lunes, 19 de marzo de 2018

4 inspiradoras personas santas de lengua árabe Philip Kosloski | Mar 18, 2018

ARABIC SPEAKING SAINTS

Estos santos y santas son una fuente de luz en Oriente Medio.

Aunque se preste mucha atención en la Iglesia católica a los santos de Europa occidental, no quiere decir que no haya santos en otros muchos lugares. De hecho, antes siquiera de que hubiera santos en Europa ya había santos y santas nacidos en el corazón del cristianismo en Oriente Medio.
Aquí llevan viviendo cristianos desde hace miles de años y fue donde Jesús y Sus discípulos predicaron por vez primera la buena nueva del Evangelio. Son herederos de una rica tradición cultural digna de admiración y resulta verdaderamente inspirador su testimonio en medio de una feroz persecución durante siglos.
Aquí tenéis una sucinta lista de cuatro santos arabohablantes que son una fuente de brillante luz en Oriente Medio.

Santa Rafka

Nacida un 29 de junio de 1832 en Líbano, Rafka negó todas las propuestas de matrimonio a las que, con 14 años, le instaban sus familiares. Ella sentía la vocación de dedicar su vida a Dios y, un día, huyó al convento local. Tras una serie de acontecimientos, se unió a la que hoy se conoce como Orden de San Antonio de los Maronitas. Entonces, Rafka rezó a Dios para poder sufrir como Jesús, y quedó paralítica y ciega para el resto de su vida. Llevó una vida de santidad y, después de su muerte, se han atribuido muchos milagros a su intercesión.

Santa Mariam Baouardy

Baouardy, que nació en la aldea árabe de I’billin en 1846, experimentó un gran sufrimiento en su vida. Después de la muerte de sus padres, vivió con unos familiares que querían casarla. Ella aceptó la propuesta, pero tuvo una intensa visión la noche antes de la boda que le dejó claro que lo que quería en realidad era consagrar su vida a Dios. Su prometido se enfureció y le cortó el cuello, pero fue milagrosamente rescatada por una “dama de azul”. Terminó convirtiéndose en carmelita descalza y recibió los estigmas todas las semanas de miércoles a viernes. Pasados los años, tuvo una visión que le ayudó a identificar la ubicación de Emaús. Baouardy falleció en 1878 en Belén y su vida milagrosa ha servido de inspiración a muchas personas.

San Charbel

Charbel nació en 1828 en Líbano y se crio en una humilde familia de pastores. De joven, le atrajo la vida de eremita en el desierto y, con el tiempo, ingresó en el monasterio de San Marón Annaya. Fue fiel a sus deberes en la vida religiosa y cada día se fue acercando más a Dios. Después de muchos años, Charbel sintió que Dios le llamaba de nuevo a hacerse ermitaño y le fue concedido el permiso para vivir el resto de su vida en una ermita instalada en una colina cerca del monasterio. Charbel murió una Noche Buena a la edad de 70 años y cuando su cuerpo fue exhumado más adelante, se descubrió que estaba incorrupto. Además, se encontró que un aceite sagrado brotaba de su tumba, que desde entonces ha sido origen de numerosos milagros.

San Marón

Se cree que Marón nació a mediados del siglo IV en Siria. En algún momento de su vida se hizo sacerdote y estudió en Antioquía al mismo tiempo que san Juan Crisóstomo, el cual envió una carta a Marón expresando su admiración por él. Luego, Marón se entregó a una vida de soledad y oración cerca de Alepo y su santidad atrajo a muchos discípulos. Tras su muerte, la espiritualidad de Marón se convirtió en la base de la Iglesia siríaca maronita de Antioquía, más conocida hoy día como maronitas.

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