sábado, 24 de diciembre de 2022

PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN DÍA 25 DE DICIEMBRE


PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN

Pensamiento bíblico:

Había en la misma comarca en que nació Jesús unos pastores que velaban su rebaño. Un ángel del Señor se les apareció y les dijo: «No temáis, os traigo la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis una señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». De pronto, en torno al ángel apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: «Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor». Los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al Niño acostado en el pesebre (cf. Lc 2,8-16).

Pensamiento franciscano:

Dice la Leyenda de Perusa: -Francisco celebraba la fiesta de Navidad con mayor reverencia que cualquier otra fiesta del Señor, porque, si bien en las otras solemnidades el Señor ha obrado nuestra salvación, sin embargo, como él decía, comenzamos a ser salvos desde el día en que nació el Señor. Por eso quería que en ese día todo cristiano se alegrase en el Señor y que, por amor de Aquel que se nos dio a sí mismo, todo hombre fuese alegremente dadivoso no sólo con los pobres, sino también con los animales y las aves (LP 14).

Orar con la Iglesia:

Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres. Oremos confiadamente al Padre:

-Por la Iglesia universal, para que sepa llevar a todas las gentes la Buena Noticia de la salvación.

-Por todos los pueblos, razas y naciones, para busquen y encuentren la paz, y cesen las guerras, la segregación y la marginación, la opresión y la violencia.

-Por las autoridades y los que tienen responsabilidades en la vida pública, para que sus decisiones sirvan al bien de todos, sin egoísmos ni partidismos.

-Por los que llevan en su carne la señal de Cristo pobre y paciente, para se sientan amados de Dios que les dé consuelo y gozo.

-Por nuestras comunidades, para que, acogiéndonos con amor y paciencia, vivamos la alegría de la Navidad.

Oración: Te lo pedimos, Padre, por Jesucristo, tu Hijo, manifestado hoy al mundo en la humildad de nuestra carne. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.


 

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