Fue este Crucifijo que Francisco escuchó decir, en la pequeña y abandonada iglesia de San Damián:
- "Francisco, ve reconstruir mi Iglesia
Un artista italiano desconocido lo pintó en el siglo XII en un paño pegado sobre una madera de nogal.
Tiene 1,90m de altura, 1,20m de ancho y 12 cm de espesor.
Este es el Crucifijo y el Cristo glorioso que Santa Clara contemplará durante toda su vida, durante todo el tiempo en que permaneció en el Monasterio de San Damián (1212 - 1253). Por eso, hablará tantas veces en el "Rey de la gloria".
En 1259, tras la muerte de Santa Clara, cuando las primeras clarisas dejaron la iglesia de San Damián y pasaron a vivir en la iglesia de San Jorge (actual Basílica de Santa Clara), para quedarse junto al cuerpo de su Fundadora, llevaron consigo este Crucifijo que se quedaba sobre el altar. Abajo vamos a analizar cada pedazo que compone el Crucifijo de San Damián, resaltando sus elementos más significativos: La figura central del icono es el Cristo, no sólo por su tamaño, sino también por ser el Cristo la figura luminosa que domina la escena y transmite luz para las demás figuras.
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