viernes, 5 de marzo de 2021

Construyendo el Reino 5 de marzo de 2021 Viernes de la segunda semana de Cuaresma

  



Reflexiones diarias católicas
¡Mi vida católica!

Construyendo el Reino
5 de marzo de 2021
Viernes de la segunda semana de Cuaresma
Lecturas de hoy



“Por tanto, les digo que el Reino de Dios les será quitado y entregado a un pueblo que producirá su fruto”. Mateo 21:42

¿Estás entre aquellos a quienes se les quitará el Reino de Dios? ¿O entre aquellos a quienes se les dará para que produzcan buenos frutos? Esta es una pregunta importante para responder con sinceridad.

El primer grupo de personas, aquellos a quienes se les quitará el Reino de Dios, están representados en esta parábola por los labradores de la viña. Está claro que uno de sus mayores pecados es la codicia. Son egoístas. Ven el viñedo como un lugar a través del cual pueden enriquecerse y preocuparse poco por el bien de los demás. Lamentablemente, esta estructura mental es fácil de adoptar en nuestras propias vidas. Es fácil ver la vida como una serie de oportunidades para "salir adelante". Es fácil abordar la vida de una manera en la que constantemente nos cuidamos a nosotros mismos en lugar de buscar sinceramente el bien de los demás.

El segundo grupo de personas, aquellas a las que se les dará el Reino de Dios para que produzca buenos frutos, son las que comprenden que el propósito central de la vida no es simplemente enriquecerse, sino compartir el amor de Dios con los demás. Estas son las personas que buscan constantemente formas en las que puedan ser una verdadera bendición para los demás. Es la diferencia entre el egoísmo y la generosidad.

Pero la generosidad a la que estamos llamados principalmente es la de edificar el Reino de Dios. Esto se hace mediante obras de caridad, pero debe ser una caridad motivada por el Evangelio y que tenga el Evangelio como fin último. El cuidado de los necesitados, la enseñanza, el servicio y cosas por el estilo son todos buenos solo cuando Cristo es la motivación y la meta final. Nuestras vidas deben hacer que Jesús sea más conocido y amado, más comprendido y seguido. De hecho, incluso si alimentáramos a una multitud de personas en situación de pobreza, cuidáramos a los enfermos o visitáramos a los que se sentían solos, pero lo hiciéramos por razones distintas a la de compartir el Evangelio de Jesucristo, entonces nuestro trabajo no producir el buen fruto de la edificación del Reino de los Cielos. En ese caso, solo seríamos filántropos en lugar de misioneros del amor de Dios.

Reflexione hoy sobre la misión que le ha encomendado nuestro Señor de producir abundantes frutos buenos para la edificación de Su Reino. Sepa que esto solo se puede lograr al buscar en oración la forma en que Dios lo está inspirando a actuar. Procura servir solo a Su voluntad para que todo lo que hagas sea para la gloria de Dios y la salvación de las almas.

Mi glorioso Rey, oro para que Tu Reino crezca y que muchas almas lleguen a conocerte como su Señor y Dios. Úsame, querido Señor, para la edificación de ese Reino y ayuda a que todas mis acciones en la vida den abundantes y buenos frutos. Jesús, en Ti confío. 

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