martes, 30 de marzo de 2021

Evangelio Diario LITURGIA - 31 DE MARZO DE 2021 Ciclo B - Año Impar - Color Morado Miércoles Santo Semana del Tiempo de Cuaresma Liturgia de las Horas Tomo II II Semana del Salterio Primera Lectura Isaías 50, 4-9 Salmo 68 Evangelio Mateo 26, 14-25


Evangelio Diario
LITURGIA - 31 DE MARZO DE 2021
Ciclo B - Año Impar - Color Morado
Miércoles Santo Semana del Tiempo de Cuaresma
Liturgia de las Horas Tomo II
II Semana del Salterio
Primera Lectura Isaías 50, 4-9
Salmo 68
Evangelio Mateo 26, 14-25
Primera Lectura
Isaías 50, 4-9
<p>En aquel entonces dijo Isa&iacute;as:<br /> &laquo;El Se&ntilde;or me ha dado una lengua experta,<br /> para que pueda confortar al abatido<br /> con palabras de aliento.<br /> <br /> Ma&ntilde;ana tras ma&ntilde;ana, el Se&ntilde;or despierta mi o&iacute;do,<br /> para que escuche yo, como disc&iacute;pulo.<br /> El Se&ntilde;or Dios me ha hecho o&iacute;r sus palabras<br /> y yo no he opuesto resistencia,<br /> ni me he echado para atr&aacute;s.<br /> <br /> Ofrec&iacute; la espalda a los que me golpeaban,<br /> la mejilla a los que me tiraban de la barba.<br /> No apart&eacute; mi rostro a los insultos y salivazos.<br /> <br /> Pero el Se&ntilde;or me ayuda,<br /> por eso no quedar&eacute; confundido,<br /> por eso endureci&oacute; mi rostro como roca<br /> y s&eacute; que no quedar&eacute; avergonzado.<br /> Cercano est&aacute; de m&iacute; el que me hace justicia,<br /> &iquest;qui&eacute;n luchar&aacute; contra m&iacute;?<br /> &iquest;Qui&eacute;n es mi adversario? &iquest;Qui&eacute;n me acusa?<br /> Que se me enfrente.<br /> El Se&ntilde;or es mi ayuda,<br /> &iquest;qui&eacute;n se atrever&aacute; a condenarme?&raquo;</p>
Meditatio
<p>Ma&ntilde;ana iniciaremos el Triduo Pascual en el cual recordaremos los misterios que nos dieron vida. En ellos contemplaremos a un hombre que entra en la m&aacute;s profunda de las crisis por las que alguien puede pasar: abandonado, maltratado y ejecutado de la forma m&aacute;s vil. Sin embargo, este Hombre, entra en la crisis con una profunda fe y confianza en el Dios-que-salva; sabe que no lo abandonar&aacute;, que lo sostendr&aacute;, que no quedar&aacute; avergonzado ni confundido y que finalmente lo rescatar&aacute; de la muerte.<br /> <br /> Esta es la confianza y la fe que Dios nos ofrece para toda nuestra vida, la cual no est&aacute; exenta de estas crisis. S&oacute;lo cuando el hombre es capaz de abandonarse por completo en el Se&ntilde;or es cuando puede experimentar, en medio de todas las dificultades de la vida, incluida la enfermedad, la soledad y el sufrimiento, una paz y una alegr&iacute;a interior que nadie puede explicar, y que es la promesa de que no est&aacute; solo y que al final Dios mismo lo rescatar&aacute;.<br /> <br /> Pidamos, pues, a Jes&uacute;s que por los m&eacute;ritos gloriosos de su pasi&oacute;n podamos adquirir esta fe y confianza para que toda nuestra vida la podamos vivir con paz, llenos de amor por los dem&aacute;s, incluso por los enemigos y que &eacute;sta se transforme, como la de Jes&uacute;s, en instrumento de salvaci&oacute;n para los dem&aacute;s, principalmente para los miembros de nuestras familias.</p>
Oratio
<p>T&uacute; eres mi ayuda, por eso no quedar&eacute; confundido, y s&eacute; que no quedar&eacute; avergonzado. Pues s&eacute; qu&eacute; cercano est&aacute;s de m&iacute;, t&uacute; que me haces justicia. &iquest;Qui&eacute;n luchar&aacute; contra m&iacute;? &iquest;Qui&eacute;n es mi adversario? &iquest;Qui&eacute;n me acusa? si el Se&ntilde;or es mi ayuda, &iquest;qui&eacute;n se atrever&aacute; a condenarme?</p>
Actio
<p>Hoy dedicar&eacute; un rato de oraci&oacute;n para confiar a Dios toda mi vida: el pasado, el presente y mi futuro.</p>
Evangelio
Escúchalo aquí
Mateo 26, 14-25
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: «¿Cuánto me dan si les entrego a Jesús?» Ellos quedaron en darle treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregárselo.
El primer día de la fiesta de los panes Ázimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?» Él respondió: «Vayan a la ciudad, a casa de fulano y díganle: 'El Maestro dice: Mi hora está ya cerca. Voy a celebrar la Pascua con mis discípulos en tu casa'». Ellos hicieron lo que Jesús les había ordenado y prepararon la cena de Pascua.
Al atardecer, se sentó a la mesa con los Doce y mientras cenaban, les dijo: «Yo les aseguro que uno de ustedes va a entregarme». Ellos se pusieron muy tristes y comenzaron a preguntarle uno por uno: «¿Acaso soy yo, Señor?» Él respondió: «El que moja su pan en el mismo plato que yo, ése va a entregarme. Porque el Hijo del hombre va a morir, como está escrito de él; pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre va a ser entregado! Más le valiera a ese hombre no haber nacido». Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: «¿Acaso soy yo, Maestro?» Jesús le respondió: «Tú lo has dicho».
Reflexión
Uno de los valores fundamentales del cristianismo es la amistad. En el evangelio de San Juan, Jesús llega a decir: ya no los llamo siervos sino “amigos”. En ese mismo evangelio Jesús moja un pan y se lo da a Judas, signo de profunda amistad.
Esto es algo que Judas, por más confundido que hubiera estado sobre la identidad de Jesús, nunca entendió. Había estado con Él tres años y no había llegado ni siquiera a tenerlo como amigo. Es triste que muchos cristianos padezcan de este mismo mal y no sepan valorar la amistad, ni de Jesús, ni de aquellos con los que comparten su vida (papás, hermanos, compañeros).
Cuando uno no es capaz de desarrollar una amistad, es la persona más vacía y solitaria, pues el verdadero amor es el del amigo. Esta ausencia lleva al hombre, como llevó a Judas, a cometer las acciones más tristes del mundo. No dejemos solo a Jesús en esta Semana Santa. Démonos un tiempo para participar plenamente. Mostrémosle que verdaderamente lo tenemos como amigo.

 

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