lunes, 27 de marzo de 2023

A propósito de hoy...

 

A propósito de hoy…

SEÑOR, DESÁTAME

De la oscuridad que no me deja ver la grandeza de la luz

De la incredulidad que no me permite disfrutar de tu presencia

De las dudas que me exigen pedirte pruebas de tu existencia

Del pecado que no me deja verte

De los reproches por no haberte sentido conmigo

De las situaciones que me impiden ser libre

Del sinsentido de las muchas cosas que hago

Del vacío de muchas palabras

De la frialdad con la que te trato

De la desesperanza que sale a mi encuentro

De la apatía por superarme a mí mismo

De las losas que no me dejan expresar lo que vivo y siento

De las personas que me quieren enterrar aún estando vivo

De la falta de sentimientos que me impiden llorar contigo

De la muerte que me dice que es más fuerte que Tú mismo

Del maligno que me impide beber tu agua fresca

Del maligno que prefiere que viva en la oscuridad a la luz

Del maligno que me susurra sobre la necedad de la vida eterna

Y cuando me desates, Señor, haz que nunca olvide que Tú fuiste

quien me gritó: ¡Ven afuera!

TAMBIÉN YO, SEÑOR, QUIERO SALIR  

Cuando me digas “sal de ahí”   

quiero dejar la fría losa que me inmoviliza  

que me detiene en la oscuridad   

y me recuerda que Tú ya no existes  

que pregona que, la nada o el absurdo,   

serán mis acompañantes para siempre.  

TAMBIÉN YO, SEÑOR, QUIERO SALIR  

Y,  al verte conmovido porque ya no estaré muerto sino vivo  

darte las gracias porque, ante todo, me darás la vida Señor  

Porque,  tus promesas, son más fuertes que la misma muerte  

porque tu fama, Señor, desde siempre me ha impresionado.  

TAMBIÉN YO, SEÑOR, QUIERO SALIR  

Abandonando las vendas de la tiniebla y del llanto  

para,  después de resucitar, cantar eternamente tu gloria  

y con el resto de los que creen y esperan como yo  

enterrar las dudas y las desesperanzas  

sabiendo que Tú, Señor, tienes palabras de vida eterna  

TAMBIÉN YO, SEÑOR, QUIERO SALIR  

Pero, mientras no llegue ese momento,  

guárdame en tu corazón, amigo y Señor,  

no olvides que, mientras estuve y caminé en la tierra,  

pensé en Ti, di gracias por haberte conocido  

cerré los ojos al mundo con el sueño de poder escuchar un día:  

¡AMIGO, SAL DE AHÍ!  

Haz,  Señor, que mientras asoma ese instante de partir  

cuando algunos lloren y otros recen por mí  

te siga amando con todo mi corazón, fuerza y afecto  

Amén.

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