryk de Rosen, inmigrante polaco en Estados Unidos.
Haz clic en “Galería de imágenes” a continuación para ver unas increíbles fotografías del mosaico:
Ahora se cumple el 30.º aniversario de la finalización de los mosaicos de la catedral, cuya construcción empezó en 1912. Cuando uno descubre el alcance de la obra, no cuesta entender el porqué de su duración: cubre un área de unos 7.700 m2, se compone de 41’5 millones teselas de cristal en más de 7.000 colores.
La magnitud de la vida de De Rosen fue igual de amplia y variada. Cuando nació en 1891, su ciudad natal, Varsovia, era parte del Imperio ruso. Su padre, Jan de Rossen, era pintor de la corte del zar Alejandro III y el zar Nicolás II. Sus padres venían de familias judías que se habían convertido al calvinismo en el siglo XIX. Jan Henryk se convirtió al catolicismo más tarde en su vida.
Tras criarse en París, Jan Henryk se alistó en el ejército francés durante la Primera Guerra Mundial, aunque luego se unió al ejército británico. Cuando se constituyó un ejército polaco, se sumó a él. Una vez acabada la guerra y concedida la independencia a Polonia, se convirtió en diplomático y trabajó como traductor durante las negociaciones de paz en Versalles.
A los 33 años empezó a pintar y su obra llamó la atención del arzobispo armenio de Lviv, entonces en Polonia, quien le encargó que pintara murales en la catedral armenia. Aquella obra la completó en 1929.
Después, el papa Pío XI le encargó pintar cuatro murales en la capilla privada del Papa en su residencia de verano de Castel Gandolfo.
De Rosen emigró a Estados Unidos a finales de la década de 1930 por la petición del embajador polaco de que pintara murales en la embajada polaca en Washington mostrando al rey Juan III Sobieski en Viena. También realizó algunas decoraciones del Pabellón polaco de la Feria Mundial de Nueva York.
El estallido de la Segunda Guerra Mundial, seguido de la ocupación nazi y soviética de Polonia, motivó que De Rosen permaneciera en los Estados Unidos. Más tarde se convertiría en profesor de arte eclesiástico en la Universidad Católica de América. En 1959, en el cercano Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, completó el que entonces fuera el mosaico más grande de Cristo. Se trata de un Cristo Pantocrátor (Cristo “todopoderoso”) en estilo tradicional bizantino. Sin embargo, algunos analistas insinuaron maliciosamente que el aspecto “feroz” del mosaico de 335 m2 tenía por propósito asustar a los políticos de Washington.
Quizás resulte apropiado, pues, que De Rosen fuera luego a diseñar el arco del Juicio Final en la catedral de San Luis, junto con la cúpula central. De Rosen fue uno de los muchos artistas que han trabajado en los mosaicos de San Luis, pero su obra allí parece ser el mosaico más grande del mundo, con 1300 m2.
Cuando De Rosen murió en 1982, era miembro de la parroquia de la catedral de Santo Tomás Moro en Arlington, Virginia. Diecisiete años después, otro polaco, el papa Juan Pablo II, visitaba la catedral de San Luis y admiraba la gran cúpula de De Rosen.
“Hace unos meses, una peregrinación de San Luis vino a Roma”, dijo el Papa entonces. “Nos encontramos en las escaleras de San Pedro, donde me cantaron: ‘Nos vemos en San Luis… ¡nos vemos en la Cúpula!’. Con la ayuda de Dios, lo hemos hecho. Siempre recordaré San Luis. Siempre os recordaré a todos”.
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